Solo el 38% de los personajes del cine español son mujeres

23 noviembre, 2017

Presentado el Estudio sobre la presencia de la mujer en las producciones españolas de ficción (2014-2016), un trabajo del Departamento de Socios de AISGE

El desequilibrio entre hombres y mujeres en las pantallas del cine y las series televisivas españolas ya tiene números. El Estudio sobre la presencia de la mujer en las producciones españolas de ficción (2014-2016), un trabajo del Departamento de Socios de AISGE (la entidad que gestiona los derechos de propiedad intelectual de actores y actrices) ha tomado nota de los más de 300.000 personajes en producciones españolas que desfilaron por nuestras pantallas (pequeñas y grandes) a lo largo del último trienio. En un país con casi un 51% de mujeres en su población, los personajes femeninos de nuestro cine son el 37,8% (3 mujeres por cada 5 hombres). El desequilibrio es mayor si nos centramos en los papeles protagonistas.

Con el objetivo de conocer la importancia de esos papeles en la pantalla y la edad de los intérpretes que los encarnaron, para la elaboración de este estudio se han analizado 301.912 personajes masculinos y femeninos de 394 filmes y 16.377 episodios de series españolas.

Los 394 largometrajes españoles que se exhibieron en salas durante el período 2014-2016 sumaron un total de 9.265 interpretaciones y 82.127 secuencias. De estas dos cifras, un 38% de los personajes y un 37% de las secuencias  correspondieron a lo largo del trienio a mujeres, en clara situación de inferioridad respecto a los hombres. Es decir, que por cada personaje femenino nos encontramos con 1,64 masculinos. El desequilibrio de género es doble porque, además de manifestarse en la cantidad de papeles, los femeninos tienen una menor relevancia.

El abismo entre actores y actrices afecta de forma parecida a las diferentes categorías del elenco de una película. Los personajes femeninos obtuvieron una media del 36% en todos los rangos de relevancia durante 2014, del 37% en 2015 y del 39% en 2016. Pero la escasa visibilidad de la mujer en la pantalla la confirma un dato para todo el trienio: las actrices consiguieron solo el 34% de los roles protagonistas, mientras que la cifra ascendió ya al 40% en el caso de los secundarios.


En la madurez
Las menores oportunidades que encuentran las artistas a la hora de optar a un papel disminuyen aún más conforme su edad avanza. Este estudio confirma la idea de que, para que una mujer ocupe un puesto destacado en un plantel, es preferible que sea joven. En los 143 filmes españoles analizados durante 2014 se contabilizaron 85 protagonistas encarnados por menores de 35 años. Los protagonismos se redujeron a menos de la mitad (fueron concretamente 42) en la franja de entre 35 y 44 años: 28 de ellos fueron masculinos y 14 femeninos. Esa brecha fue acrecentándose en la franja de edad de 45 a 64 años (con 23 actores con personajes de máxima relevancia y solo cinco actrices en la misma categoría) y hacerse con un protagonismo resultó imposible para las mujeres por encima de los 64. En la muestra analizada no hubo aquel año una sola actriz de esa edad con un papel de esas características, pero tres hombres sí que recibieron ese encargo.

En 2015 el panorama empeoró para las intérpretes más jóvenes (entre los 35 y los 44 años apenas se registró un 25% de protagonistas femeninas), aunque paradójicamente mejoró para las de los rangos superiores: hubo una artista mayor de 64 con rol protagónico, y en esa categoría el número de personajes masculinos cayó a solo dos. 2016 volvió a traer buenas noticias para las profesionales en la madurez, especialmente para las de entre 45 y 64 años, pues su raquítica participación del 19% en la máxima categoría interpretativa durante 2015 se elevó luego a un 34%. Aun así, el 76% de todas las intervenciones protagónicas a partir de los 45 correspondió en el trienio a hombres, con más de un 80% en el grupo de 64 años en adelante.

El desequilibrio que perjudica a las artistas maduras afectó también a los personajes con protagonismo compartido o coprotagonistas en cine a lo largo de los tres años del estudio. En 2014, las mujeres de entre 35 y 64 años acapararon únicamente el 32% de los papeles pertenecientes a esta categoría, frente a un 67% para hombres de esa horquilla de edad. El anterior porcentaje descendió al 29% en el caso de las mayores de 64. El panorama se repetiría en 2015, aunque se percibió una pequeña mejora: la de las actrices desde los 35 hasta los 44 años, cuya cuota en roles coprotagónicos se incrementó hasta rozar el 40%, una proporción idéntica a la de sus compañeras menores de 35. En 2016 se produjo una mejora generalizada. Y es que, por primera vez, las féminas menores de 35 con personajes coprotagonistas en largometrajes superaban con un 55% a sus coetáneos, que recibieron el 45% de esos papeles. Y hubo ocho actrices por encima de 64 años en este rango de relevancia, casi a la par que actores, quienes consiguieron nueve apariciones. El balance en este segundo escalafón de los elencos cinematográficos es más positivo para las profesionales mayores: a partir de los 45 aglutinaron el 31% de las intervenciones y, una vez cumplidos los 64, llegaron a un 36%.

El equilibrio de sexos por debajo de los 35 años se mantuvo intacto durante todo el período en los personajes secundarios. En esta categoría interpretativa la brecha entre unos y otras es más acusada entre los 35 y los 64 años, momento a partir del cual se suaviza ligeramente pese a constituir el grupo de más edad. La horquilla peor parada en el lapso 2014-2016 fue la comprendida entre los 45 y los 64: año tras año las intervenciones secundarias se distribuyeron en torno a un 70% para el género masculino y un 30% para el femenino. Ya en la tercera edad, aproximadamente el 42% de las actuaciones correspondió a mujeres.

Por último, en el caso de los intérpretes de reparto en filmes, se mantuvo la paridad entre mujeres y hombres por debajo de los 35, aunque con mayoría femenina en 2016: ellas representaron el 53% de este tipo de personajes y ellos se ocuparon del 47%. En segundo lugar, la distancia entre actores y actrices se amplió en las franjas desde los 35 a los 44 años y desde los 45 a los 64, con hegemonía masculina. El mejor dato del trienio para las artistas de dichas edades en papeles de reparto fue del 41% y se registró en 2014. El informe también recoge la progresión positiva de las mayores de 64 años, que pasaron de apenas un 35% de las interpretaciones en 2014 al 49% en 2016. Es decir, que el año pasado hubo equilibrio entre ambos géneros en los grupos más joven y más mayor.

Por su parte, los 16.380 episodios de series españolas emitidos y analizados durante el periodo 2014-2016 en abierto y en canales de pago generaron un total de 292.647 interpretaciones de distinta relevancia. Y de esa cifra, un 44,7% de los trabajos correspondió a actrices, presentes en un 44% de las secuencias. En definitiva, nos encontramos con 1 personaje femenino por cada 1,23 masculinos.

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