Masterclass de Belén Atienza en la Academia

3 julio, 2018

La productora de Lo imposible, Un monstruo viene a verme y Jurassic Word:El reino caído protagoniza un encuentro en la Academia con estudiantes de producción y académicos

Junto a J.A. Bayona forma uno de los tándem profesionales más exitosos del cine español, pero la figura de Belén Atienza, va mucho más allá de ser la compañera de viaje de Jota. “Pionera de películas de gran presupuesto con visión internacional en nuestro cine”, en palabras de Mariano Barroso, presidente de la Academia, que abrió el encuentro programado por la Fundación Academia de Cine, donde revindicó su papel en nuestra industria –“la voz de Belén se escucha en un mundo de hombres, y ha trabajado con actores y productores de primera línea”– y la señaló como «un espejo en el que muchas mujeres y hombres se quieren mirar».

Abogada de profesión, su formación cinematográfica ha sido pasional, “de ver mucho cine, de comprar todas las revistas. Mi inquietud creativa era como construir eso para llegar al público”. Acompañada de las productoras Ana Amigo y María Luisa Gutiérrez, miembros de la Junta Directiva de la Academia, Atienza desgranó en el encuentro las diferencias entre las películas que había respaldado anteriormente y una superproducción de 200 millones de dólares como es la nueva entrega de Jurassic World, el papel del productor en un filme, los deberes pendientes de España para favorecer la inversión privada y extranjera en el audiovisual y el feedback recibido por parte de Steven Spielberg.

“Que estuviera yo fue una de las primeras cosas que negociamos cuando le ofrecieron el proyecto a Jota. Mi papel ha sido gestionar esa película intentando protegerle”, relató Atienza, que señaló la industria mayoritariamente masculina en la que se movía –“los jefes de equipo eran todo hombres”.

El suyo es un perfil de productora que opina en términos creativos a lo largo del proceso. “La diferencia con Un monstruo viene a verme o Lo imposible es que las decisiones las tomábamos entre la directora de producción Sandra Hermida, Jota y yo. Y en una película de estudio como Jurassic World no hay margen para negociar cada paso. Las decisiones son tan caras que cada pequeño paso está muy medido. Tuvimos ocho meses de preproducción, las decisiones creativas las tienes que compartir con mucha gente y siempre te planteas si es conveniente decirlo y cuándo. El final cut pertenece al estudio. Un estudio hace 40 películas al año y no se pueden permitir analizar cada uno de los cambios de cada una de las producciones”, explicó.

 

El público en mente

La última entrega de la saga jurásica es la película más rápida que ha hecho el tándem Atienza-Bayona -“El estudio fija la fecha de estreno lo primero y a partir de ahí planifican, mirando atrás, y tienes que llegar sí o sí”- y admira la organización imperante en estas superproducciones donde cada detalle tiene a numerosas personas implicadas, pero cree que también el equipo español ha aportado su sello. “Belén siempre ha defendido que hay técnicos de grandísimo nivel en España, pero ella no solo se queda en palabras lo hace con la práctica”, le elogió Barroso refiriéndose al director de fotografía Óscar Faura, los montadores Bernat Vilaplana y Jaume Martí; el responsable de diseño de sonido Oriol Tarragó, el director de la segunda unidad Eugenio Mira, entre otros profesionales, que acompañaron a Bayona en su incursión en Hollywood y en la saga de Spielberg.

“En Europa tenemos una relación más personal con las películas que en EE.UU., donde es un proceso mucho más mecánico”, reflexionó la productora que celebró que se escogiera Londres y los estudios Pinewood para gran parte del rodaje. Del feedback que recibieron de Spielberg en las reuniones de trabajo se queda con una máxima: “Él tiene en mente al público, lo tiene todo el rato presente. Te dice que no te puedes permitir ni un minuto que no se entienda”.

La productora rememoró sus inicios en Sogecable y Telecinco. «Entré en 2001 cuando se había aprobado una ley que obligaba a las televisiones hacer cine. Me dio la oportunidad de conocer el mercado internacional, las preventas, manejar distintos presupuestos según los proyectos, ver los ensayos y los errores”, afirmó Atienza, que tuvo la corazonada de que la historia de que Lo imposible era una película, al escuchar la historia de María Belón por la radio. «Cuando le conté a Jota algunas de las frases que había dicho María y lo sucedido acabamos los dos llorando”, reveló sobre la conexión con esta cinta que supuso un hito en la producción española.

 

Cine y educación

Defensora de seguir creando cine para la gran pantalla, señaló las trabas que se tienen que derribar en España para atraer a los inversores. “Las grandes fortunas en EE. UU. invierten en películas independientes no de manera altruista, sino porque tienen asegurado un retorno. Es negocio y es prestigio. Después de Lo imposible, teníamos colas de señores para hacer Un monstruo viene a verme con nosotros. En cuanto hay una oportunidad de negocio la inversión privada acude”, aseguró Atienza que pidió para nuestro país menos burocracia, incentivos fiscales a la producción y la educación en cine para que la historia del cine forme parte del currículo escolar, al igual que el arte y la literatura.

Convencida de que “en España nos falta mercado, gente que vaya al cine para las películas que hacemos”, sus producciones siempre han tenido una vocación tanto nacional como internacional, para lo que asegura que lo imprescindible es rodearse de los socios adecuados. “Si existe una clave para la internalización de nuestro cine es encontrar un distribuidor que cuide la película”, expuso. Atienza concluyó el encuentro lanzando un consejo a los estudiantes de producción asistentes: “Mídete con el mejor cine que se hace, aunque luego te quedes a medio camino y pelea”.

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