Javier Bardem, el recuerdo inolvidable de Zinemaldia

Por Chusa L. Monjas · Fotografías de Papo Waisman · 20 septiembre, 2024

Tiene un Oscar, un Globo de Oro, un BAFTA, seis goyas y el premio al mejor actor en Cannes, Venecia y San Sebastián. Su biografía tiene por delante un día que figurará en toda glosa que se haga sobre él. Este viernes, 20 de septiembre, se convertirá en el sexto intérprete español que recibirá ‘el Donostia’. Cuando el público le aplauda puesto en pie y Javier Bardem mire atrás, seguro que recordará a su madre, la actriz Pilar Bardem, de quien heredó entre otras muchas cosas su afán de trabajo, al verla prepararse para los personajes que le confiaban. “Desde que nací, veía lo mucho que trabajaba y el respeto que tenía por el oficio, por los compañeros y por el proceso”, rememoraba en una reciente entrevista este nieto, sobrino, hermano y primo de cómicos y cineastas.

El que es uno de los actores más solicitados del momento y el primer intérprete español reconocido con un Oscar, por No es país para viejos, regresa a Zinemaldia para recoger el Premio Donostia que le concedieron el año pasado. La huelga de actores en Hollywood impidió que recibiera este reconocimiento a toda su carrera. Ahora, 31 años después de su primera visita a la muestra donostiarra, de la que es habitual y que le reconoció en 1994 con la Concha de Plata por partida doble por Días contados y El detective y la muerte, entra en el exclusivo círculo de actores y actrices españoles con el máximo reconocimiento del festival –Fernando Fernán-Gómez, Francisco Rabal, Antonio Banderas, Carmen Maura y Penélope Cruz–. Un empuje para lo que queda por venir, aunque para Bardem el éxito es vivir de su trabajo, de un trabajo que, además, le gusta. “Y si encima te dan un premio, pues es un regalo, porque a los reconocimientos no te puedes acostumbrar y mucho menos esperarlos”, asegura.

Javier Bardem (Gran Canaria, 1969) llega al certamen con una amplia carrera a sus espaldas. El poeta homosexual Reynaldo Arenas, el tetrapléjico Ramón Sampedro, el asesino en serie de No es país para viejos, Pablo Escobar, el patrón, entre otros personajes al límite, están en la galería de papeles de este conocido profesional que intenta buscar proyectos que le produzcan “cierto desazón, inseguridad o miedo, porque sea algo que no he tocado antes. Y siempre intento huir de aquello en lo que te quieren encasillar”. Todo empezó por Bigas Luna, que le dio un personaje cinematográfico y apostó por él en el cine, donde, entre otros, ha ido de la mano de Álex de la Iglesia, Pedro Almodóvar, Alejandro Amenábar, Mariano Barroso, Agustín Díaz Yanes, Manuel Gómez Pereira, Santiago Zannou, Fernando León de Aranoa, John Malkovich, Alejandro González Iñárritu, Asghar Farhadi, Woody Allen, Ridley Scott, Sam Mendes, Darren Aronofsky y Denis Villeneuve.

Lleva mucho tiempo en racha, pero Bardem, que continúa trabajando con su coach de interpretación de siempre –Juan Carlos Corazza–, encara el oficio como una carrera de fondo “en la que nos vamos a caer, nos vamos a hacer daño, vamos a resbalar… pero hay que seguir corriendo, entrenando los músculos. Lo importante es que, si te dejan, sigas trabajando cuando llegues a una edad. Con el tiempo he aprendido a trabajar con la imaginación más que con la experiencia propia. A veces, ponemos demasiado de nosotros en los personajes y no les dejamos volar. Y eso no es actuar, eso es terapia. Uno está al servicio del personaje y la historia, y esto hay que tocarlo a través de la imaginación, y es ahí donde yo veo la calidad del actor y la actriz”, resalta.

Sin olvidar nunca de donde viene –“vengo de cómo educaron a mi madre y de cómo mi madre me educó a mí. Tengas o no tengas, seas o no seas, desde pequeños nos han inculcado el esfuerzo, la constancia, el sacrificio, el trabajo y el respeto”–, este actor de físico potente ya no tiene necesidad de alcanzar lugares o metas. “Soy lo que soy, tengo lo que tengo, doy lo que puedo dar y si lo cuido bien, creo que es suficiente. No hay que castigarse cuando no sale, es un trabajo de mucho tiempo que exige mucha preparación. Yo hago los deberes para estar libre en el set, donde tiene que suceder algo que no está en mis manos. Y a veces sucede, y otras no”, expone el actor y productor que, quizá, algún día cuente sus propias historias.

Entre los numerosos recuerdos que tiene del Festival de San Sebastián, recibir el Premio Donostia será un momento inolvidable para Javier Bardem, un hombre comprometido con su tiempo, su profesión y su vida personal que, aunque lleva más de veinte años de idilio con Hollywood, nunca se ha ido del cine español: el próximo año rodará la nueva película de Rodrigo Sorogoyen junto a Victoria Luengo.

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