Un jockey famoso con un comportamiento autodestructivo. Una historia sobre la familia y el duelo, con un protagonista en plena crisis existencial. Un viaje por el cuestionamiento de uno mismo. Y el regreso al hogar de una hija que llevaba años aislada en una secta. Familia, amor, identidad, duelo y afectos protagonizan las coproducciones españolas de Horizontes latinos. El regreso del cineasta argentino Luis Ortega, tras su paso por el Festival de Venecia con El Jockey; la nueva película del actor, director y guionista porteño Iar Said con Los domingos mueren más personas; Salvador del Solar con su nuevo trabajo cinematográfico Ramón y Ramón, tras su debut en la dirección en 2014; y la historia inspirada en hechos reales de Sofía Paloma Gómez y Camilo Becerra Quizás es cierto lo que dicen de nosotras.
El Jockey, de Luis Ortega
Después de su paso por Un certain regard del Festival de Cannes con El ángel (2018), Luis Ortega regresa con El Jockey, una historia protagonizada por Nahuel Pérez Biscayart y Úrsula Corberó, que compitió en la pasada edición de la Biennale y que ahora recala en Zinemaldia. “Esta es una historia que habla de cuántas veces hay que morir para liberarse de uno mismo, es una historia que plantea un laberinto donde encontrarse”, dijo Ortega durante la rueda de prensa en Venecia. El público cinéfilo que acuda a Donosti se podrá encontrar con una trama en la que “el protagonista es un jockey famoso, un vagabundo, una mujer, un bebé y en ningún caso entiende lo que está pasando, como nos sucede muchas veces a nosotros”.
Un viaje por la paranoia, el miedo, el amor y la identidad que el cineasta define como “una película atravesada por muchas preguntas, que habla de la posibilidad de que no haya un centro, de que no haya identidad, y uno puede también observar y pasarla bien, como si la vida fuera un milagro sin mucha más explicación. Es una historia de amor, de amar, y de que el otro te acepte como eres”.
Los domingos mueren más personas, de Iar Said
En su nueva película, el cineasta argentino Iar Said toma la vivencia personal del duelo del fallecimiento de su padre para abordar su propia visión de la pérdida. “Los domingos mueren más personas nace de una necesidad de entender el duelo que estaba atravesando por la enfermedad de mi padre. Por sentir alguna identificación entre el arte y la muerte en la clase media. No sentía haber visto nunca alguna peli o expresión artística que representara mi sensación de dolor. Morir en un entorno chico, familiar y sin demasiadas anomalías en la rutina de una familia”, explica el cineasta. Para Said ha sido esencial abrir una ventana a los cuerpos no normativos: “hay una ausencia de diversidad de cuerpos en las películas con contenido LGBTIQ+. En general esas películas están cargadas de protagonistas flacos y hegemónicos, y eso me hizo sentir expulsado siempre de ese marco”, explica.
Esta historia, que protagoniza el propio director, cuenta en el reparto con una de las actrices argentinas más reputadas, Rita Cortese, que le ayuda a contar una historia que “si bien no sirvió particularmente para exorcizar mi dolor, sirvió para expresarlo y entenderlo. La historia no está basada en un hecho real, pero si el estado de duelo que atravesé es el que intenté transmitir”.
Ramón y Ramón, de Salvador del Solar
Una década de después de su debut como director, el cineasta y actor peruano Salvador del Solar se vuelve a poner detrás de la cámara con Ramón y Ramón, una de las nuevas apuestas de la productora española El Deseo. “Uno de los productores me preguntó si me interesaría dirigir una historia que había ocurrido durante la pandemia: dos jóvenes, uno gay y otro no, uno peruano y otro europeo, coincidieron en el mismo edificio en Lima durante el confinamiento obligatorio y vieron crecer entre ellos un vínculo afectivo profundo, una forma de manifestación del amor para el que la palabra amistad parecía quedar corta”. Bajo esa premisa nació la película, explica su director.
A este punto de partida se añade el duelo que vive uno de los protagonistas. No hay muchos vínculos que nos afecten tanto como el que tenemos con nuestro padre: “pocas conversaciones duelen tanto como las se guardan hasta que es demasiado tarde. Y, al mismo tiempo, pocas cosas necesitamos tanto—aunque muchas veces digamos lo contrario—, como el abrazo que puede producirse una vez que todo ha sido dicho”, concluye Del Solar.
Quizás es cierto lo que dicen de nosotras, de Sofía Paloma Gómez y Camilo Becerra
Hace más de diez años, un macabro suceso en Colluguay, a más de 120 kilómetros de Santiago de Chile, conmocionó al país con una combinación de sexo, consumo de sustancias como la Ayahuasca y el asesinato de un bebé recién nacido, quemado vivo como parte del ritual de una secta. Tomando como base esta historia, Sofía Paloma Gómez y Camilo Becerra dirigen Quizás es cierto lo que dicen de nosotras. Una historia que toma una perspectiva distinta sobre unos hechos que contrajeron la respiración de un país entero. “Cuando uno tiene en las manos un caso como este es muy fácil caer en el morbo, o en lugares comunes. Nosotros no queríamos eso y siempre nos molestó la forma en cómo se presentaba este caso en los medios de comunicación, siempre victimizando a los participantes y demonizando al líder. Para nosotros nunca fue tan sencillo verlo de ese modo”, señalan ambos.
Una película en la que, pese a la crudeza, siempre sobrevuelan los afectos propios de las relaciones familiares. En palabras de sus directores: “a nosotros nos funcionaba la idea de estar inmersos en una intimidad, en las cuatro paredes de una casa, de una familia, en donde algo impronunciable conecta esas relaciones, algo que parece estar por todos lados pero que nadie pone en palabras, un horror sin nombre, fuera de campo. Queríamos estar toda la película en ese lugar, pero fue muy complejo, por eso intentamos salir lo menos posible, siempre desde la mirada de unos pocos personajes que intentan descifrar qué ocurrió, cómo y quién es responsable de lo que sucede, al igual que nosotros”.
