“Quiero hacer cine de género hasta que me dejen. Mi familia me transmitió ese amor por este cine”. Alice Waddington dirigió con 23 años su primer cortometraje, Disco Inferno, que cosechó galardones en Sitges y Austin; «un trabajo al que tengo mucho cariño porque es una reclamación de la figura del enmascarado, del cine de heroínas”. Y ahora, presenta su ópera prima –con guión escrito junto a Nacho Vigalondo y el novelista Brian DeLeeuw, especializado en ciencia-ficción– que le ha llevado cuatro años. Un cuento gótico en el que ha contado con un reparto internacional Emma Roberts, Awkwafina, Eiza González, Danielle Macdonald, Milla Jovovich y Jeremy Irvine, aunque todo el equipo técnico de la película es español, así como los 150 extras que necesitaron. “Encontrarlas fue muy interesante. Mis productores, Núria Valls y Adrián Guerra, respondieron por mí, tanto con los financieros como en los primeros contactos con estas actrices para convencerles de hacer la película aunque fuera de una desconocida. La primera actriz que dijo que sí fue Danielle Macdonald». Confesó que, para aprovechar mejor el trabajo de los intérpretes, “les preparo un portafolios por cada personaje y ahí incluyo las referencias para ese papel, de personajes de muchas películas de los cincuenta, sesenta, setenta… de diferentes filmes europeos y americanos”.
Chavales y adolescentes
El filme, avalado por el Festival de Sundance, donde fue el único largometraje español seleccionado, surge también de la preocupación que siente por el uso de las redes sociales que hacen niños y adolescentes: “me aterroriza esa ventana que tienen en sus manos, que les dice de alguna manera que nunca van a ser lo suficientemente guapas, perfectas, atractivas o populares. Es una película para ellos, les viene a decir que son perfectas como son.”
Para la joven realizadora de 29 años, su primera película va de “la libertad individual, que para mí no tiene género. El que sean protagonistas femeninas va más encaminado a contar una historia fantástica a partir de mujeres, pero sí es cierto que tiene una lectura feminista es parte de su naturaleza. Muchas de las películas que inspiran esta son historias de ciencia ficción clásicas con las que yo he crecido y en las que me costaba verme. Para mí era muy importante reflejar eso. No estoy inventando nada”.
Un poco de todo
“Crear ese mundo atractivo, hermoso, magnético y mediterráneo que se terminara pudriendo, desgastando y oscureciendo” era muy importante para la directora novel, quien para conseguir tanto lo primero como lo segundo se asentó en cuatro pilares fundamentales. En primer lugar, el vestuario, a cargo de Alberto Valcárcel, que confeccionó 200 trajes a mano –“me parece increíble el taller que tenían ahí montado. Era pura artesanía. Partía de elementos como la cortesería de los siglos XIV y XIX cogiendo referencias también de otros diseñadores así como del teatro y la ópera, videoclips y videojuegos. No nos hemos privado de referencias. Incluso el estilo animé”. La dirección de arte, capitaneada por Laia Colet, que también “tiene un poco de todo: thriller, tropical, fantástico… desde El prisionero hasta La fuga de Logan pasando por Picnic in Hanging Rock o El Abominable Doctor Phibes”. La fotografía, responsabilidad de Josu Inchaustegui, “quien me confesó que había cogido referencias que van desde el impresionismo alemán hasta películas de Disney”. Y, dentro del diseño de producción, explicó que se bebió de grandes historias de ciencia ficción adaptándolo a una película pequeña. “Marta Sánchez hizo un trabajo increíble en la gestión de las actrices americanas que iban y venían constantemente, y esa conjunción para conseguir todas esas localizaciones que podían tener connotaciones arquitectónicas de los años sesenta y setenta”. Tampoco faltaron los efectos digitales, comandado por Álex Villagrasa.
También destacó Waddington la importancia que en esta historia tiene el diseño de sonido de Oriol Tarragó: “las películas de género no son nada sin el diseño de sonido, porque ayuda a crear ambiente en escenas que muchas veces no dan miedo hasta que, en este caso, pasaba por ellas Oriol. Es un superdotado”.
También los cuentos clásicos están muy presentes en el cine de Waddington, por “la belleza de poder agarrarlos y subvertirlos. Al final hay una serie de estereotipos como las princesas que deben ser salvadas por ese príncipe, la villana madrastra y tantos otros. Lo interesante era tomar ese tipo de elementos, darles la vuelta y pudrirlos”. Está trabajando en un proyecto, “puramente americano. Una película que se sitúa en New Orleans, con mujeres negras en la época de la esclavitud. Pienso llevarme a todo el equipo técnico español, al menos al que me dejen. Esa es mi pelea actual”, señaló la debutante directora, que también tiene en su agenda una serie y planes para España: un guión muy femenino y, por supuesto, de género.