Ante todo, ciudadanos | Jornada sobre Cine, ayuda y solidaridad

5 diciembre, 2017

La Academia de Cine organizó Cine, Ayuda y Solidaridad, una jornada en la que reunió a profesionales que utilizan el cine y su popularidad con fines sociales

“Son muchos los proyectos y las campañas con las que se comprometen los profesionales de nuestro séptimo arte. Los cineastas españoles utilizan su herramienta principal, la imagen, para que sean visibles causas injustas y transmitir valores como el respeto y la superación, que deberían ser siempre el motor de las sociedades”. Yvonne Blake inauguró la jornada Cine, Ayuda y Solidaridad en la Academia, que reunió a profesionales que dialogaron sobre cómo utilizar el celuloide con fines sociales. Javier Bardem, Dani Rovira, Mabel Lozano, Manuel Burque y Fernando León de Aranoa fueron algunos de los cineastas que participaron en este encuentro, en el que Elena Anaya destacó que tras implicarse en experiencias como esta, en su caso de la mano de Acnur o Greenpeace, “uno vuelve con esperanza, aliento y ganas de mejorar el mundo, pero como ciudadana y como persona, no como actriz”.

Moderada por el publicista y creador de Pastillas contra el dolor ajeno, Jorge Martínez, la primera mesa redonda analizó el potencial del cine como medio y la labor de fundaciones y asociaciones que trabajan mano a mano con cineastas para poner en valor ciertas causas y amplificar el mensaje. “Utilizo el cine como una herramienta transformadora”, declaró Mabel Lozano, que apuesta por películas que te dicen “mira y comprométete”. Doce años después de haber empezado su carrera como cineasta, cree que es muy importante “recaudar fondos, pero también hacer denuncia y compromiso. Solo a través de la educación cambiaremos el mundo”. No son solo palabras: la directora de Chicas nuevas 24 horas consiguió con este filme presionar al gobierno paraguayo para que el captor de una de las víctimas de la trata esté hoy en la cárcel. ¿Su último proyecto? Ha puesto en marcha una App videojuego pionera en la que chavales pueden ponerse en la piel de una víctima de trata.

José Carnero, que puso su talento al servicio de la curación de la leucemia y dirige la Fundación Uno entre cien mil, manifestó que “el mundo del cine lo que tiene detrás son muchas personas comprometidas con la conciencia de que pueden ayudar. El mundo cambia no con herramientas ni con sectores, el mundo cambia con personas que se quieren comprometer a cambiar el mundo”. Contaron con Penélope Cruz para el rodaje del documental Soy uno entre cien mil, colaboración que les ayudó de manera crucial para la difusión del filme  –“Con su intervención en El hormiguero pasamos de tener 300 socios a 2.300, pero lo más importante fue conseguir 80.000 SMS y 100.000 euros, con los que pusimos en marcha una beca de investigación gracias a la cual un equipo de 12 investigadores aún trabaja hoy”–.

Y más resultados. “Con el dinero recaudado con Maktub pudimos hacer un centro de trasplante de médula ósea, que a día de hoy ha realizado 194 trasplantes. Mi segunda película, Lo que de verdad importa, ya ha superado los 3 millones de espectadores en todo el mundo y 3 millones de euros recaudados para niños”, apuntó Paco Arango, presidente de la Fundación Aladina, con la que presta ayuda a más de 1.000 niños enfermos de cáncer en hospitales de toda España. El cineasta, que ha financiado su última película él mismo, asegura hacerlo porque tiene “unos chicos que me tiran de la solapa: son mi inercia, mi gasolina”.

Mónica Esteban, presidenta de Juegaterapia, creó un proyecto gracias a los fondos del preestreno de Norman, protagonizada por Richard Gere: los niños del Hospital Niño Jesús tienen enfrente el Parque del Retiro, pero no pueden acceder a él; desde su organización han conseguido llevar el parque a los niños modificando espacios dándoles un nuevo aire. Esta creativa publicitaria, que abandonó el mundo de las agencias por un impulso para poner en marcha la fundación de la que es presidenta, animó a los asistentes a comprar el calendario ‘Resistiré’, y declaró que “las personas reconocidas reciben muchos impactos diarios de gente que les pide cosas, hay millones de razones por las que veces no se ayuda, pero en el momento que uno de ellos lo hace son altavoces brutales de nuestra labor. No os podéis imaginar lo que aporta que una persona como Paula Echevarría hable de lo que hacemos”.

Desde su desembarco en el cine como director y guionista, Manuel Burque, “ser humano comprometido”, ha vivido un proceso de cambio. Hoy es consciente de que “el cine y el audiovisual pueden transformar a muchos niveles. Física o química ayudó muchísimo a la aceptación de la homosexualidad. No solo las grandes obras críticas transforman, el mainstream llega a más gente y, a poco que metas, cambia. Los creadores tenemos que responsabilizarnos: podemos cambiar de personajes masculinos a femeninos, meter gente integradora, un personaje con una discapacidad…”. Está ultimando el rodaje de la segunda temporada de Radio Gaga, espacio mediante el que acerca al público junto a Quique Peinado historias de algunos invisibles de este país y que le ha permitido transformarse como cómico. En el camino se ha dado cuenta de que “el cinismo ya está pasado de moda. El buenísimo es el nuevo punk”.

En palabras de Martínez, “este tipo de iniciativas, desde lugares como este, tienen la capacidad de amplificar el mensaje y generar un debate que es más importante que nunca”. Recordó también la campaña Pastillas contra el dolor ajeno, en la que pidieron a reconocidos socios de Médicos sin fronteras que pusieran rostro a un drama casi desconocido, el de las enfermedades olvidadas que matan a 8.000 personas al día en todo el mundo. Contaron con Pilar Bardem, Javier Bardem, Luis Tosar y Luis García Berlanga, y consiguieron así vender más de 6 millones de cajas de pastillas (recaudando casi cinco millones de euros para esta causa). En definitiva, un ejemplo más y “una de las campañas más eficaces y premiadas de la historia de la publicidad”.

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