El misterio y la parapsicología es terreno abonado para el miedo y el humor, una conjunción ideal para reunir a Javier Ruiz Caldera y Alberto de Toro, que vuelven a dirigir a cuatro manos después de Malnazidos. Delante de la cámara Berto Romero, que interpreta en El otro lado a Nacho Nieto, un periodista especializado en lo paranormal que se topa con un virulento caso poltergeist en un piso del extrarradio de Barcelona, justo cuando pasa por su peor momento profesional y personal. El actor y showrunner de la serie se aleja de la comedia autobiográfica que ya exploró en Mira lo que has hecho y se asoma al género flanqueado por su inseparable compañero Andreu Buenafuente. El humorista encarna al mentor de este reportero en horas bajas, que también tendrá que enfrentarse a los fantasmas de su pasado. La historia se verá en pantalla grande en el Velódromo de San Sebastián y luego pasará por el Festival de Sitges, una oportunidad de comunión directa con los espectadores que hace felices a sus directores y conecta con su forma de afrontar las producciones. “Tiene cierta lógica porque intentamos no hacer distinción entre cine y series”, aseguran Ruiz Caldera y De Toro, que no se han repartido capítulos, “hemos estado los dos en el set siempre”.
Es una serie impulsada por Berto Romero. ¿De qué modo os suma a El otro lado?
Javier Ruiz Caldera: Berto siempre nos está hablando de sus proyectos, de las cosas que tiene en la cabeza que son inabarcables, y cuando nos propuso la idea enseguida vimos que era muy apetecible y sobre todo un proyecto para que Alberto y yo nos volviésemos a juntar como directores. Con Berto llevo trabajando más de 10 años, desde mi primera película Spanish Movie, donde tenía un pequeño papel, hasta Tres bodas de más, Anacleto: agente secreto… En la serie Mira lo que has hecho empezó una colaboración de él como creador y yo como director y Alberto en todos estos proyectos estaba como montador, así que ha sido muy natural.
La serie comparte sus sellos de identidad como directores: el género y el humor.
Alberto de Toro: Era perfecto porque la serie tenía de las dos cosas y estamos contentos porque ninguna se come a la otra. Hemos hecho una cosa inclasificable, que mezcla varios géneros porque tiene un poco de drama, un poco de crítica a los medios y terror y comedia equilibrados.
J.R: La comedia sale siempre de manera natural y sobre todo teniendo a Berto como showrunner, pero sí que hemos intentado que el terror sea más seco y más crudo. Era como meter a un personaje berlanguiano en una película de William Friedkin. Teníamos en mente ese contraste a la hora de hacer la serie.
Berto Romero y Andreu Buenafuente llevan trabajando juntos muchísimos años. ¿Cómo se traduce eso en un set?
J.R: Era un reto tener a Andreu y a Berto como protagonistas. Berto ya ha demostrado que se está convirtiendo en un grandísimo actor. En esta serie da un paso adelante. Andreu era una promesa que nosotros veíamos clara, pero que también ha superado todas nuestras expectativas. A Berto lo habíamos visto como actor, pero seguramente sus papeles no distaban tanto de su personaje televisivo, sobre todo en Mira lo que has hecho, que incluso se interpretaba a él mismo. Aquí ha demostrado que tiene un talento increíble y Andreu también. A pesar de que se han alejado de sus personajes habituales, lo bueno es que mantienen en pantalla esa química que todos conocemos.
A.T: Teníamos el reto de que no pareciera ‘Nadie sabe nada’ y va a sorprender que no tienen las mismas dinámicas que cuando colaboran en los programas de humor.
J.R: De la parte que más orgullosos estamos es cómo están todos los actores. Todo el mundo se va a fijar mucho en Berto y Andreu; pero no hay que dar por sentado a las pedazo de actrices que tenemos, María Botto y Eva Ugarte, que tienen un peso muy importante en la trama, o a Nacho Vigalondo, que la gente se va a partir de risa y a asustarse con él.
“Hemos tratado el mundo del misterio con la seriedad que merece”
Programas como ‘Cuarto milenio’ han puesto en el imaginario de los españoles el misterio y lo oculto. ¿Qué os han aportado este tipo de referencias a la hora de rodar El otro lado?
A.T: El showrunner lleva una trayectoria de años y años de haber seguido estos programas y al escribir la serie lo ha volcado. En mi caso, no era muy seguidor.
J.R: Yo sí que he sido consumidor de estos productos televisivos, era algo que me interesaba y que me divertía a la vez como espectador. Me lo tomaba en serio y a la vez me hacía gracia. Pero en la serie hemos querido huir de la caricatura. El mundo del misterio y sus expertos pueden llegar a parecer paródicos. Y nosotros, para acercarnos desde un tono realista, nos lo hemos tomado con la máxima seriedad posible. Los hemos tratado con la seriedad que creemos que merecen.
LOS FANTASMAS DEL PASADO
Los fenómenos paranormales aparecen en un piso muy normal del extrarradio de Barcelona. ¿Contribuye a que la serie sea más realista y costumbrista?
J.R: Yo vivo en las afueras de Barcelona y tiendo a irme fuera. Tres bodas de más la rodé en Castelldefels y Anacleto… en Hospitalet de Llobregat. El extrarradio es un lugar donde me siento cómodo, hay lugares muy cinematográficos y le pegaba mucho a la serie, nos gustaba esa estética.
A.T: Queríamos huir un poco del ambiente urbano. De ciudad pura y dura de centro de capital. Y tirar al barrio. Hacer algo que no sea tan bonito y que ayude a que te creas la historia.
En su filmografía ya había una película con apariciones de muertos, como es Promoción fantasma, aunque estos eran mucho más amables.
J.R: Ya había coqueteado con el mundo fantasmagórico en mi segunda película. Aquí en la serie los fantasmas dan mucho más miedo. Fantasmas hay de muchos tipos y estos son un poco peores. Pero sí hemos hecho una cosa en común y es que los tratamos igual que a los vivos. Esto es algo que en Promoción fantasma nos funcionó muy bien y aquí no le damos un tratamiento fantasmagórico especial, sobre todo al personaje que acompaña al protagonista.
“El género es un arma muy poderosa para hablar de cosas serias”
El otro lado también aborda problemas sociales que nos ponen los pelos de punta. ¿Es a veces lo real mucho más terrorífico que lo paranormal?
J.R: La serie habla de otro tipo de fantasmas que todos tenemos en el pasado y es una manera que tiene el género de contar las cosas de manera metafórica o simbólica, más accesible y sin ponerlo tan enfrente. El género es un arma muy poderosa para hablar de muchas cosas serias.
A.T: Hay un tema social importantísimo en la serie. Era algo que estaba en el guion y que lo que queríamos tratar con todo el respeto posible y la máxima seriedad. Y ahí no hay broma.
“Cada vez es más difícil determinar qué es verdad y qué no”
Otro de los grandes asuntos es la verdad y la honestidad con los espectadores. Cuando encendéis la televisión, ¿encontráis esa verdad?
J.R: Cada vez es más difícil determinar qué es verdad y qué no. Hay posverdad, uno está confuso con lo que escucha, lo que oye o lo que te puedes llegar a creer. Y la serie habla de esto, es una búsqueda por parte del protagonista de la verdad con todas sus consecuencias.
A.T: Con la inmediatez ahora de las redes sociales yo pongo bastante en duda casi todo. Todo el mundo se calienta enseguida y yo digo ‘frena, piénsalo dos segundos porque esto suena a bulo’. Y muchas veces lo confirmo, pero no al cabo de dos días, sino al cabo de media hora dices ‘esto era una noticia falsa’. Creo que ahora no estamos en un buen momento para la verdad.
J.R: Ya ha dejado de ser válido aquello de ‘hasta que no lo veas, no lo creas’. Ahora puedes estar viendo cosas que tampoco son ciertas. Berto es un gran entendido en medios de comunicación, en el mundo del periodismo. Al llevar tantos años trabajando en la tele ha visto como son los entresijos de ese mundo. Como director, es una suerte poder retratarlo.
El final deja la puerta abierta a una segunda temporada. ¿Hay margen para la vuelta de Nacho Nieto y un nuevo caso de fenómenos paranormales?
J.R: Berto la pensó como una temporada única, pero siempre hace lo mismo y luego de repente se le ocurren ideas. Todo puede ser.
