La estrella interplanetaria, la niña que fantaseaba con interpretar a mujeres de carne y hueso, la actriz que nunca está satisfecha y pide siempre una toma más, la madre entregada y feliz de dos niños maravillosos, la intérprete que se entrega a los directores con los que trabaja, la compañera, la amiga…’Todas las Penélopes’ recibieron este sábado el Premio Nacional de Cinematografía en el marco del Festival de San Sebastián, certamen del que la conocida y reconocida actriz y productora madrileña es una habitual.
Muy emocionada, con la voz entrecortada y rodeada de familiares, amigos y compañeros, la intérprete española con mayor empuje internacional recogió el galardón dotado con 30.000 euros, cantidad que destinará a la Plataforma de los Afectados por la Hipoteca, tema que aborda en la última película que ha protagonizado y producido, En los márgenes; a la unidad CRIS contra el cáncer del Hospital La Paz; y al fondo asistencial AISGE para actores creado por su suegra Pilar Bardem.
Antes de hacer este solidario anuncio, la artista madrileña que lleva tres décadas desempeñando un oficio por el que ha recibido el Oscar –es la única actriz patria que lo tiene–, el César de Honor, el BAFTA, el David de Donatello, tres goyas y un premio compartido en Cannes, la Copa Volpi y el Premio Donostia, entre otros muchos premios, recordó a sus padres “por su apoyo y esfuerzo. Sin ellos no habría nada”; a sus maestros Cristina Rota y Juan Carlos Corazza; a tres de los muchos directores que pensaron en ella para sus películas –Bigas Luna, Fernando Trueba y Pedro Almodóvar, “el director con el que más veces he trabajado y una figura imprescindible para entender el cine en general»–, a su representante Katrina Bayonas; a su esposo Javier Bardem; y a sus dos hijos, “que son los más maravillosos de este mundo”, subrayó la actriz para quien lo importante del viaje que ha hecho en la interpretación “no es el resultado, es la aventura de vivir otras vidas. La aventura de este viaje a Ítaca ha sido fascinante”.
Cercana y familia, Cruz, que no olvidó en sus agradecimientos al jurado del Premio Nacional de Cine y tampoco al Festival de San Sebastián, “que lleva décadas luchando por el buen cine”, hizo un llamamiento a las autoridades “para que no dejen nunca de cuidar y proteger nuestro cine” y a los espectadores, a los que pidió “que vayan a las salas, por favor”.
Extraordinaria actriz y extraordinaria persona
Ejemplo de que con ilusión, entrega, sacrificio y perseverancia, no hay límites que se interpongan para alcanzar metas, de la premiada hablaron dos de sus mejores amigos. Abrió el acto Goya Toledo, que conoció a Cruz en el verano de 1989. 33 años de amistad en los que Penélope “nunca ha dejado a nadie atrás, siempre compartes lo que te pasa. Eres una mujer de familia, una madre maravillosa y la admiración de la profesión”, apostilló la actriz canaria.
Han hecho dos películas juntos, y en las dos la actriz ha ejercido de productora –Mama y En los márgenes–. Luis Tosar mencionó a «la madre, la hermana, la hija, la amiga, la compañera, la jefa… Todas sois poderosas, firmes, cariñosas, graciosas, empáticas, y todas ellas sois la misma, la única», declaró el actor gallego, a quien Cruz ha regalado “muchas risas” y también han llorado juntos en la ficción. «Seguramente no eres consciente de lo que significas para la industria, pero tu bondad, tu generosidad y tu compromiso hablan por sí solos. Porque esas características son características de la Penélope madre, hija, amiga… Porque para ser una extraordinaria actriz hay que ser una extraordinaria persona», indicó Tosar.
El ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, entregó a Penélope Cruz este galardón en un emotivo encuentro al que no faltó la madre y la hermana de la homenajeada; el periodista, escritor y profesor Luis Alegre, gran amigo de la homenajeada; la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño; el presidente de la Academia de Cine, Fernando Méndez-Leite; y el director del Zinemaldia, José Luis Rebordinos.
