Manuel Gutiérrez Aragón recogió en el Jardín Botánico de la Universidad de Valencia el galardón que reconoce los mejores trabajos de investigación histórica sobre el cine español. En su decimocuarta edición, el Premio Muñoz Suay tuvo como destinatario a A los actores (Anagrama), un ensayo sobre el significado del actor en el lenguaje cinematográfico “que surgió cuando Manuel, para quien después de un guión, la elección adecuada de intérpretes es lo más importante en un filme, dejó de hacer películas”, tal y como remarcó la presidenta de la Academia de Cine, Yvonne Blake.
Yvonne Blake reconoció estar muy orgullosa por participar en la entrega de este galardón a una obra “que demuestra lo importante que es seguir trabajando en nuestro cine y que nos sintamos orgullosos de él”. La presidenta de la Academia también citó a Ricardo Muñoz Suay, productor, escritor cinematográfico y activista cultural que da nombre al premio “al que hoy recordamos a través de A los actores”
El autor de A los actores, que conoció personalmente a Muñoz Suay, escuchó con atención las palabras de la máxima representante de la Academia. Tras agradecer a la institución, a su Junta Directiva, Cinema Jove y, por supuesto, a los actores el premio, las primeras palabras de Gutiérrez Aragón fueron para Muñoz Suay, de quien este año se cumple el centenario de su nacimiento. “Hizo mucho por muchos cineastas. Berlangadecía que él empezó en el cine por Ricardo”, contó.
El que es Premio Nacional de Cinematografía y Medalla de Oro de la Academia 2012 indicó que había muy pocas obras sobre los actores y su papel dentro del lenguaje cinematográfico “porque siempre se escapan. Son personajes que están dentro y fuera, una ficción que me resulta muy atractiva. Escribí el libro para estar en ese mundo de pasiones, técnica y memoria. Uno quiere que el actor haga algo que ha imaginado en su casa, pero él hace otra cosa, y es muy rico encontrar entre los dos ese camino que es donde surge la chispa”.
En A los actores, el cineasta, escritor y académico recopila anécdotas de Fernando Fernán-Gómez, José Luis López Vázquez, Ángela Molina, Alfredo Landa y Óscar Jaenada, a quien dirigió en Todos estamos invitados, la historia con la que dijo adiós a la gran pantalla en 2008. La lectura del ensayo recordó a Jaenada “nuestras discusiones, mi tozudez, tu raciocinio en el rodaje. Eres un grandísimo escritor y espero que vuelvas a hacer cine”, comentó Jaenada.
Por su parte, María Isabel Díaz, a quien dio órdenes en Cosas que dejé en La Habana, expresó la “especial” relación que tenía con Gutiérrez Aragón, “con quien hice mi primera película en España hace 21 años”.
El evento reunió a Carmen Amoraga, directora general de Cultura y Patrimonio; Abel Guarinos, director general del Instituto Valenciano de Cultura; José Luis Moreno, director adjunto de Audiovisual y Cinematografía del Instituto Valenciano de Cultura; Óscar Jaenada, María Isabel Díaz, Amparo Climent yVladimir Cruz, entre otros intérpretes; representantes del cine y el audiovisual; y a los académicos Carmen Alborch, Manuel Cristóbal, Sol Carnicero, Ana Amigo, Luis Mosser, Fernando Lara y Giovanna Ribes, entre otros, que arroparon al creador cántabro en este acto que, por primera vez, se entregó en Valencia durante la celebración de la 32 edición de Cinema Jove, cuyo director, Carlos Madrid, manifestó que la película que más le había marcado había sido El rey del río.
Valencia acogió la primera actividad que la institución ha desarrollado dentro del programa ‘La Academia del Cine en Red’: la entrega del Muñoz Suay a Gutiérrez Aragón, “que quiso ser escritor antes que director de cine”, indicó el director general de la Academia, Joan Álvarez, que calificó a A los actores de “auténtica joya”.
