Ganó en 2011 una Concha de Oro por Los pasos dobles y en 2018 volvió a levantar el máximo galardón del Festival de Cine de San Sebastián con Entre dos aguas. Isaki Lacuesta contó la historia de los hermanos Isra y Cheíto -interpretados por Israel y Francisco José Gómez Borrero– en La leyenda del tiempo y doce años después recupera a estos dos personajes en su vida en San Fernando, en la Isla de León, en una ficción hiperrealista que le ha valido su segunda ‘Concha’.

Como Manuel Gutiérrez Aragón e Imanol Uribe, Lacuesta es el tercer español que ha logrado en dos ocasiones el premio más importante de Zinemaldia, certamen que en su edición número 66 también reconoció a la coproducción Rojo con tres premios -director, actor y fotografía-;  a la actriz noruega Pia Tjelta, por Blind Spot; y a la cinta filipina dirigida por Brillante Mendoza Alpha, The Right to Kill con el premio especial del jurado. El palmarés se completó con el Premio al Mejor Guión, que fue ex aequo para el escocés Paul Laverty por el libreto de Yuli, de Iciar Bollain, y para los franceses Louis Garrel y Jean-Claude Carrière por L’homme fidèl.

Por “unanimidad total”, destacó el presidente del jurado, el realizador estadounidense Alexander Payne, la mejor película de Zinemaldia 2018 fue Entre dos aguas, producción en la que el cineasta catalán mantiene su reconocible fusión entre realidad y ficción, una ficción muy pegada a la realidad, al día a día de unas personas y realidades con poca visibilidad, la de Isra, que acaba de salir de la cárcel por tráfico de drogas y lucha por un trabajo digno y seguir adelante con su vida; y la de  Cheíto, que forma parte del ejército, aunque sueña con montar su propia panadería.

Acompañado por sus productores y de uno de sus protagonistas, Israel Gómez, a quien la emoción impidió hacer su discurso, Isaki Lacuesta animó a los miembros del equipo de la película a que subieran al escenario del Kursaal.  “Hemos hecho Entre dos aguas  en familia a lo largo de muchos años. Israel es la película, espero que en los próximos años los directores y productores le exploten como actor todo lo que puedan”, expresó el cineasta catalán.

Triple reconocimiento

Tres veces sonó Rojo, título en el que el argentino Benjamín Naishtat hace un retrato de la Argentina de los 70 previa al golpe militar. “Esta historia advierte sobre lo que se puede preparar en estos momentos en los que la derecha y el fascismo han vuelto a crecer en el mundo”, expresó Dario Grandinetti cuando recogió su Concha de Plata al Mejor Actor por Rojo, que también consiguió la Concha de Plata al Mejor Director y el galardón a la Mejor Fotografía. El primero dijo que el Ministerio de Cultura argentino se había “degradado” en una secretaría. “La cultura dignifica, la dignidad no se negocia”, manifestó Naishtat, mientras que su director de fotografía, Pedro Sotero, recordó “al presidente Lula, preso en Brasil”.

Los nueve días de cine echaron el telón con una gala reivindicativa en la que el también premiado guionista Paul Laverty se manifestó contra el bloqueo de Estados Unidos e Israel a Cuba, “dos expertos en castigo colectivo”, subrayó el que es colaborar habitual de Ken Loach cuando recibió el galardón. Un momento que compartió con Louis Garrel, quien dedicó el trofeo al cineasta ucraniano preso en Rusia Oleg Sentsov.

También salieron con reconocimiento del certamen vasco las propuestas españolas Viaje al cuarto de una madre, de Celia Rico Clavellino (Premio de la Juventud  y mención especial Premio Kutxabank Nuevos Directores) y la cinta animada Un día más con vida, de Raúl de la Fuente y Damián Nenow (Premio del Público Ciudad de Donostia).  

PALMARÉS:

Concha de Oro: Entre dos aguas, de Isaki Lacuesta

Premio Especial del Jurado: Alpha, The Right to Kill, de Brillante Mendoza

Concha de Plata al Mejor Director: Benjamín Naishtat, por Rojo

Concha de Plata a la Mejor Actriz: Pia Tjelta, por Blind Spot

Concha de Plata al Mejor Actor: Dario Grandinetti, por Rojo

Premio Mejor Fotografía: Pedro Sotero, por Rojo

Premio Mejor Guion: ex aquo Paul Laverty, por Yuli, y Louis Garrel y Jean Claude Carrière, por L’homme fidèle