Tatiana Hernández: “Me gusta adaptarme, pero también proponer y arriesgar”

Por Chusa L. Monjas · Fotografías de © Enrique Cidoncha · 19 agosto, 2020

Premio Ricardo Franco 2020, la figurinista subraya el poder creativo de su oficio

Desde muy pequeña, a Tatiana Hernández le gustaba el cine. También, de manera amateur para sus amigos y para ella misma, jugar con patrones, telas y dedales. Especialmente cuando se celebraban los carnavales de Tenerife, su tierra. Formada en la TAI, escuela en la que aprendió cómo funciona cada departamento, cuando terminó El espinazo del diablo (donde fue ayudante del director de arte César Macarrón), le ofrecieron encargarse del vestuario de Intacto, la ópera prima de su paisano Juan Carlos Fresnadillo –con quien también hizo su primer corto, Esposados– y aceptó. “Fue una gran oportunidad”, rememora la figurinista canaria, que al Goya que logró por el diseño de vestuario de la cinta de época Lope suma ahora el Ricardo Franco, galardón que concede la Academia de Cine junto al Festival de Málaga, destinado a los técnicos de cine, que recibirá en la edición numero 23 del certamen andaluz. Una ocasión que esta creadora aprovechará para acordarse “de los que me enseñaron y confiaron en mí, de los que me dieron una oportunidad en este oficio, que es muy poliédrico y se tiene que adaptar a lo que estás contando, quién lo está contando y cómo lo está contando”, destaca.

Miembro de la Junta Directiva de la Academia en su especialidad, recalca que el vestuario tiene un papel decisivo en las películas. La gran aventura de Mortadelo y Filemón, La vida secreta de las palabras, Camino, Gordos, Los amantes pasajeros, El niño, Oro, Yucatán y Los Japón son algunas de las historias que ha vestido Hernández, a quien lo que más le divierte es iniciar un proyecto “porque está todo por descubrir”, destaca esta profesional, que acaba de finalizar la serie Dime quién soy, una primera experiencia televisiva “muy positiva y muy dura”, señala.

El vestuario es una herramienta para el intérprete. Durante la fase de preparación, ¿los actores le ayudan?
Hay tantos casos como personas y situaciones. Unos me ayudan y a otros les ayudo yo. Siempre hay que consensuar. Intento que sea un trabajo de colaboración, nunca de imposición por ninguna de las dos partes. Es complicado porque uno no siempre está acertado, no tiene toda la información, a veces no se sienten con la confianza para expresar lo que quieren conseguir de ti, en otras ocasiones no tenemos tiempo…Casi siempre logramos ese punto de unión, nos cogemos de la mano y trabajamos de manera muy enriquecedora para ambos.

¿Es de las figurinistas que está presente en el rodaje?
Sí. Trabajo en lo que yo llamo la parte de atrás del rodaje. Me gusta ir por la mañana temprano para ver los decorados del día.

Cuando se entrevista con un director, ¿tiene ya una idea concreta, un planteamiento para desarrollar?
Si es la primera vez que trabajo con ese director, esa primera conversación es un sondeo para ver si puedo comprender lo que tiene en la cabeza. Cuando repito, esos lazos de entendimiento ya están construidos, trabajo de manera más libre y estoy más suelta a la hora de proponer cosas. Soy muy moldeable, pero no me tomo todo al pie de la letra. Me gusta adaptarme, pero también proponer y arriesgar. Mi aspiración es que los cineastas arriesguen conmigo.

De todo el proceso creativo, ¿qué es lo menos estimulante?
Hasta el trabajo más insulso puede ser creativo. Lo más dificultoso y tedioso es acatar el presupuesto. Pero renunciar a cosas también implica que aparezcan cosas nuevas.

¿Qué es lo definitivo a la hora de elegir las películas en las que trabaja?
La conexión con los directores y los directores de producción que son los que, a veces, me han visto en el proyecto y con un determinado cineasta.

“Esa soy yo”

¿Qué película ha sido la más complicada de vestir?
No hay trabajo fácil. Cuando te dicen: esto es muy sencillo, son pocos personajes, no hay muchos cambios de vestuario…Eso no existe. Mi reto personal fue Lope, disfruté mucho con esta película, que fue un antes y un después en cómo abarcar un proyecto tan grande. Cuando me lo ofrecieron, pensé que me llegaba demasiado pronto. Fue un salto de gigante, no sabía si estaba preparada, pero decidí darlo, y el trabajo fue reconocido con un Goya.

¿Qué es el vestuario?
Con lo que expresas tu personalidad, tu estado de ánimo. Con el vestuario está contando muchas cosas de cómo eres, estás diciendo: “esa soy yo”. Aunque todos los días no vas vestida de ti misma, hay días que te disfrazas, otros en que te equivocas… Es muy importante también lo que no se ve, por ejemplo la ropa interior. Estamos mucho más presentes de lo que se ve en el fotograma. En un plano corto en el que solo se ve cabeza y hombros, si el actor sabe que va impecablemente vestido o por el contrario, va hecho un desastre, le aporta y le ayuda para contar con su rostro lo que está pasando.

¿Cuáles son sus fuentes de inspiración?
He participado en proyectos muy distintos y en todos he empezado de cero. Y eso está bien para no acomodarse ni repetirse. Mi actitud siempre es la de aprender.

Desde la red social Pinterest, que me obsesiona, a los dibujos de mi hija, libros de decoración, de cocina, el trabajo de otros figurinistas, las revistas de moda, los cómics, mis charlas con historiadores sobre el tema que se aborda… Todo lo que me valga me puede llegar a inspirar.

El mejor vestuario es el que…
Cumple las expectativas, se adecúa a los actores, cuenta la historia y está en el punto en el que necesita la historia. Si la película es súper loca y el vestuario está en primera línea, no te puedes quedar atrás; si es un largometraje intimista, la posición del vestuario no puede ser la línea de frente. Hay que buscar el sitio que nos corresponda.

Y el mejor director…
El que te sujeta sin estrangularte.

¿Cuál ha sido la evolución del diseño de vestuario a lo largo de los años?
Hemos aprendido bien de los que nos precedieron, tenemos una gran escuela. Las nuevas generaciones se atreven con muchas cosas, hacen cosas muy innovadoras. Todos, a nuestra manera, arriesgamos.

¿Qué nombres han marcado la historia del diseño de vestuario en el cine español?
Paco Delgado le ha dado mucha visibilidad, nos ha internacionalizado. Yvonne Blake dejó escuela en España, nos transmitió su manera de trabajar. Sonia Grande tiene un estilo muy definido que me llama mucho la atención. Pepe Reyes, Pedro Moreno, Javier Artiñano, que era muy delicado con los detalles… Hay grandes figurinistas en nuestro país, admiro a muchos.

Es la tercera vez que el Premio Ricardo Franco recae en un figurinista –el primero fue Javier Artiñano, el segundo Paco Delgado–. Y ahora usted.
Ayudamos a conformar el personaje. Es un departamento que está muy en primer plano en el fotograma de una película y, poco a poco, vamos dándole el sitio que se merece con nuestra profesionalidad y trabajo diario.

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