Después de conquistar su nombre, Daniela Vega, lo más maravilloso que le ha pasado en su vida ha sido protagonizar Una mujer fantástica. “Hicimos la película sin pensar qué podía pasar y fue cosechando y cosechando. Cuando haces las cosas por amor y cariño, ese amor y cariño te vuelve”, declaró la actriz, productora, poeta y activista trans chilena en el que encuentro que mantuvo con el público que acudió a la Academia de Cine para ver la célebre historia que Sebastián Lelio estrenó hace cinco años.
Madrina del Campus de Verano Academia de Cine, una iniciativa que Vega calificó de “muy interesante y novedosa”, la artista echó la vista atrás en la sede de la institución, donde, dentro del ciclo ‘Cine y diversidad’, se proyectó este drama que expone la realidad de la vida de una mujer trans que ganó el Oscar y el Goya, entre otros muchos premios. “Este tiempo ha sido un proceso de adaptación, de aprendizaje. Me entregué y confié en Sebastián, me saqué la vanidad y me lancé a dar vida al personaje, a Marina, una mujer impermeable”, indicó Vega, quién reiteró las tres palabras que marcan su existencia: Rebeldía, resistencia y amor, los tres vocablos con los que bautizó su autobiografía y que también pronunció en su discurso de agradecimiento al ganar el Oscar y el Goya esta mítica producción.
En el encuentro que moderó el periodista Juan Sanguino, salieron las referencias de la película a Belle de Jour, de Buñuel, y de Jeanne Moureau en Ascensor para el cadalso; y sus primeros contactos con Sebastián Lelio como asesora del guion hasta que éste le envió el libreto titulado ‘UMF’ “y yo no sabía que significaba. Cuando lo leí le pregunté y me contestó que Una mujer fantástica era yo y que si aceptaba protagonizar la película. Le dije que sí, sin mucho convencimiento”, rememoró.
Contó Vega que lo que había hecho Sebastián Lelio en Una mujer fantástica era “mucho más que un gesto, era una oda al cuerpo trans. Mostró al mundo cuerpos censurados por las retinas de otros ojos. Nosotras siempre estuvimos ahí, pero no nos veían. Ahora nos ven, nos sienten, incluso nos aman. Todo esto me generó muchas emociones, y también soledad. Antes, la única posibilidad para las personas trans era la calle o el salón de belleza, y ahora tenemos muchos más colores”, señaló esta mujer que es es más de plantear preguntas que de dar respuestas. “El arte es una ecuación, la x la completa la audiencia.”, subrayó.
Alegría, satisfacción y soledad
Estar en paz, poder dormir “sin ansiolíticos” y no sentir miedo “de uno mismo” es la clave del éxito para Daniela Vega, para quien la mayor riqueza de su país es “nuestra diversidad. No hay nada más lindo que ver colores”, resaltó.
La vida en blanco y negro no es para esta artista, que contó con el apoyo de su familia “para que no se me fuera la olla” cuando le llegó la fama de golpe. Lo que había hecho en cine y teatro no se había visto. Una mujer fantástica fue una mezcla de muchas alegrías y satisfacciones y también de momentos de soledad. Si nos estas acompañada, puede ser peligroso”, dijo la primera mujer trans en participar como entregadora en los Premios Oscar. Una noche que siempre recordará “porque fue tan único….Fue muy divertido e interesante, me sentí como una reina”, apostilló esta actriz seducida por los personajes “difíciles”.
Tampoco olvidará cuando les contó a sus padres lo que sentía. “Se fueron a la playa, y a su vuelta me dieron un paquete, una caja de maquillaje que todavía tengo. En ese momento se me desmontó el mundo para volverlo a armar”, recordó.