A Antón García Abril

Por Roque Baños · 7 mayo, 2021

El recuerdo me devuelve a todas aquellas veces, muchas, en las que nos hemos visto y hemos sentido que nuestras almas estaban muy compenetradas, aunque la vida y las circunstancias no nos permitieron compartir tantos momentos como nos hubiese gustado. 

Desde bien joven, cuando empezaba a componer atrevidamente y sin guía, me inspiraba en sus obras, tanto para imagen como de concierto, para encontrar un camino y poder dar sentido a las mías. 

Al escucharlas quedaba totalmente absorto con la genialidad de todas ellas porque al final me mostraban que ese camino, tan buscado por mí, se expandía en mil direcciones. Su música me hacía alcanzar un estado de éxtasis del que no quería salir. 

Antón García Abril fue mi maestro, pero en el mundo de las ideas de Platón. Allí le conocí y allí me enseñó, y allí continuaré dejándome llevar por su magia tratando de seguir su ejemplo.

Maestro, nos has dejado un legado que es un tesoro imperecedero. Por eso, vivirás eternamente en las emociones de todos los que te escuchamos ahora y de los que te escuchen siempre. 

Solo cabe honrarte como los dioses merecen, por alimentar nuestras almas con el arte de tu música.

Gracias por todo,

Roque Baños

 

 

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