Fernando Franco: “La consagración de la primavera estaba cargada de incertidumbre”

Por María Gil · Fotografías de David Herranz · 21 septiembre, 2022

Compite por la Concha de Oro del Festival de San Sebastián con su tercer largometraje, con el que regresa a este certamen clave en su carrera

Aquellos temas duros a los que preferimos no mirar son los que le mueven a hacer cine. Fernando Franco no abandona esta premisa en su nueva película, que protagonizan el actor con parálisis cerebral Telmo Irureta y la joven actriz Valèria Sorolla. “Es la más luminosa que he hecho”, avisa sobre La consagración de la primavera, que muestra la conexión entre una estudiante universitaria, que acaba de llegar a un Colegio Mayor de Madrid, donde lidia con sus inseguridades, problemas económicos y la soledad, y un chico con parálisis cerebral que vive con su madre, a la que da vida Emma Suárez.

Tras cinco años imaginando su historia, que el cineasta sevillano no vio posible hasta que encontró a los actores que los encarnan, la cinta se estrenará en salas el 30 de septiembre. El encuentro con el público llegará después de su puesta de largo en la Sección Oficial de Zinemaldia, escenario de gratos recuerdos para su ópera prima, La herida –Premio Especial del Jurado y la Concha de Plata a la Mejor Actriz– y donde presentó también su segundo largometraje, Morir. “Siempre he considerado al festival como gran impulsor de mi carrera y de que siga haciendo películas”, reconoce el director y montador, que cree que a la discapacidad “no se le ha prestado demasiada atención” en el cine español .

 

¿De dónde surge La consagración de la primavera?
En La herida había una secuencia con dos chicas con parálisis cerebral, que el personaje de Marian [Álvarez] llevaba en ambulancia. Hablando en el rodaje, una me comentó algunas cosas que tenían que ver con la sexualidad en personas con algún tipo de discapacidad, que era algo que yo no me había parado a pensar y esto me hizo empezar a tirar del hilo, a investigar y a documentarme. Vi que era uno de estos temas que me interesan. Aunque en realidad, el tema central de La consagración de la primavera es la intimidad, los prejuicios y los a prioris.

Valèria Sorolla y Telmo Irureta encarnan a Laura y David, los dos protagonistas, que se encuentran y conectan en un momento vital clave para la joven, cuando acaba de abandonar el nido y está forjando su propia personalidad.
Es el primer papel protagonista en una película para Valèria, aunque sí había participado en varias series. Y Telmo hace mucho teatro y stand up comedy, que él le llama sit down comedy. Telmo también tiene parálisis cerebral como su personaje y por supuesto hemos hablado mucho sobre diferentes temas que luego quedan reflejados en la película.

¿Cómo ha trabajado con ellos para generar esta relación de intimidad?
Suelo ensayar bastante. Lo entiendo como una fase más de la escritura de guion y conlleva correcciones, hasta llegar al guion definitivo que es cuando se rueda, porque acostumbro a cambiar cosas sobre la marcha o inventarme incluso secuencias. Es un trabajo bastante colaborativo. Para las partes que tienen que ver con la intimidad en un sentido más relacionado con el sexo tuvimos un coordinador de intimidad.

“En La herida y Morir iba más sobre seguro, aquí el proceso fue diferente”

Como título ha escogido la pieza musical del compositor Ígor Stravinski. ¿Qué simbolismo tiene?
Me gusta mucho musicalmente y por lo que supone respecto a la transgresión que es en sí misma la pieza. Coincidió que, en la época en que estaba escribiendo, la estaba escuchando bastante. ‘Consagración’ es un concepto que desde el punto de vista estrictamente religioso tiene que ver con una cosa que es profana y que se vuelve sagrada en un momento dado. Y en este caso en Laura, sin connotaciones religiosas, sí se produce un cambio que tiene que ver con la primavera y con lo que supone a nivel simbólico de florecer y de renacer.

Sus anteriores filmes abordan el trastorno límite de la personalidad y la enfermedad terminal. Sobre su tercera película ha bromeado con que es una comedia.
Me interesan estos temas de los que no se suele hablar demasiado porque o son temas duros y la gente prefiere mirar a otro lado u otras veces la gente le presupone una dureza y algo que no tienen. Alguien podría pensar que estamos tocando un tema que puede ser escabroso, pero no lo es para nada. La consagración de la primavera es la película más luminosa que he hecho, tiene puntos incluso de comedia. De alguna manera, pretende romper algunos prejuicios. Si te pones a rascar dentro de las apariencias, igual lo que presuponías no lo es tanto.

De sus tres filmes es con el que se siente más satisfecho. ¿Por qué?
Porque era una película muy cargada de incertidumbre antes de hacerla. Necesitaba encontrar a este actor y esta actriz que interpretaran a los protagonistas. Yo no había escrito con nadie en la cabeza. Solo Emma Suárez para interpretar a la madre de David, eso sí lo tenía claro, pero para Laura y David la apuesta era alta, porque tenía que encontrar a dos buenos actores, ella muy joven y él con unas características particulares. Muchas veces tenía la sensación de que no iban a aparecer, o que si aparecían luego juntos no iban a cuajar. Y conforme fuimos haciendo pruebas y cástings y los veías juntos e íbamos trabajando los vi nacer. Ellos aportaron bastante y fueron más allá de lo que yo había pensado. Yo hago cine de personajes, me interesa mucho más retratar a personas que a una peripecia en concreto. Para mí fue super revelador haber llegado a ese punto. En La herida y Morir iba un poco más sobre seguro, conocía a los actores, había escrito para ellos…aquí el proceso fue diferente y creo que por eso la satisfacción.

“No me gusta sentar cátedra”

La forma de abordar las situaciones emocionales de los personajes está lejos del morbo. ¿Es una postura ética respecto al espectador?
Por completo. El imaginario colectivo se construye también a través de las películas que hacemos. No me gusta el adoctrinamiento, ni sentar cátedra. Son temas, que creo que es importante reflejar, pero sin plantearlo de una manera unívoca de modo que el espectador tenga que pensar algo en concreto, sino que sea él el que saque sus propias conclusiones. En La herida si ella se autolesiona ¿Cómo filmo eso? Porque forma parte del propio personaje. Tengo que buscar una manera de integrarlo en el relato sin subrayarlo, pero sin evitarlo. En La consagración de la primavera hay situaciones análogas.

Como docente en escuelas de cine está habitualmente en contacto con estos jóvenes que abandonan su casa y su ciudad para estudiar. ¿Las dificultades del personaje de Laura las ve en cada comienzo de curso?
Lo tengo cercano porque también he pasado por eso. Yo vine de Sevilla a Madrid a estudiar, no como en el caso del personaje de Laura, que va a un Colegio Mayor, sino a un piso con amigos. Pero sí he vivido eso de llegar a una ciudad más grande de la tuya, de repente el metro, las fiestas de estudiantes… Y llevo 14 años dando clase y tengo bastante relación con mis alumnos de la escuela, y estoy al día de lo que ven, de la música que escuchan y ahí me he nutrido.

“Nada de lo que dirijo lo monto”

Tiene una trayectoria muy reconocida como montador, con cuatro nominaciones a los Premios Goya, tarea que desempeña en otra de las películas españolas destacadas de San Sebastián, Un año, una noche, de Isaki Lacuesta. Sin embargo, en La consagración de la primavera tiene como montador a Miguel Doblado. ¿No se planteó montarla también?
Nada de lo que dirijo lo monto. Soy un firme defensor de la figura del montador, como alguien que te aporta distancia y que te confronta con tu material sin que vayas con todo tu equipaje de a prioris de ‘esto lo voy a montar así’ o ‘esta secuencia me quedó estupenda’. Tener esa mirada externa que te pone los pies en la tierra es fundamental. Por suerte tengo muy buena relación con Miguel Doblado, que también montó Morir, y con David Pinillos, que montó La herida.  Son gente con la que puedo trabajar y nos podemos decir todo a la cara. No creo que las películas se monten por consenso, pero está todo muy hablado y meditado. No hay corte del director.

¿Cómo cree que se ha representado la discapacidad en el cine español?
No quiero emitir un juicio de valor sobre si bien o mal, pero sí tengo la sensación de que no ha sido un tema al que se le haya prestado demasiada atención. Muchas veces las decisiones sobre lo que se produce o no tienen que ver con lo que se presupone como apetecible para el público y por tanto lo comercial o lo no comercial. Ahora mismo está en proceso de cambio. Si en series de plataformas, que son un termómetro de lo que se hace, ya se está decidiendo incluir personajes con discapacidad es que algo está cambiando.

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