Se emocionaron al revivir lo especial que fue rodar El caso Almería, una historia que conectó con el público “porque la gente quería saber, conocer lo que había pasado. Estamos hablando de los 80, los años de Los santos inocentes, La fuga de Segovia, La muerte de Mikel…”, expuso el director y guionista de esta producción, Pedro Costa.
Coincidiendo con el 30 aniversario de la publicación de El caso Almería, la Academia proyectó esta historia basada en el suceso real acontecido en 1981, cuando tres jóvenes de Cantabria aparecieron asesinados y calcinados en un coche en Almería tras ser confundidos con etarras por varios miembros de la Guardia Civil que intentaron borrar las huellas del crimen al darse cuenta del error cometido. Tras el pase, Costa, los actores Juan Echanove, Iñaki Miramón, Antonio Medina y Diana Peñalver, y el productor José María Cunillé, “los supervivientes de la película”, viajaron a 1983, año el que se trasladaron a Almería para contar esta historia “que superó el millón de espectadores”, apostilló Costa, que contó las presiones y amenazas que sufrieron.
“No pudímos alquilar los uniformes de Guardia Civil, los tuvimos que hacer, y también hubo que pintar los jeeps de verde. La extrema derecha actuó y en el estreno hubo incendidos, cócteles molotov y amenazas de bomba. Se organizó una campaña para que la película se retirara de la cartelera, una presión que funcionó porque los exhibidores más importantes de Madrid no se atrevieron a ponerla en los cines –el Benlliure sí la estrenó-“.
La otra cara de la moneda se dio en Almería, donde la gente de los pueblos de alrededor se trasladó en autobuses para ver el filme. “Había gente por todos los lados, en un cine se rompieron las puertas. Allí se batió récord de asistencia”, apostilló Costa.
Agustín González, Fernando Guillén, Pedro Díez del Corral, Antonio Banderas, Juan Echanove e Iñaki Miramón, entre otros, protagonizaron este largometraje que ha cumplido 30 años. “Tres décadas que se me han hecho cortas. Es una película que había que hacer, había un pensamiento común de comunicarselo a la gente”, apuntó Iñaki Miramón, que, entre otras anécdotas, rememoró que la noche anterior del que fue el último día de rodaje salió con Juan Echanove. “Volvimos muy perjudicados, y por la mañana lo de la cabeza no tenía nombre. Íbamos fatal, así que como tocaba que nos zarandearan, pedimos por favor que no nos movieran mucho”.
Y Echanove, que firmó el contrato “en la cama de Pedro Costa, estaba de testigo Cunillé”, aseguró que era su primera película “ y pensé que también la última. Nos miraban muy mal. Unos años después, estaba haciendo una película con Imanol Uribe y José Manuel Cervino, y nos paró la Guardia Civil para pedirnos los papeles. No los teníamos y nos preguntaron que a qué nos dedicabámos, contestamos que al cine, e insistieron en saber qué películas habíamos hecho. Y cuando contestamos que La fuga de Segovia, El cirmen de Cuenca y El caso de Almería, la cara de los agentes… “.
También fue el primer largometraje de Diana Peñalver, que en El caso Almería aprendió “a vivir el cine como algo emocional. Además, rodé al lado de mi personaje, Mari Carmen, que había perdido a su hermano –la relación con la familia de uno de los jóvenes asesinados, Mañas, fue muy estrecha, tanto que Antonio Banderas estuvo en contacto con ella durante muchos años-.
Antonio Medina se emocionó viendo El caso… “porque había actores maravillosos que ya no están con nosotros y que nos dan una lección magistral- Juan Echanove leyó una sentida carta de la familia de Fernando Guillén, para quien esta producción era “una de sus películas “más queridas”.