Mujeres contra el silencio

26 enero, 2022

Blanca Portillo (Maixabel), Emma Suárez (Josefina) y Petra Martínez (La vida era eso) charlan con el público en la Academia sobre sus personajes y su nominación en los Goya

La viuda de un político asesinado por ETA, una migrante económica que ha pasado toda la vida en Bélgica y una madre que va a visitar a su hijo a la cárcel. Tres mujeres conectadas por las actrices que les han dado vida, y que junto a Penélope Cruz se disputarán el Goya a Mejor Actriz Protagonista el próximo 12 de febrero. Blanca Portillo, Emma Suárez y Petra Martínez han estado hoy en la Academia para charlar con el público y descubrir los hilos que unen a sus personajes.

Emma Suárez se planteó contratar a un coach para ayudarle a encarar a la protagonista de Josefina, ópera prima de Javier Marco Rico. “Estaba tan perdida que pensé: quizás alguien con la distancia suficiente me ayuda a preparar esto”, confesó. Pero encaró el reto, y los nervios le duraron hasta ver algo de los que llevaban rodado. “Ver la luz de la película, obra del director de fotografía Santiago Racaj, me descubrió la luz del personaje”.

Racaj firma también la fotografía de La vida era eso, también un debut (de David Martín de los Santos), en el que Petra Martínez firma el papel más extenso de su carrera cinematográfica. “Cuando leí el guion, me pregunté cómo David había podido escribir un guion con tan poco diálogo pero en el que pasan tantas cosas”, explicó la actriz, quien en un primer momento dijo que no al proyecto, “pero cuando nos conocimos, me contó lo que quería explicar y me lancé. En cuanto nos pusimos a trabajarlo, entendí al personaje, aunque está tan alejado de mí”.

Al contrario que sus compañeras, Blanca Portillo sí tenía un referencia clara: en la cinta de Iciar Bollain interpreta a Maixabel Lasa, figura que ya conocía por los medios antes del proyecto. “Iciar me dijo desde el principio que lo que estábamos construyendo es un personaje. No se trataba de hacer de ella, porque para eso lo hubiera hecho ella”, detalló. Para conocerla, Portillo preguntó a amigos y compañeros de la Maixabel real sobre ella antes de verla cara a cara. “En nuestro primer encuentro, antes de rodar, me limité a hacerle unas preguntas muy concretas”, sobre las que proyectó su interpretación del personaje. “La principal: quería saber si estaba muy enamorada de su marido”.

Romper el silencio

Las tres intérpretes coinciden: interpretan a mujeres que no hablan demasiado, pero con un mundo interior poderoso y una determinación que las hace fuertes. En el caso de la protagonista de La vida era eso, Petra Martínez está “feliz” de haber encarnado a una de esas matriarcas que, una vez los hijos y nietos ya están criados, se rebelan contra “el aburrimiento. Lo que más me gusta es que ella cambia a lo largo de la película y, con ella, cambian las personas de su entorno. Es una mujer que cree que ya no tiene nada por vivir y descubre que no es así”.

La vida tampoco parece ofrecer nada nuevo al personaje de Emma Suárez en Josefina, una mujer “que de manera casual se ve envuelta en una fábula con toques de realismo mágico”. Para la actriz, “la vida monótona la ha dejado aletargada, aunque es una campeona que ha tirado para delante con lo que ha hecho falta. Jamás es el centro de atención, se ha acostumbrado a tirar del carro y a que nadie le dé las gracias”. Frente a ese estado, la relación con el personaje de Roberto Álamo le proporcionará un “punto de fuga de la rutina”.

La rutina de Maixabel Lasa ha estado llena de un silencio distinto, el del enfrentamiento soterrado. A la impulsora de los encuentros entre víctimas del terrorismo y etarras arrepentidos la define Blanca Portillo precisamente como una “mujer muy silenciosa, que escucha mucho y que necesita pensar detenidamente antes de llegar a los lugares que llega”. Desde ese silencio interior, para la actriz, “se construyen mejor las cosas”.

Hermanadas por sus personajes y por la nominación que comparten, las intérpretes bromearon con la posibilidad de dar un Goya de Oro, Goya de Plata y Goya de Bronce, como en las competiciones deportivas. “Y para la que se queda sin Goya, cinco mil euros”, apostilló Petra Martínez.

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