El no tan solitario oficio de montador

17 enero, 2019

Con el objetivo de visibilizar el oficio de los montadores, que dan forma y tono a las películas, se inauguró ayer en la Academia el ciclo ‘Montar, soñar’, cuyo primer pase estuvo protagonizado por Jaume Martí y Bernat Vilaplana, que charlaron con el público sobre su trabajo en Un monstruo viene a verme. El ciclo está coordinado por Iván Aledo, vocal de Montaje de la Junta Directiva de la Academia, y durará hasta junio.

Aunque se suele pensar en el montaje como un trabajo solitario, Vilaplana desveló que, en el caso de la cinta de Bayona, “éramos muchos en el equipo. Al ser una película muy compleja en lo visual, desde producción se puso mucho esfuerzo en el que el equipo de montaje fuera amplio, en lo técnico y en lo artístico. Al principio había muchas voces dando ideas”.

Jaume Martí explicó que se incorporó al proyecto “nueve meses antes de comenzar a rodar, porque las escenas del monstruo tenían que estar perfectamente diseñadas antes del rodaje. Generábamos planos con un equipo de diseñadores 3D, a partir del story board. Jota Bayona iba puliendo el guión mientras diseñábamos los planos; fue bonito porque el tono lo fuimos encontrando entre todos”. El montador catalán tuvo por primera vez un papel intenso en las semanas de rodaje: “me encargaba de explicar y coordinar las escenas del monstruo, porque era el que las tenía más claras después de tantos meses de trabajo. Por ejemplo, le lanzaba las réplicas al niño, donde después estaría el monstruo de Liam Neeson”.

A pesar de todo, Martí aseguró que “no fue una experiencia muy distinta a otras películas. Lo que más nos costó en la sala de edición fue encontrar la película más allá de la técnica”, aunque para Vilaplana “Un monstruo… es un ejemplo de hacia dónde va el oficio, porque rompe la idea de que el montaje empieza cuando la cinta ya está rodada, y aquí empezó antes incluso del rodaje”. Uno de sus retos fue tener “un protagonista cuyo conflicto no se podía contar, por lo que no nos servía ninguna estructura clásica de narración. Fue complejo encontrar el equilibrio con la fantasía pero también con las animaciones que te sacan de la narración de la película. Hubo mucho de experimentación”.

 

Sueños por cumplir

Ante los numerosos estudiantes de montaje que llenaron la sala de proyecciones de la Academia de Cine, Martí confesó que “Montando hace dos años Jurassic World, había momentos en los que me tenía que alejar para decirme: estoy montando los dinosaurios de Jurassic Park. Y luego volvía al frenesí”. Aseguró también que “cuanta más experiencia tengo, me parece que sé menos, por lo que no se trata tanto de los sueños que has cumplido sino los que quedan por cumplir. Cada película es un reto, y hay que escucharla porque te pide una forma de estar contada”.

Su consejo para los jóvenes es que “si quieres montar, tienes que montar, horas y horas, todas las que puedas. Cuando nosotros estudiábamos, montar era complicado. Lo aprendimos en sistemas lineales que eran un infierno. Ahora hay muchos sistemas súper baratos con los que se pueden aprender”.

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