Su carácter viajero le lleva a poner en movimiento a sus personajes. El director y guionista Álvaro Díaz Lorenzo apuesta de nuevo en su filmografía por una road movie y traslada al espectador a Sevilla, Tánger y Tarifa, de la mano de tres mujeres «valientes y luchadoras», Eva, Carmen y Mar, que afrontarán juntas la enfermedad de dos de ellas. La lista de los deseos es la segunda película española que se estrena en los cines tras la alerta sanitaria y el realizador cree que una “comedia luminosa” es precisamente lo que el público necesita en estos momentos. “Después de esta locura que estamos pasando, tiene más sentido porque habla de las ganas de vivir, de segundas oportunidades, de hacer cosas que nunca te has atrevido, del ahora o nunca”, reflexiona el cineasta, para el que el humor es “una manera muy valiosa” de acercarse a temas tan terribles como el cáncer, el racismo o el machismo. Lo mismo deben haber pensado en Hollywood, donde ya han comprado los derechos para hacer un remake.
¿De dónde surge La lista de los deseos?
Quería hacer una película con mujeres que fuesen protagonistas absolutas, tipo Thelma y Louise, y de dos generaciones distintas. Quería que hubiera un choque generacional, además me parecía muy bonita la historia de dos mujeres que superan un cáncer juntas.
Repite con muchos de los actores de sus anteriores filmes Señor, dame paciencia y Los Japón.
En la primera reunión que estuve con María [León] sobre Los Japón, hablamos cinco minutos de esa película y una hora y media de La lista de los deseos. Le dije que la estaba escribiendo para ella. Salva Reina, Boré Buika, Paco Tous o Andrés Velencoso son apuesta segura y también escribí los personajes para ellos. Es la primera cinta que hago sin tener director/a de casting porque lo fui yo. Y afortunadamente dijeron todos que sí.
La que irrumpe en su filmografía es Victoria Abril, a la que en los últimos años hemos visto más en producciones francesas que en nuestro cine.
Era un sueño, porque es la grande entre las grandes. Cuando hablaba con mi productor, Antonio Pérez, me preguntó cuál era mi lista de deseos para Carmen y la primera era Victoria Abril. Él me dijo que le mandáramos el guión y lo bueno que tiene Victoria es que los lee enseguida. Le gustó el personaje y en una semana tenía un Skype con ella. Yo pensaba que iba a decir que no, pero le encantó el proyecto y una vez que entró ella, si ya tenía empaque el cásting, Victoria Abril fue la guinda.
En el filme hay un esfuerzo por concienciar sobre el diagnóstico precoz del cáncer, pero todo combinado con el humor. ¿Han contado con asesoramiento de asociaciones para abordarlo?
Cuando escribía el guion tenía claro que era una comedia, pero que hablaba del cáncer de una manera honesta y sincera porque es una enfermedad terrible. En las últimas versiones del texto, cuando ya sabía lo que quería contar, sí contamos con una asesora que además estuvo en el rodaje los días de las escenas de la quimioterapia. Era la encargada del área destinada al cáncer de mama de toda Sevilla y teníamos claro que lo que ella dijera se iba a hacer.
Tiene además una vertiente solidaria, ya que parte de la recaudación se destinará a la lucha contra la enfermedad.
La Asociación contra el cáncer vio la película y le gustó mucho. Todo lo que sea ayudar, bienvenido sea, tenía todo el sentido del mundo.
La alerta sanitaria impidió que la cinta participara en el Festival de Málaga y retrasó su estreno de mayo a julio. ¿Siente vértigo de estrenar en esta coyuntura?
Es un poco arriesgado ser de los primeros, pero alguien tiene que dar el paso. Fue una apuesta de los distribuidores y el productor y a mí me parece bien porque creo que hay que volver a fomentar el cine. Si nos vamos a octubre seremos una película más y nos encontraremos con un tapón de todo lo que no se ha estrenado. A los exhibidores les apetece mucho proyectar una película de este estilo y creemos que todos van a ir a favor. A mí me encanta la experiencia colectiva de ir al cine, de reírme o de pasar miedo, o emocionarme con la pantalla grande. Con la ayuda de todos y, siempre haciendo caso a Sanidad, volveremos.
¿Cómo ha llevado el confinamiento?
Me pilló en Miami, donde iba a estar seis meses rodando una serie para Telemundo. Con la pandemia se paró y me vine a Fuengirola.
Me puse un horario muy militar y he estado escribiendo nueve horas diarias, siete días a la semana. Estaba desarrollando una serie, que la tengo ya lista para presentarla, y otro guion nuevo. Lo he aprovechado escribiendo mucho; más que nunca, la verdad.
Parafraseando el título, ¿Cuál es su lista deseos para la película y para nuestra cinematografía tras la covid-19?
Para la película: que a la gente le guste, que se emocione y que sea una de las cintas que haga que la gente vuelva a los cines. Y sobre todo, que disfrute con las actrices. Por mucho que yo la escriba y dirija, la película es de Silvia, María y Victoria y si va bien será por ellas.
Mi lista de deseos para el cine español es que vuelvan los rodajes lo antes posible, que se siga haciendo cine y que la gente vuelva a las salas a ver nuestras historias.