Apelar a las cosas “lindas” del ser humano | Encuentro con Benito Zambrano

6 marzo, 2019

Solas, la ópera prima de Benito Zambrano, cumple veinte años

Fue su primera película y le enseñó que con un buen guión y el reparto adecuado “tienes hecho el 70% de la película”. Benito Zambrano lo aprendió “todo” con su célebre ópera prima, Solas, que celebró el veinte aniversario de su estreno en la Academia.

En pleno montaje de su nueva producción, Intemperie, el director y guionista sevillano acudió a la institución para recordar esta historia de personajes que marcó el inicio de su carrera. Con curiosidad por saber cómo había tratado el tiempo a la película –“me da pánico volver a ver lo que he hecho porque me fijo más en los errores que en las virtudes”–, Zambrano reconoció que cuando la estaba filmando “no sabía muy bien lo que estaba haciendo. Estaba mi intuición, pero… fue una primera experiencia dura”.

Ser madre soltera, los abusos y los malos tratos y las soledades son los temas de esta sobrecogedora historia cuya temática continúa vigente. “Lo de las madres solteras no es novedad, sí lo es en los últimos años la determinación de la mujer por ser madre en solitario. Desgraciadamente, los malos tratos es una lacra que continúa y las soledades, no solo de las personas mayores, también. La soledad ya no es patrimonio de la tercera edad, cada vez son más jóvenes las personas que están solas y que, como el personaje que interpreta Ana Fernández, forman otros tipos de familia con sus vecinos, sus amigos”, reflexionó el lebrijano, que reconoció que, gracias a las entrevistas y coloquios en los que ha participado durante dos décadas, había llegado a estos pensamientos.

Galardonada con cinco Goyas (Mejor Dirección Novel y Mejor Guion Original para Benito Zambrano; Mejor Actriz de Reparto para María Galiana; Mejor Actor Revelación para Carlos Álvarez-Novoa; y mejor Actriz Revelación para Ana Fernández), Solas se vendió en todo el mundo y Zambrano acompañó a la que, por el momento, es su producción más taquillera. “Y en todos los países la gente se conmovía igual. Todos somos hijos, la relación con la madre es universal, como también lo es la ternura, el cariño y la solidaridad, elementos de Solas que apelan a las cosas lindas del ser humano y eso el público lo recibe bien”, aseguró.

Adaptarse a la realidad

La propuesta de Zambrano sintonizó con el espectador, que se enganchó a tres personajes encarnados por tres intérpretes hasta entonces desconocidos. “Tenía claro que se rodaría en Sevilla y con acento andaluz. En ese momento no había muchos intérpretes andaluces allí porque la mayoría se habían trasladado a Madrid. Además, dos de ellos tenían que ser mayores de 70 años. Yo tenía ideas muy marcadas de cómo quería a mis personajes: la madre tenía que ser una mujer muy delgada, consumida; el vecino un sevillano con bigotito, antipático; y la hija una mujer dura que no fuera guapa. Y al final ninguno coincidió con lo que tenía en la cabeza, lo que me enseñó que el guión es una cosa y la realidad con la que te encuentras, otra”, rememoró.

Al final, el papel de la madre se lo confió a María Galiana, “que era más joven y gordita”; el del vecino a Carlos Álvarez-Novoa, “que era asturiano y tenía barba”; y Ana Alvárez, “que es muy guapa”, se ganó en las pruebas el rol de la hija. Unos personajes que hoy “seguirían estando muy solos. El personaje de Ana no habría encontrado al hombre adecuado y estaría cuidando a su hija, a la que le daría todo lo que ella no tuvo, y la educaría para que fuera independiente y estuviera muy preparada”, comentó.

Contar una historia de empoderamiento femenino en una época en la que aún no estaba tan extendida esta reivindicación le llevó a decir que en la actualidad la mujer está “bastante empoderada, pero aún queda mucho por recorrer porque es mucho el tiempo en el que se lleva caminando en una sola dirección. En el ámbito de la cultura y en movimientos sociales, la mujer es la protagonista, es la que empuja”.

Emoción y verdad

Zambrano también se pronunció sobre la evolución del cine español en estos últimos veinte años. “Fue difícil en su momento, pero ahora levantar un filme como Solas sería muy complejo porque prima el cine que tiene que dar un resultado económico y gustar a las televisiones. Nuestro cine ha demostrado internacionalmente su calidad, tanto en temáticas como técnicamente. Ahora hay cineastas maravillosos haciendo películas grandes y pequeñas. Lo que hace falta es un mayor apoyo al cine independiente. El cine es un arte de altísimo riesgo, hay mucho dinero en juego y es muy difícil acertar”, apostilló.

Feliz porque en su tierra hace veinte años “no se hacía ni una película al año y ahora tenemos una mini industria andaluza”, el realizador continúa enfrentándose a cada proyecto “con la impresión de que no sé casi nada. Mi manera de rodar cada vez es más simple, aunque con la experiencia me atrevo a producciones un poco más complejas. Lo que siempre busco es que haya emoción y verdad en lo que cuento”.

 

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