Fernando Trueba: “La animación no vale para todo”

Por Chusa L. Monjas · 22 septiembre, 2023

Dispararon al pianista, su segunda incursión en la animación junto a Javier Mariscal, es una de las proyecciones especiales de Zinemaldia 2023

Fernando Trueba lo ha vuelto a hacer. Después de revisar con Javier Mariscal la música cubana que enamoró a Nueva York en la segunda mitad del siglo XX en la apasionada historia de amor de un pianista y una cantante Chico & Rita, el director madrileño y el pintor y diseñador valenciano regresan a la animación y la música para rescatar a uno de los pianistas más reconocidos del movimiento samba-jazz, el brasileño Tenório Júnior, en Dispararon al pianista. Seducido por este músico, que en la madrugada del 18 de marzo de 1976, después de dar un concierto en Buenos Aires junto a Vinicius de Moraes y Toquinho, salió a por cigarrillos y medicamentos y no regresó al hotel donde se alojaba, el oscarizado cineasta grabó más de cien testimonios en Argentina y Brasil, que incluyen a músicos, familiares y amigos del pianista, al que la dictadura argentina hizo desaparecer. “No existían investigaciones serias sobre Tenório porque había una dictadura militar en su país y otra en Argentina. Su caso es tremendo y demuestra la arbitrariedad de la violencia. Deja patente lo que pasa por la cabeza de una parte de una sociedad que, en un momento determinado, decide imponer una forma de pensar, una forma de vida a sus semejantes, y para ello se sirven de la violencia”, resalta el realizador de El olvido que seremos.

Jeff Goldblum, “la mejor voz de Estados Unidos”, es el narrador de esta producción que reúne varios tipos de animación; la música de João Gilberto, Caetano Veloso, Gilberto Gil, Antonio Carlos Jobim, Vinicius de Moraes y Paulo Moura, entre otros; la investigación del citado caso y la denuncia política del régimen criminal que se instauró en Argentina en 1976. “En esta película hay muy poca ficción”, declara un Trueba sepultado entre libros y entregado al cine y la música. Dispararon al pianista se estrenará el 6 de octubre, tras su paso por el Festival de San Sebastián.

 

Empezó con este proyecto en 2005.

Sí, y lo hice por mi cuenta, ni siquiera con la productora. De mi bolsillo pagué las entrevistas que hice yo solo con la cámara. Cuando decidí que el proyecto iba para delante, cogí un ayudante en Río de Janeiro que hacía un poco de todo: producción, cámara, chófer… En sus orígenes, iba a relatar la película en primera persona, pero la ficción es más inteligible que la realidad. Suena a chino que un director español investigue la desaparición de un músico brasileño hace más de 40 años, pero si cuentas que un periodista americano [una transposición del cineasta] está escribiendo un libro y se cruza en su camino esta historia, pues es más sensato. Además, esta premisa me servía para contar la vinculación musical entre América y Brasil y también la vinculación política en la época de los golpes militares.

¿Cuál es el propósito de Dispararon al pianista

Cuando hago una película no tengo propósitos extracinematográficos. Normalmente las películas narran una investigación que alguien ha hecho, pero aquí no, aquí la estamos haciendo de primera mano y, encima, pasamos esta investigación por el tamiz de la animación. No soy muy de biopics porque la gente, creo, va a verlos para mirar lo bien que hace un actor de Ray Charles, de Charlie Parker… A ver cómo el actor se ha disfrazado, y eso no me gusta. Tampoco quería hacer un documental de bustos parlantes de entrevistados hablando de alguien que ha desaparecido, un desaparecido más, un trabajo para que se vea en el Canal Historia de madrugada. Sin conocerle, me había enamorado de Tenório, de su música, de su personalidad, y la única manera que le podía ser de alguna utilidad era oyendo su música, viéndole tocar. En definitiva, devolverle la vida simbólicamente por unos instantes.

Existen largometrajes sobre músicos famosos en las que la celebridad del artista ha dado origen a la película. En este caso, Tenório Júnior puede tener notoriedad gracias a su película.

Se va a conocer más. Era un músico de músicos respetadísimo, pero no era famoso.

Si siguiese vivo, ¿cómo sería su música?

No lo sé. Algunos de los entrevistados dicen que la música brasileña habría sido distinta. Vivimos en un mundo en que todo es comercial, lo que más se vende es la basura, la calidad no está especialmente valorada. Estamos en un momento en el que se valora mucho la ignorancia, como se valora más la mentira que la verdad, son épocas complicadas. Siempre pienso que hubiera sido del cine si François Truffaut no hubiera muerto, porque para mí no fue solo un director francés, era un punto de referencia. Esta película está llena de homenajes no buscados a Truffaut, me he permitido el lujo de sacarle a él y a Jean-Luc Godard rodando, y fue asombroso que Milton Nascimento diga en la película que se dedica a la música por Truffaut, porque Jules y Jim cambió su vida.

De la animación de Chico & Rita a la animación de Dispararon al pianista, ¿qué hay de nuevo?

Es una animación más arriesgada y forma parte de la narrativa de la película, está más integrada. No es solo la opción de ‘contemos esta historia en animación’, sino ‘utilicemos la animación para contar esta historia, usemos distintas texturas’. Es como explorar un poco los límites, ver hasta dónde se puede llegar, qué cosas se pueden hacer y hasta qué punto la animación está aportándole al cine últimamente una serie de cosas muy interesantes.

A esta historia le hemos dado muchas vueltas a la cabeza, a veces con grandes discusiones. Javier, que no es del cine ni literario, aunque lee mucho, tiene una intuición brutal y me ha convencido de muchas cosas. La película tiene un punto periodístico, real, el de un tipo que hoy investiga un suceso; es una película sobre la memoria, sobre cómo algo que ocurrió hace mucho tiempo intentamos reconstruirlo a partir de los cachitos de recuerdos de unos y de otros, y a veces contamos la misma cosa desde dos puntos de vista, completando lo que dice el otro. Es un puzle en el que no están todas las piezas. Nos dimos cuenta de que lo bonito sería primero recrear las historias que cuenta cada persona y luego encontrarle a cada historia su textura, su color, su estilo. Javier, como los términos de cine no los controla, bautizó a los flashbacks las nubes, y buscábamos un estilo a cada una, a veces con referencias tipo ‘vamos a dar un tono más, un blanco y negro contrastado como la fotografía de Turner’. Javier funciona mucho con colores.

«La animación es un lenguaje que se ha hecho mayor»

En España, la animación está en constante crecimiento. Pablo Berger ha debutado en esta técnica con Robot Dreams e Isabel Herguera compite en Zinemaldia con la animada El sueño de la sultana.

Es un lenguaje que antes era más marginal, de los cómics, los tebeos, y que se ha hecho mayor. El dibujante Frédéric Pajak ganó el Premio Goncourt de Biografía por uno de sus libros; y la obra Maus, de Art Spiegelman, es un escalón clave en todo ese proceso. A nosotros nos permitía mezclar muchas cosas sin que fuera como estar echando ingredientes a una ensalada.

¿La animación va con todo?

No vale para todo. Cuando vas a contar una historia tienes que saber muy bien cuál es la mejor manera de contarla. Lo que se decía antiguamente de la armonía entre el qué y el cómo.

 

“Sigo soñando películas”

Calle 54, El milagro de Candeal, Chico & Rita, ¿qué ha aportado la música a su vida?

Es como el aire, no concibo la vida sin la música. La necesito, no puedo vivir sin ella, a veces dejo de hacer cosas importantes porque necesito escuchar tal cosa, volver a oír tal cosa… Yo hago cine, mi forma de expresarme es el cine, es lo que elegí de niño y no me he cansado, sigo soñando películas. La lista de proyectos que tengo es muy superior a los que la vida me va a permitir hacer.

En una carrera larga como la tuya, también hay baches. ¿Le da miedo que la creatividad se agote?

No, me ha dado miedo que la pasión se me agotara. No soy creyente, solo rezo para que no se me pase el amor y la pasión hacia las cosas. Si se te pasa, no debes hacer más. Y, por otro lado, entiendo a los directores, a muchos de ellos los admiro, que dicen: soy un profesional, me ofrecen un proyecto, lo hago y me pagan. Pero ese enfoque, que no censuro, no es para mí. Soy muy caprichoso, solo sé hacer, si es que sé hacer algo, lo que a mí me gusta.

Desde que comenzó, ¿le ha decepcionado la profesión?

Solo tengo agradecimientos al cine, donde he conocido a la gente más generosa, divertida y loca que se puede conocer en la vida. Me decepciona que se hagan las películas en serie, como si fueran churros. En el cine, cada película es un prototipo que nace y muere en sí mismo. Me produjo una gran satisfacción que uno de los vendedores franceses que vio Dispararon al pianista dijo: nadie hace esto, es algo único.

«Las malas críticas hacen daño; las buenas también porque te envanecen»

¿Hasta que punto le afecta la crítica?

Nunca me han afectado demasiado, y no digo esto por vanidad. Si eres medianamente inteligente y justo, cuando haces una película tienes que saberla ver, a pesar de que sea tuya, con cierta objetividad. Las críticas negativas me hacen daño porque me producen dolor, y las positivas también me producen daño porque te llevan a pensar que eres mejor de lo que eres y envanecerte. Como las dos hacen daño, lo mejor es no leerlas.

Ya tiene estreno para el próximo año, Verano, otoño, invierno, con Aida Folch y Matt Dillon.

Soñaba con hacer una película de Patricia Highsmith, de la que soy fan, incluso tuvimos los derechos de uno de sus libros. Al final, decidí intentar contar una historia tipo Patricia Highsmith original, lo que me ha permitido hacer un tipo de cine, no de género, pero si con elementos un poco hitchcockianos, de suspense. Es una historia de amor que tiene tres actos con la que he querido hacer un experimento y que fuera de la luz a la oscuridad.

Gracias a su trabajo, ¿entiende mejor al ser humano?

El cine, la ficción, las novelas son para entendernos mejor, para entender mejor la vida y para entendernos mejor unos a otros. Y lo hace no con discursos ni fórmulas, sino a través de las emociones, de las sensaciones, de ponerte a ti en lugar del otro, de hacerte sentir lo que otro siente, lo que le está pasando a otro cuando le ocurre tal cosa… Y esto te saca de ese aislamiento, de ese egoísmo de solo importarte el yo, de ese ensimismamiento del ser humano.

twitter facebook linkedin email