Comprometerse con una misma y con su personaje

23 septiembre, 2020

Candela Peña, Nathalie Poza y Paula Usero estuvieron ayer en la Academia para charlar sobre La boda de Rosa, la última película de Iciar Bollain, que protagonizan

“Tuve la sensación de que Iciar volvía a sus historias de siempre”. Es lo que sintió Candela Peña, protagonista de la ya icónica Hola, ¿estás sola?, cuando leyó el guion del último trabajo de Iciar Bollain, con la que se volvía a reunir “después de 17 años. Toda una vida”. Tras algunos filmes firmados por su pareja, el guionista Paul LavertyTambién la lluvia, El olivo, Yuri–, la cineasta madrileña se volvía a reunir con Alicia Luna –con quien ya compuso Te doy mis ojos– para escribir a cuatro manos la historia de Rosa, una mujer que decide priorizar sus necesidades respecto a aquellos que la rodean.

“Dentro de todos hay una Rosa”, valora Peña, “por eso es fácil conectar con ella. Quería serle leal, no podía ser ella sin tomar antes las riendas de mi vida. Y eso hice”. La actriz explicó que, el compromiso de su alter ego en la cinta (que se casa consigo misma en una ceremonia delante de sus familiares y amigos) la animó a replantearse su propia rutina. “Tengo la idea romántica de que las películas me eligen a mí y no al revés. Y le debo mucho a Rosa”, expuso.

Sobre la llegada de la madurez a la vida de las mujeres, Nathalie Poza aseguró no “ recuerdo cómo era yo antes de los 40. Tengo 48 y no iría para atrás ni para coger impulso”. La intérprete, que da vida a la hermana alcohólica de Rosa, aseguró que su última década de vida “ha sido un viaje con mucho trabajo personal sentirme bien, pero ahora siento que sé de qué va la movida. Tienes las cosas más claras. Qué actriz quieres ser, qué mujer quieres ser… Me entiendo mejor ahora, otra cosa es cómo me lleve con los demás. Antes estaba más al servicio de los otros y ahora al mío propio”.

Para Candela Peña, a las mujeres de cierta edad “nos cuesta vernos reflejadas en historia. Nos producen, escriben y dirigen hombres en la mayor parte de los casos. Y cuando dejas de estar lozana les interesas menos. Yo no estoy instalada en qué horror los cuarenta o los cincuenta, quiero que sean la pera”, desgranó antes de hacer hincapié en la presencia mayoritariamente femenina de la sala de la Academia: “he contado solo diez hombres, el resto sois mujeres. Y creo que todas queréis veros representadas en las películas”.

Subidón en Málaga

La boda de Rosa debía inaugurar el Festival de Málaga en marzo; terminó haciéndolo en agosto. Para Paula Usero, que repetía con Bollain tras un papel en El olivo, fue “un subidón. Era la primera vez que presentaba película en un festival, y durante meses no era nada seguro que pudiéramos hacerlos. Fue maravilloso volver a coincidir con mis compañeras, y poder tomarnos un vino”. Nathalie Poza, que se hizo con el galardón a Mejor Actriz de Reparto del certamen, recordó que “cuando recogí el premio, casi todos los ganadores entraron por vídeo, no había casi nadie en Málaga. Aislamiento, soledad y distancia son las palabras que marcan estos días, pero es importante recordar que el cine y el teatro son lugares seguros. Aunque uno tenga que estar separado de los demás o con mascarilla, siempre sales del cine o del teatro mejor, siempre te pasa algo por dentro. Y eso hay que protegerlo”.

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