Javier Ruiz Caldera: “No sé por qué en las películas de superhéroes la gente ni come ni duerme”

Por Enrique F. Aparicio · Fotos © Quim Vives · 9 octubre, 2018

Salvar el mundo y recalentarse la cena. Detener a robots gigantes y llegar en un pispás a trabajar. Los poderes de Superlópez sirven para lo humano y lo superhumano, y lanzándose a trompazos entre lo más terrenal y la estratosfera se mueve la adaptación que firma Javier Ruiz Caldera del querido personaje creado por Jan. Dani Rovira se enfunda las mallas del protagonista, que deberá detener los maquiavélicos planes de una villana interpretada por Maribel Verdú. Unos efectos especiales a la altura de los Siete Reinos de Juego de tronos hacen creíbles las trompadas, los vuelos supersónicos y la tecnología extraterrestre; los chistes, con sello Cobeaga-San José, nos muestran cómo todo el trajín superheroico bien puede darse en nuestro país. Porque el tortazo de un robot puede hacerte saltar un diente pero también las migas de cruasán del bigote.

Superlópez, superhéroes, superproducción… todo en esta película parece grande, ¿le dio vértigo ponerse a los mandos?

La verdad es que no, siempre he oído eso de que “el tamaño no importa” así que la ilusión pudo más que cualquier otra cosa. Lo que sí he sentido durante todo el proceso es una enorme responsabilidad por llevar a cine este personaje tan querido por toda una generación, entre la que me incluyo.

Las grandes producciones son cada vez menos ajenas a nuestra industria, su filmografía da cuenta de ello. ¿Cómo cree que afecta eso a nuestro ecosistema cinematográfico?

Las grandes producciones, y además habladas en nuestro idioma, son tan imprescindibles como las películas independientes, de autor o las de presupuesto medio. Una industria sana debería facilitar que podamos contar las historias que nos definen, con las que nos identificamos, independientemente del tamaño de la producción. Es cierto que, a mayor presupuesto, mayor es el riesgo en términos comerciales. Pero afortunadamente estamos viendo cómo el público está respondiendo a esta diversidad, y la imagen del cine español cada vez se aleja más de aquella concepción, tan antigua, de película pequeña.

En la cinta es recurrente el chiste de que no puede haber un superhéroe español, que no pega. ¿Dónde ve esa contradicción? ¿Nos miramos en los espejos equivocados?

Eso lo dice un personaje de la película y refleja ese complejo que a veces tenemos, una concepción de nosotros mismos un poco derrotista. De creer que un superhéroe solo puede ser americano, o inglés… o japonés como mucho. De que aquí no se puede. ¿Y por qué no? Hemos demostrado que podemos competir en cualquier ámbito con el resto del mundo, pero aún solemos considerar, erróneamente, que lo de aquí es como un quiero y no puedo. La película habla de lo contrario, y explora la idea de qué pasaría si alguno esos superhéroes que hay por ahí, por accidente, hubiese nacido en nuestro país. Pues seguro que algo de lo nuestro se le habría pegado, y no todo son cosas negativas como se pueda pensar. Al contrario.

Superlópez resuelve el extrañamiento del género a través del humor y un cierto costumbrismo. ¿No nos creeríamos a un súper héroe español que no desayunara cruasanes y llegara tarde a trabajar?

Bueno, es que desayunar un cruasán y un café con leche, además de un guiño al cómic de Jan, es lo más normal del mundo. Lo que pasa es que no sé por qué en las películas de superhéroes la gente no come, no duerme, ni va al baño. A Superlópez le veremos hacer cosas mucho más cotidianas, y a veces usa sus poderes para calentarse una pizza que se la quedado fría o dormir un poco más y llegar a la oficina con la supervelocidad, y si tiene un problema gordo, pues se va a casa de sus padres, lo más normal del mundo. Que no todo el rato se está salvando el planeta. La verdad es que con los guionistas Borja Cobeaga y Diego San José nos hemos divertido mucho pensando en todas estas cosas.

¿Cuánta libertad se tomaron para jugar con los personajes de Jan?

Para pasar del cómic a imagen real siempre hay una serie de licencias que te tienes que tomar para hacer la historia creíble, son formatos distintos y funcionan con códigos diferentes. Hemos mantenido la esencia de lo que es Superlópez, un cómic con el que crecimos y que amamos, que mezclaba géneros, mucha comedia pero también aventuras, acción, fantasía, robots gigantes, clones, superpoderes y sobre todo unos personajes maravillosos: López, Luisa y Jaime. Eso es para nosotros el Superlópez de Jan y ese es el imaginario que hemos mantenido.

¿Qué vio en Dani Rovira para lucir el mostacho de Súper López? ¿Y en Maribel Verdú como villana?

Dani tiene una maravillosa mezcla de comicidad, naturalidad y ternura que el personaje requería. Necesitábamos a alguien que pudiese reflejar tanto el patetismo de López como lo épico de Superlópez, y Dani es perfecto para eso. ¡Y qué bien le queda el bigote! El propio Jan nos dijo que le parecía una buenísima idea su elección, así que sabemos que hemos acertado. Solo hay que ver la película para comprobarlo. Por otro lado, un héroe mítico necesita un villano a su altura, así que fuimos a lo seguro. Maribel Verdú es una grande, consigue darle verdad a cualquier cosa que hace. Ver a los dos juntos en la pantalla es toda una experiencia, estoy muy feliz de poder tenerlos en la película.

«Las grandes producciones son tan imprescindibles como las películas independientes»

¿Qué criterios tuvieron en mente para diseñar el apartado visual de la cinta, que casa el cómic de ciencia ficción con estéticas e imágenes muy nuestras?

Fue un trabajo apasionante de meses de preparación. Viendo cómo acercar a la realidad esa estética de los cómics. Qué cosas podríamos apropiarnos de las historietas y que otras cosas no, ya que pondrían en juego la credibilidad de la historia. El equipo de arte, liderado por Balter Gallart, y el de fotografía, con Arnau Valls a la cabeza, han hecho un trabajo impresionante. Y en el apartado de efectos especiales queríamos ir más allá, y ver volar a nuestro protagonista de manera creíble, que se pegase trompazos, atravesase paredes y luchase contra robots gigantes… Laura Pedro de El ranchito, la misma empresa que hizo los dragones de Juego de Tronos, lo hizo posible. Es realmente espectacular lo que se ve en la película. Nunca se había hecho nada así en nuestra cinematografía y estamos todos muy orgullosos.

Parece claro que Superlópez tiene la intención de convertirse en una saga. ¿Están trabajando en su continuación?

Cuando haces una película piensas que va a ser única, lo das todo y pensar, al menos por mi parte, en una saga o algo así me resultaría un poco pretencioso. Es cierto que ahora que ya está acabada y la han visto los productores, parece ser que ven el potencial de continuar la aventura, pero eso es algo que ya se hablará.

La cinta se estrena a nivel mundial en el Festival de Sitges. ¿Qué cree que le puede aportar el festival a la película, y viceversa?

Lo de Sitges ha sido un regalo inesperado. No me imagino un lugar mejor para estrenarla. Es el festival de género fantástico más mítico del mundo, y esta película tiene mucho de fantasía y de género. Yo no sé que le puede aportar la película al festival, eso es algo que sabrá mejor su director Ángel Sala que la ha seleccionado, lo que sí se es lo que me aporta a mí y es que ese día voy a ser el director más feliz del mundo, viendo cómo la gigantesca platea del Auditori explota en carcajadas.

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