Sonia Grande: «La lealtad es fundamental en nuestro trabajo»

Por Chusa L. Monjas · Foto: © Enrique F. Aparicio · 11 julio, 2017

La diseñadora de vestuario ha reingresado recientemente en la institución

«Cuando se entrevista con un director, el diseñador tiene que llevar una idea concreta, un planteamiento y una narrativa clara para desarrollar. Si no es así ¿para qué le contratan?», se pregunta Sonia Grande, reconocida figurinista del cine español fichada por directores de todo el mundo, cuando comprendió que la cámara tiene una dosificación poética que va descubriendo poco a poco “cómo es la hebilla del zapato y más tarde la media de seda ya medio rota… Esta sutileza narrativa me volvió loca de amor por el cine”. Con su primer trabajo “filmado”, El Quijote, quedó atrapada por la lectura de guiones –“Te imaginas cómo son los personajes y cómo van vestidos”–; la documentación e investigación “para ilustrar y transmitir bien lo que narra el guión y saber interpretar la época”; la búsqueda de los tejidos y complementos; y el dibujo del personaje, “que puedes repetir 75 veces”, confiesa la creadora asturiana, que con 14 años dibujaba los personajes de las novelas que leía y los vestía y adornaba con pequeños objetos. “Ya estaba haciendo mis primeros figurines”, advierte. Medalla de Oro de las Bellas Artes 2015 y con un Goya por La niña de tus ojos, tiene todavía en la cabeza sus títulos más recientes –La ciudad perdida de Z, La cordillera y El secreto de Marrobowne– y prepara el nuevo proyecto de Farhadi.

¿Cree que en España están valorados los técnicos de cine?

Sí, cuando son buenos. Y en este país hay muchos buenos, sobre todo cuando el productor o el director con talento sabe reconocer la necesidad de delegar en un buen técnico.

De todo el proceso creativo , ¿qué es lo menos estimulante?

La intendencia –transportes, logística y presupuesto– del departamento me parece quizá menos fascinante, pero lo único decepcionante e imperdonable es tener un equipo que no te siga el juego.

Usted trabaja mucho fuera de España, ¿cúal es el nivel de los diseñadores de vestuario españoles?

En todos los lugares hay buenos y malos. Favorecería que los jóvenes diseñadores tuvieran aventuras y desarrollos más complejos y más interesantes si se elevara el nivel de exigencia.

Empezó en el teatro e hizo sus pinitos delante de la cámara, ¿cuándo supo que le gustaba el cine?

En el Conservatorio de Arte Dramático tenía como catedrático de vestuario a Francisco Nieva y, además, una vez allí entré en contacto con el director del Teatro Español, Miguel Narros, y su escenógrafo y colaborador artístico, el maravilloso Andrea D’ Odorico. A Miguel y Andrea siempre les llevo conmigo, me enseñaron prácticamente todo lo que sé de este oficio, transmitiéndome que esto más que un trabajo es una manera de vivir. En la carrera interpreté protagonistas de grandes clásicos como Shakespeare, Molière, Lope, Lorca y Calderón, y también presenté un programa posmoderno para TVE. Toda esta experiencia me ha enseñado a conocer mucho más los procesos internos de los actores, sus métodos de trabajo y la enorme importancia que adquiere el vestuario. Meryl Streep es la campeona de estos procesos de interrelación con el diseñador.

¿Qué hace falta para entender al director, a los actores y a los personajes?

Pasión, interés, talento, ganas, complicidad, inteligencia y, sobre todo, lealtad, una palabra fundamental en nuestro trabajo.

¿Qué es lo definitivo a la hora de elegir las películas en las que trabaja?

Sin duda el director y una buena historia.

Crear una nueva persona

¿Cúal ha sido la evolución del diseño de vestuario a lo largo de los años?

Personalmente me interesan muchos los inicios del siglo pasado y lo que supuso la ‘democratización de la moda’. Hasta esa fecha la moda venía dictada por la aristocracia, pero la llegada de las vanguardias modifica profundamente esos conceptos y son los artistas los que pasan a diseñar esas nuevas formas. Midnight in Paris y Magia a la luz de la luna, de Woody Allen, son dos ejemplos de mi cinematografía en los que trabajo esos acontecimientos.

¿Qué película ha sido la más complicada de vestir?

Todas son complicadas, pero fue muy dura La ciudad perdida de Z. Fueron seis semanas y media de preparación, casi 3.000 trajes, varios países y distintos continentes. Estoy muy contenta del resultado, me parece una película muy especial, ¡pero casi muero!

¿Qué nombres han marcado la historia del diseño de vestuario en el cine español?

Miguel Narros y Andrea D’ Odorico, mis maestros; Javier Artiñano, Gerardo Vera, Pedro Moreno e Yvonne Blake, a la que tengo un gran cariño.

Es conocida su adaptación a todos los registros, pero ¿cuál es su género favorito como profesional y como espectadora?

El cine de autor.

Para usted, ¿qué es el vestuario?

Es una forma plástica con volumen, color y textura que juega un rol dentro de la imagen. No solo cubre el cuerpo del personaje sino que también da información, produce emociones, sugiere ideas sobre los personajes, establece sus principales rasgos, contribuyendo y aportando datos a la historia y al estilo general de la película.

Parte de nuestro trabajo consiste en sacar a la luz la personalidad que está escrita en papel. No se trata de crear un vestido o un traje, sino una nueva persona. Antes de que el actor hable, su vestuario ya está proporcionando información.

¿Qué relación mantiene con los actores a los que viste?

Intento que sea excelente y, dentro de la seriedad, que también sea divertida y muy cómplice. Las pruebas de vestuario, los camerinos… pueden resultar lugares duros y complicados. A nadie le gusta ‘desnudarse’, creo que hay que desmontar esta idea de examen desagradable y de prueba férrea, y transformarlo en un espacio de trabajo lúdico y creativo.

¿Cuáles son sus fuentes de inspiración?

Múltiples. Siempre encuentro en la pintura la complicidad y la profundidad. La inspiración es como la magia, un absoluto misterio.

Ha colaborado con grandes directores y con muchos de ellos ha repetido, ¿qué ha aprendido de Almodóvar, Amenábar, Trueba, Iciar Bollain, José Luis Cuerda, Miguel Hermoso y Woody Allen, entre otros?

Se aprende de los directores, de los compañeros, de la aventura, del viaje… A todos les tengo un enorme afecto y les estoy enormemente agradecida , sobre todo por los momentos interesantes, divertidos y felices que hemos compartido haciendo cine.

Acaba de reincorporarse a la Academia, ¿qué espera de esta vuelta a la institución?

Confío muchisimo en el nuevo equipo directivo, en su talento, honestidad y capacidad de trabajo. Me gustaría que la Academia fuera algo más grande que la coordinación de un premio y que contemplara y ayudara en otros aspectos de nuestros intereses.

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