Pablo Agüero: «Es una de las historias reales más increíbles y más cinematográficas que había oído jamás»

Por Chusa L. Monjas · 21 septiembre, 2015

Presenta Eva no duerme en  el Festival de San Sebastián

La figura de Eva Perón ha sido llevada al cine en numerosas ocasiones, “pero esta es la primera película sobre el cuerpo de Eva. No muestra a la mujer real, no juzga su programa político. Muestra el nacimiento del mito.  Presenta lo que ese mito significa para un pueblo”, advierte Pablo Agüero, el responsable de Eva no duerme, coproducción avalada por Argentina, Francia y España que concursa en el Festival de Cine de San Sebastián, certamen en el que este cineasta argentino establecido en Francia presentó, en la sección Zabaltegi, su segunda producción 77 Doronship.

La nueva propuesta de Agüero, reconocida en la última edición de Cine en Construcción-Toulouse y cuyo guión se hizo con el Premio Internacional de desarrollo en el Festival de Amiens y el Grand Prix de Francia, se estructura en tres episodios consecutivos que narran las confrontaciones vividas en Argentina tras la muerte de Evita Perón a través de su cuerpo embalsamado.

”Narra la odisea de este cuerpo mágico que vuelve locos a los hombres de amor y de odio, que ha salvado y matado gente, evitado batallas y provocado revoluciones”, relata su autor, quien “intentando comprender la fractura política y social de Argentina e intentando comprender también el horror de la dictadura y de las desapariciones de cuerpos humanos, llegué a la historia de esta primera desaparecida, Evita”.

Agüero reincide. “Es una de las historias reales más increíbles y más cinematográficas que había oído jamás. Una de las grandes mujeres políticas del siglo XX muere a la misma edad que Cristo, es embalsamada con una técnica inédita que la transforma en una ‘bella durmiente’, pero desaparece durante un cuarto de siglo, provoca muerte y locura, cae en manos del Vaticano, es recibida con honores, como un presidente en ejercicio… ¿Cómo no soñar con filmarla? Luego, a medida que investigaba y escribía, fui tomando consciencia de la inmensa responsabilidad política que estaba asumiendo”, expone el responsable de este largometraje  protagonizado por el mexicano Gael García Bernal, el argentino Daniel Fanego, el francés Denis Lavant y el español Imanol Arias.

Una investigación exhaustiva fue la base de este relato que ha tenido un desarrollo de seis años y ha sido filmado en plano-secuencia. “Si el espectador se deja llevar, vivirá un viaje hipnótico, se sumergirá en un thriller onírico y altamente político”, comenta Agüero, que con el que es su tercer filme persigue demostrar  “que mientras no exista justicia social, no habrá paz. Franco fue probablemente el primero en bombardear su propio país. El ejército argentino cometió la misma ignominia. Luego vinieron la represión salvaje, la tortura. Y sin embargo, el pueblo sale a la calle nuevamente. Evita, esa mujer que renace como un fénix, es la parábola de ese reclamo popular que nadie podrá callar”.

“La coproducción es el formato natural e indispensable para películas de autor radicales, porque están destinadas a un público sensible, que es minoritario en cada territorio, pero que existe en todos los países del mundo”, destaca el realizador de esta coproducción entre  la francesa JBA Production, la argentina Haddock Films y la española Tornasol. Satisfecho con que su obra compita “porque me he atrevido a explotar sin pudor la potencia visual y sonora del cine. Y nada mejor que las salas grandes, llenas y ansiosas de una selección oficial para disfrutar de ese viaje”, dice que el cine de autor en la actualidad está “cantonado a un realismo austero. Lamentablemente,  la fantasía y la dimensión espectacular del cine han quedado solo en manos de los burdos blockbusters de Hollywood. Me he tomado el atrevimiento de osar la teatralidad. Es una forma de insolencia que a veces puede desconcertar”.

En Zinemaldia espera  conmocionar. Si se le pregunta por los posibles premios, apunta que le gusta todo lo que ayude a dar a conocer su cine y a filmar de nuevo, algo que nunca le ha resultado “fácil”, apostilla. Sensibilizar al público a experiencias a las que no esta habituado e iniciarlo a expandir su  consciencia para contribuir a generar “un mercado cultural basado en la originalidad y no en la monotonia de la especulación comercial” es, en su opinión, la labor de los festivales. Además, los de categoría A como el de San Sebastián “tienen que atraer lo más potente e innovador de la cinematografía mundial”. Dicho esto, ve el futuro del cine español “anglosajón”.

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