La suerte de Juanito | Juan Diego dialoga con el público de la Academia

17 noviembre, 2015

Medalla de Oro 2015, Juan Diego dialogó con el público en la Academia

Juan Diego no se cansa de dar las gracias por vivir de una profesión en la que lleva más de cinco décadas. El comprometido, camaleónico y querido intérprete sevillano está de ‘subidón’, lleva unos años en que su trabajo se ha visto reconocido con tres Goyas y una Concha de Plata,  un homenaje del Festival de Málaga, la Espiga de Oro de la última Seminci…galardones a los que acaba de sumar la Medalla de Oro 2015 de la Academia de Cine, institución que ha dedicado un ciclo a este sólido actor que acabará el año celebrando sus 73 primaveras.

Juan Diego le brillan los ojos. Recibido con aplausos por el público que vio en la Academia la película en la que recibió órdenes de Víctor García León, Vete de mí, el actor reiteró que, tanto en la vida como en la profesión, «hay que tener suerte,  y yo la tengo»; y que era «el peor de su generación. Me veía horroroso, pero acabé aprendiendo el oficio, un oficio que cuesta mucho y es muy sacrificado. Es una especie de sacerdocio, y yo lo mitifico para soportar los gravisimos problemas psíquicos y físicos que soportamos cuando están rodando», dijo el que se metió en la piel de Ricardo III con una cánula puesta.

Está en racha este veterano profesional que no aparece en la gran pantalla desde Anochece en la India  y que en estos momentos representa el monólogo escrito por Juan José Millás La lengua madre. Muy ilusionado y esperando lo de siempre: seguir trabajando y tener en mis manos buenos guiones, este profesional que se siente profeta en su tierra, rememoró lo mucho que le gusta leer; lo bien que pronunciaba Pilar, la señorita que tenía en párvulos, «que era de Zaragoza y pronunciaba muy bien, distinto a lo que oíamos en Andalucía»; y a su tío Simón, al que leía las críticas de toros y la tercerita de Pemán del ‘ABC’. Y fue en esas sesiones de lectura donde por primera vez sintió los aplausos de las mujeres que estaban en esa casa. «Sentí que me trataban de otra manera», dijo.

 

Cabeza de Vaca, Villaescusa y San Juan

Militares golpistas, señores de derechas, dictadores, frailes , productor de cine porno, ex legionario, asesino, padre coraje…La galería de personajes que ha interpretado Juan Diego es muy extensa y alcanza a Franco en Dragon Rapide, al señorito Iván de Los santos inocentes, y al intrigante fraile Villaescusa de El rey pasmado.”No me veía como Franco, que me daba un poco de patada. No me salía, pero empecé a estudiar a Paquito, a Francisco Franco y Bahamonde, su infancia, el colegio… y encontré al ser humano. Había que acercarse a Franco con mucha verdad, porque lo esencial está en la niñez, en la juventud”.

Guarda muy buenos recuerdos de Cabeza de Vaca, «que va a conquistar un país y acaba conquistado», de Villaescusa  y de San Juan de la Cruz en La noche más oscura, la película que “más placer” le ha proporcionado.   ¿Y el personaje que más le ha incomodado? «Ninguno. No necesito ir al psiquiatra, cojo un personaje y lo voy echando todo, es una manera de limpiarte», aseguró.

Y llegó la pregunta del millón: ¿teatro o cine?  Y la respuesta fue contundente. «No me gusta verme en el cine, cuando veo mis películas estoy retorcido, nunca estoy tranquilo. En cambio, soy el mejor actor de teatro que hay porque no me veo. En los escenarios el actor es el rey y su ayudante es el público. El cine es otra dimensión, también tiene su ángel, pero el golpe bueno es el directo», declaró Diego, que hizo muchos viajes a Londres cuando aquí el teatro pasó un periodo de «cartón piedra». «Quería seguir distintos estilos de interpretación», añadió el actor, que guarda muy buen recuerdo del Ricardo III que encarnó sir Laurence Olivier.

No va por la vida planeando lo que quiere hacer, es de los que andan y toman lo que va pasando. Lo único que le agobia es lo mucho que sufre con el dolor «porque el dolor es lo más inhumano que hay».Toda una lección de vida.

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