Son el hermano mayor de Diecisiete, el vecino de La trinchera infinita, y la mujer de uno de los mejores amigos de Unamuno en Mientras dure la guerra. A Nacho Sánchez, Vicente Vergara y Ainhoa Santamaría sus papeles les han supuesto la ‘revelación’ en el cine, tras años bregados en el teatro y la televisión. Protagonistas este jueves de un encuentro en la institución, calentaron motores para la gran noche del cine español.
“Siento que he metido la cabeza de chiripa. Hay un figura que me parece muy importante, el representante, que intercede por ti e intenta conseguirte pruebas”, apuntó Nacho Sánchez, que celebró que el hecho de ser un actor desconocido fuera de las tablas no fuera un problema para el director Daniel Sánchez Arévalo, ni para la productora.
Para Ainhoa Santamaría Mientras dure la guerra es su segunda película. “Después de haber ganado el Max de teatro a la Mejor Actriz de Reparto acabé vendiendo seguros dentales”, rememoró la actriz vasca, que siente que las directoras de cásting Eva Leira y Yolanda Serrano “me rescataron”.
También rememoró las pruebas que tuvo que superar Vicente Vergara, cuyo casting final fue “conocer a dos de los tres directores, Jose Mari Goenaga y Aitor Arregi. Me preguntaron muchas cosas de mi vida, pero no sobre la película”.
En este encuentro en la institución, los tres intérpretes coincidieron en que la nominación ya es un premio para ellos y que acudirán muy tranquilos a la gala del 25 de enero. Único representante de la película de Daniel Sánchez Arévalo en la lucha por las estatuillas, Nacho Sánchez siente que su nominación «engloba el resto de reconocimientos a Diecisiete«.
En el extremo opuesto, Santamaría y Vergara. Con 17 y 15 nominaciones para las cintas en las que participan, Mientras dure la guerra y La trinchera infinita, respectivamente, ambos celebraron tener una «responsabilidad compartida». Según Santamaría, “la presión se diluye. Es relajante saber que, de todas, algo caerá”. De todas las opciones para el filme de Alejandro Amenábar, le encantaría que se hiciera realidad “el de Maquillaje y Peluquería, porque la caracterización fue impresionante. Karra Elejalde tenía sesiones de seis horas de maquillaje”.
Foto: ©Angelina Igarteburu
Bondad, valentía y raíces
Sus papeles les han aportado mucho en lo personal y lo profesional. “Me quedo con la valentía que tiene Ismael al final para decir un poco lo que siente aunque sea sin palabras”, reflexionó Sánchez. El actor abulense, que es el intérprete más joven en ganar un Premio Max a Mejor Actor Protagonista, destacó haber encontrado en la gran pantalla formas de trabajar que no son tan habituales: “que quieran ensayar con meses de antelación y que te hagan partícipe y no te traten como una marioneta. Dani no tiene miedo a que entren y le rompan su guión”.
“Como Gonzalo es el malo de La trinchera infinita, no me puedo llevar muchos valores, pero sí el acento. Después de años en Madrid, el rodar en Huelva y en mi acento materno, me ha hecho volver a mis raíces”, aseguró Vergara.
Por su parte, Santamaría identificó al personaje de Enriqueta con “la ternura y el perdón” y con eso se queda. “De Enriqueta Carbonell se sabe poquito y con dos pinceladas Amenábar me dibujó a la mujer de Atilano Coco. Me transmite bondad y con esta esencia he trabajado. ”, contó la actriz vasca, que también advirtió bromeando, “yo no soy tan dulce como ella”.
Con este acto se inició la serie de encuentros con Nominados a los Goya, que ha programado la Fundación Academia de cine y que se completará en las próximas semanas con los testimonios de algunos de los nominados a Mejor Dirección Novel, Mejor Actriz Protagonista y de Reparto.
Foto: ©Julia Martínez Llamas
