El amor de dos personas complicadas| Encuentro con Laia Costa y Guillermo Pfening

22 noviembre, 2019

Los protagonistas de esta serie ‘cocinada’ por Isabel Coixet presentaron Foodie Love en la Academia de Cine, antes de su estreno

Una aplicación para encontrar pareja entre amantes de la gastronomía conecta a los personajes de Foodie Love, a los que dan vida la catalana Laia Costa y el argentino Guillermo Pfening. Tras el pase de los tres primeros episodios, los actores desgranaron en un encuentro en la institución las claves de esta ficción, en la que Isabel Coixet une sus dos grandes pasiones, las historias de amor y la comida.

“Mis emociones están muy ligadas a la cocina, influyen en lo que como, en si cocino o si pido a domicilio”, aseguró Pfening sobre la relación entre los alimentos y los sentimientos, que ambos ven, no solo en la serie también en la vida. “Comes algo rico y eres feliz. La comida es física. Si te peleas con hambre es una pelea tremenda”, le secundó Costa. En el rodaje de Foodie love manjares no les han faltado. “Nos pidió que comiéramos de verdad. Eso influye en como hablas, como dices las frases, se evidencia lo que significa la comida en una cultura y en otra…”, explicó la actriz, “de hecho, como rodamos cronológicamente, se ve que engordamos conforme avanza la serie”.

Ocho capítulos en los que el espectador asiste a las sucesivas citas, en un recorrido por restaurantes, cafés, bares, puestos callejeros… –“La mayoría de locales son reales, no recreados”, aclaró Pfening–. Y en estos encuentros el hombre y la mujer a los que interpretan se conocen con las dudas de quién conserva cicatrices de relaciones anteriores.

“Son dos introvertidos con muchas capas. La serie no deja de ser una historia de amor muy simple, con dos personas muy complicadas. Se mantiene muy bien la tensión porque nunca se llegan a encontrar, todos los cafés y las conversaciones son desde el desencuentro”, reflexionó la actriz, cuyo personaje tiene en Japón “su caballo de Troya” y en Hiroshima mon amour, de Alain Resnais, “una gran referencia”.

Los actores no se conocían antes de este proyecto para el que la directora catalana les congregó quince días antes del rodaje para ensayar. “Isabel nunca nos había visto juntos, pero los ensayos fueron salir a comer y tomar vinos y así fuimos generando vínculos con ella y entre nosotros”, dijo Pfening, que definió a Coixet como “compañera de los actores, te da mucha libertad”.

Guillermo Pfening en la Academia. Foto: ©Rafael Fuster

Él y ella, sin nombre

Con la realizadora se crea una complicidad especial en el set, ya que además de escribir, dirigir y producir, también está en cámara. “La oyes emocionarse o reírse detrás de cámara”, confirmó Costa, que calificó su forma de trabajar como el Jazz. “Ella quiere que digas sus líneas, nos dice ‘esta es la base’, pero si hay un error quiere que juegues y que improvises.  Como en el jazz, hay que tener la técnica muy fina para poder improvisar y que suene bien. Tiene muy claro lo que quiere y eso le da una libertad tremenda a la hora de desordenar el set”, afirmó.

Entre múltiples elogios a la mirada de Coixet, los intérpretes solo tienen una pequeña espinita clavada. “A mí no me llevaron a Japón”, bromeó el actor, “así que me encantaría ir a restaurantes de Asia si hay segunda temporada”.

Para Costa, que escribía todas las referencias que creía encontrar en el guión en una libreta, la batalla perdida fue otra. “Quería que mi personaje tuviera un nombre y le mandé un montón de propuestas y nunca respondió al mail. Son él y ella en francés en los créditos, como en Hiroshima mon amour”, desveló la actriz, que defiende que “Isabel es una creadora, y me parece muy interesante eso de que se guarde información y sepa qué quiere dar y cuál no”.

Laia Costa en la Academia. Foto: ©Rafael Fuster

El romanticismo de los algoritmos

Roma, Tokio, Barcelona, el sur de Francia y el restaurante de los Hermanos Torres son algunos de los escenarios de la primera serie de Isabel Coixet y su primera colaboración con HBO España, plataforma en la que se estrenará esta ficción el próximo 4 de diciembre.

La historia de Él y Ella empieza con un algoritmo de una aplicación de citas. Un cambio en los mecanismos para ligar que, según los actores, no tiene por qué destruir las relaciones tal y como las conocemos. “La tecnología no es el problema, sino la persona”, aseguró Costa, “en una App de citas o de comida hay romanticismo, si tú te lo tomas con romanticismo”.

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