Achero Mañas: “No somos lo que tenemos en común con los demás, sino lo que nos diferencia”

Por María Gil · 11 septiembre, 2020

Estrena Un mundo normal, protagonizada por Ernesto Alterio y Gala Amyach en el papel de un director de teatro excéntrico y su hija, que intentarán cumplir la voluntad de la abuela: que su cuerpo descanse en el mar.

Diez años después de su última película, Achero Mañas regresa a la gran pantalla con Un mundo normal, una road movie que el director y guionista define como “una autobiografía del futuro”. Ernesto Alterio, Gala Amyach, Ruth Díaz, Pau Durá y Magüi Mira, encarnan a los miembros de una familia que comparte “el espíritu” artístico de la de Mañas y que le sirve al realizador para reflexionar sobre la lucha por ser fiel a sí mismo en un mundo donde, inevitablemente, las personas se adaptan a la sociedad en la que viven. Ganador del Goya a Mejor Dirección Novel y a Mejor Guion Original por El Bola, el actor y cineasta celebra el veinte aniversario de su ópera prima lanzando una nueva historia.

Dedica la cinta a su madre, la actriz Paloma Lorena. ¿Cuál es el origen de Un mundo normal?
Mi madre me hizo una petición igual a la que ocurre en la película. Hace años, me pidió que la tirara al mar, donde había sido feliz siempre, decía que no quería que la incineraran ni que la enterraran.
La segunda razón para hacerla es que hace poco hemos vivido la desgracia de perder a un ser querido y además, en ese momento, nació mi hijo. Estábamos constantemente entre las luces y las sombras, yo quería desacralizar la situación y me aventuré a decir ‘vamos a hacer una catarsis sobre todo lo que hemos vivido’. Y ahí reflexioné sobre las singularidades de las personas, las familias y como sobreviven en los elementos comunes.

¿Es esta singularidad el gran tema del filme?
Lo más importante es la renuncia y hasta qué punto renunciamos a nosotros mismos y a lo que nosotros somos por vivir en comunidad. Es como lo que decía Stuart Mill sobre ‘la dictadura de la mayoría’. Nos presiona de tal manera que nos comportamos de acuerdo a ella y a las tradiciones, que muchas veces van en contra de nosotros mismos.

Si algo somos, no es lo que tenemos en común con los demás, sino lo que nos diferencia. Y está bien que tengamos cosas en común, lo hemos visto en la pandemia donde nos hemos universalizado –aunque cada uno lo ha vivido a su manera–, pero todo el mundo está ya deseando volver a nuestras singularidades. Tiene que establecerse un diálogo entre lo universal y lo particular para que haya una reconciliación.

Afronta la muerte de un modo luminoso. ¿Tenía claro que no debía imperar el drama?
La situación de Un mundo normal es un poco particular, pero cada uno lo vive a su manera y lo que sí tienen en común todos personajes es que la muerte de Carolina (Magüi Mira) les sirve para preguntarse hasta que punto están siendo fieles a sí mismos, a lo que la abuela representa. Ella estaba en un punto muy habitual en esa edad, cuando se hartan y hacen lo que ellos quieren. Dicen ‘yo quiero ser yo’ por primera vez y ahora tengo el derecho y me lo permito.

Su hija Gala Amyach debuta en el cine bajo su dirección, interpretando a la hija de Ernesto, Cloe. ¿Cómo se han entendido en el set?
Yo me llevo muy bien con mi hija, nos queremos mucho y tenía miedo que enfrentándonos en una película se estropeara la relación. Pero todo lo contrario.

Mi hija ha conocido como trabajo y qué es lo que hago. Ella siempre ha querido ser actriz y lleva estudiando muchos años. Debutar conmigo le suponía una doble presión, tanto por mi trayectoria, como por trabajar con su padre. Lo que ha pasado es que se ha enriquecido nuestra relación y además de la paternofilial, ahora tenemos la profesional.

Junto a Ernesto Alterio, lleva el peso de la película.
Mi hija tiene una verdad absoluta y pura. Ha estudiado a través del trabajo de improvisación, de lo que le da el otro, no controla la técnica. Y Ernesto, con toda su experiencia, es todo lo contrario. Él tiene un abanico de posibilidades increíble, se mueve perfectamente entre la comedia y el drama, trabaja en tonos medios, tiene mucha naturalidad y es muy generoso. Era importante que entendiera la metodología de trabajo porque nos íbamos a encerrar e íbamos a ensayar mucho. Para mí el guion no es un fin en sí mismo, sino una herramienta de trabajo, así que siempre ensayo. Así hemos trabajado con todo el reparto y ha sido muy enriquecedor porque ese guion se va transformando según lo que vamos trabajando.

«Una sociedad es más democrática cuando las singularidades están dentro de ella»

En la cinta, la voluntad de la madre es algo que incluso la policía o los empleados de la funeraria consideran legítimo, comprenden el empeño de Ernesto, aunque por cumplirlo infrinja la ley.
Una sociedad es más democrática cuando el abanico de las singularidades está dentro de ella y no fuera. Los límites de la ley están ahí. No sé hasta que punto uno se tiene que enfrentar o no a la ley. Muchas veces estamos fuera de ella y ese diálogo entre lo consuetudinario y no consuetudinario, o la actitud de una persona sirve para cambiar la ley. Otras veces, está la ley pero impera la costumbre y, aunque el legislador haya posibilitado hacer algo, la costumbre hace que finalmente no se pueda llevar a cabo. El diálogo entre lo que uno puede o no puede hacer siempre está ahí.

Un mundo normal iba a llegar a las salas en marzo, pero la pandemia retrasó su estreno hasta este viernes, en una fecha tan señalada como el 11 de septiembre y teniendo que reivindicar que el cine es un lugar seguro.
Es lo que nos ha tocado. No creo que nada peor nos pueda pasar a los que estábamos realizando una película: el cine de autor cada vez es más difícil de financiar, con el cambio de Gobierno se retrasaron las ayudas… yo quise rodar igualmente porque tenía unos actores comprometidos y nos arriesgamos a empezar a rodar las cuatro primeras semanas solo con la financiación de las televisiones. Después, esperar y rodar la segunda parte una vez se aprobaron las ayudas.

Luego llegó la pandemia, que lo suspendió todo, incluido el estreno. Ahora el lanzamiento coincide con el aniversario del atentado contra las Torres Gemelas, el asesinato de Salvador Allende y la Diada en Cataluña. Lo tenemos todo.

¿Para los títulos de 2020 ha sido casi una heroicidad poder llegar a los cines?
Todas las películas que se han hecho este año ahora vamos a empezar a competir entre nosotras, cosa que me parece demencial. Ojalá se hicieran muestras, como en el teatro, creo que es lo mejor que puede promocionar nuestro cine. Tras la pandemia, volveremos a los concursos y a esa lógica de ganador-perdedor. Cuando tienes éxito en un festival te sirve y cuando no se quedan invisibles. Deberíamos pensar otra manera de promocionar nuestras historias y tener otra mentalidad fuera de la competitividad.

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