No nos olvidemos de la comedia

Fotografías de Estrella Gomez Ramos · 14 mayo, 2021

Guillermo Montesinos y Ana Gracia rememoran el rodaje de La vaquilla

Fue un rodaje feliz, “muy feliz”, y eso que hubo relevo de la actriz que interpretó la protagonista femenina, intercambio de personajes entre dos actores y algún que otro “roce tonto” los primeros días de filmación de La vaquilla. Lo contaron en la Academia miembros del equipo, tanto artístico como técnico, de esta conocida historia sobre la cotidianeidad de la Guerra Civil dirigida por Luis García Berlanga.

“Medio cine español estaba delante y detrás de las cámaras”, indicó Ana Gracia, una de las actrices de esta producción de Alfredo Matas, que el maestro valenciano escribió a dúo con Rafael Azcona.

Y no le faltaba razón a la intérprete, porque en esta comedia coral estaban Alfredo Landa, Guillermo Montesinos, Santiago Ramos, José Sacristán, Carles Velat, Eduardo Calvo, Violeta Cela, Agustín González, María Luisa Ponte, Juanjo Puigcorbé, Amelia de la Torre, Carlos Tristancho, Valeriano Andrés, María Elena Flores, Antonio Gamero, Rafael Hernández, Valentín Paredes, Fernando Sancho, Tomás Zori, Joan Armengol, Pedro Beltrán, Luis Ciges, Ana Gracia, Sergio Mendizábal, Fernando Sala, Francisco Valdivia, Adolfo Marsillach, Amparo Soler Leal, Balbino Lacosta

Más de tres meses rodando en los pueblos de Sos del Rey Católico y Sangüesa para contar la historia de un grupo de soldados republicanos que idean un plan para robar la vaquilla del pueblo de la retaguardia en zona nacional, que está en fiestas.

“De los tres meses, yo solo estuve uno. Hice la prueba para el papel que finalmente interpretó Violeta Cela porque cuando me llamó Berlanga, que me preguntó si era del método y le contesté que sí, estaba en una serie con Giménez Rico y no pude hacerlo”, recordó Ana Gracia, a quien le impactó que el cineasta le confesara que él rodaba ‘para salir de casa’.

“Después de estar en La vaquilla entendí lo que me comentó Berlanga, porque fue una experiencia trabajar con ese equipo, cenar con Sacristán, Agustín González… Era un lujo escucharlos, observarlos”, apuntó la actriz, para quien Berlanga al frente de esta película era “como un niño con un juguete muy grande”.

Gracias a Pilar Miró, “que me llamó para El crimen de Cuenca, producida por Alfredo Matas”, Guillermo Montesinos formó parte de la película, en la que se mete en la piel de un chico del pueblo en fiestas obsesionado con ver a su novia. Un personaje destinado a Santiago Ramos, “porque yo iba a ser el torero, pero el primer día de rodaje hubo sus más y sus menos [no profundizó en el tema porque no quiso “hablar de Alfredo Landa”] y Santiago llegó destrozado, estaba bloqueado y quería dejar la película. Hablamos con Berlanga y nos volvieron a cambiar los papeles”, recordó el popular intérprete, para quien La vaquilla es fruto del “talento y la sensibilidad de tres maestros: Berlanga, Azcona y Matas”.

Para Montesinos, Berlanga dirigía “a su manera. Si no le gustaba lo que habías hecho, te lo decía. Rodaba muchas secuencias y una vez se acercó y me dijo: ‘Guillermo, me has hecho a Lorca. No nos olvidemos de la comedia’. Eso es talento y capacidad de síntesis. Al rodaje había que ir con los deberes hechos, nada de improvisar, todo estaba medido y las interpretaciones eran muy frescas porque Berlanga lo controlaba todo”.

Como a Berlanga, a Montesinos le gusta mucho el ciclismo. “Un día dijo que se paraba el rodaje para ver la final de la Vuelta Ciclista a España. Al ver la consternación de producción explicó que era una broma. El caso es que lo dijo por si colaba”, recalcó el actor, que añadió que cuando Berlanga y Azcona desaparecieron “los poderes fácticos respiraron. Todas sus películas tienen una carga política y social bestial”.

Victoria Abril, Amelia de la Torre y el ‘dos caballos’ amarillo

Juan Carlos Caro y Mischa Mulller, contable y ayudante de dirección en La vaquilla, compartieron anécdotas con el público en la Academia, entre los que estaba Alfredo Mayo –segundo operador de la trilogía ‘Nacional’–, el cineasta Josetxo San Mateo, la directora de producción Sol Carnicero y el nieto de Berlanga, Jorge.

Carnicero explicó que el personaje que encarnó Violeta Cela era para Victoria Abril, “que pidió cosas, entre ellas cambiar el equipo, que no podían ser”; Mischa Muller, que se encargaba de cuidar a los actores, recordó a Amelia de la Torre, a la que recogía en el hotel a las siete de la mañana, “y todos los días parábamos en el mismo bar para tomar un chinchón; y Juan Carlos Caro comentó que se pasó todo el rodaje “haciendo recibos. Era mi primera película y el primer día tenía que recoger a Berlanga y a Matas a las siete y media en el parador. Esa noche dormí vestido para no llegar tarde. Allí estaba yo con un coche amarillo, cuando Berlanga vio el color del no se quería subir, pero el productor le convenció y utilizamos ese coche durante todo el rodaje”, indicó.

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