La luz de Elena Anaya | Presentación de Todos están muertos

7 mayo, 2015

La actriz y Beatriz Sanchis, directora de Todos están muertos, conversaron con el público en la Academia

Elena Anaya es luminosa. La expresiva actriz palentina ha hecho su sueño realidad porque todos los personajes que le han ofrecido “han sido maravillosos, hermosos, y dentro de esa hermosura, peculiares y extraños a la vez” y muchos de los cineastas con los que ha trabajado han escrito el papel para ella. Llena de cosas buenas para disfrutar, esta intérprete que debutó en el celuloide con 19 años en África y que, paso a paso,  ha construido una carrera tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, quiere mantener la actitud de “actriz novel toda mi vida”. Dentro de unos meses celebrará su 40 cumpleaños, 20 de ellos en este oficio en el que ha intervenido en 45 películas a las que ha hecho frente como “un cuadro en blanco, en el que no sabes si va a ser a carboncillo, al óleo… A veces, el personaje parte de unas botas que me he puesto, otras me he inspirado en alguien y en otras lo ha dictado una canción”. Y todos  vienen de mucho trabajo. “Llamo a mis profesores, pido mucha ayuda. Unas tomas salen buenas, otras no, pero hay que intentarlo e intentarlo hasta que salga”.

Y así apareció Lupe, estrella en la movida madrileña, que quedó terriblemente traumatizada con la muerte de su hermano y compañero del grupo Groenlandia. Tras su fallecimiento decidió no volver a pisar la calle y pasar los días entre las cuatro paredes de su piso, mientras cocina tartas de manzana. Esta es la historia con tintes autobiográficos que escribió Beatriz SanchisTodos estan muertos, producción que logró  un gran éxito en el Festival de Málaga, donde se alzó con los premios de mejor actriz (Elena Anaya) , Especial del Jurado, Premio Especial del Jurado Joven y banda sonora. En los Premios Goya® obtuvo dos nominaciones: la de Mejor Dirección Novel para Sanchis y Mejor Interpretación Femenina para Elena Anaya. “Nadie ha sacado tanto de mí como Beatriz.  A veces, hay que dejarse llevar por lo que ocurre, y en esta película tan hermosa hubo momentos mágicos. Es una historia muy especial, no del todo comercial, que me fascinó. Beatriz me ayudó a querer a esta mujer, a entender que detrás de su maldad había una incapacidad”, comentó.

 

Meticulosa eligiendo papeles

Actriz y directora hablaron con el público que vio en la Academia Todos están muertos, película que se exhibió dentro del ciclo ‘Mujeres que no lloran’. Simpáticas y cercanas, Anaya y Sanchis recordaron al equipo del filme, en el que figuran dos grandes del cine mexicano –Angélica Aragón y Patricia Reyes Spíndola–, el argentino Nahuel Pérez Biscayart y Macarena García. “Ensayamos durante un mes en la casa en la que rodamos, con el vestuario que íbamos a utilizar. Hice muchas tartas de manzana y consulté con una doctora especialista en agorafobia –trastorno que padece el personaje–“, rememoró la actriz.

Para contrarrestar la oscuridad de Lupe, Sanchis tenía claro que nadie mejor que Anaya, “que es toda luz. A Elena le importa más la historia que el personaje, es muy meticulosa eligiendo los papeles, muy exquisita. Mira mucho el guión, y si el personaje sirve o no a la historia”, expuso esta cineasta, a la que le gusta abordar “cosas que no se suelen contar”.

Anaya no es de las que se calla y cuando algo no le gusta, lo dice. “Me han echado de alguna película por hablar de más”, declaró la actriz, que, de nuevo, volvió a citar a la suerte cuando le preguntaron si se había sentido discriminada por ser mujer. “He trabajado con muchos más hombres que mujeres y siempre me han tratado de igual a igual. Y cuando no ha sido así, he luchado , me he defendido y me he quejado”, aseguró la ganadora del Goya® 2012 a la Mejor Interpretación Femenina Protagonista por La piel que habito, de Pedro Almodóvar.

 

La suerte de su lado

Optimista y comprometida –ha colaboradora en la campaña de Greenpeace en defensa de una gran zona protegida en el Ártico–, Anaya, que aplaudió en el Kodak Theatre las palabras de Patricia Arquette cuando recibió el Oscar y reinvidicó los mismos derechos y salarios que los hombres para las mujeres, seguirá luchando por lo que sueña desde que a los 17 años le dijo a su madre que quería ser actriz. El apoyo de su progenitora fue clave para esta actriz que quiere hacerse mayor dedicándose a lo que le gusta: actuar.

A punto de terminar el guión del que, espera, sea su segundo filme, Beatriz Sanchis no vive del cine “por ahora”, pero quiere perdurar en este sector, para el que demandó más mujeres productoras. “Si hubiese más, habría mayor interés por la visión que tenemos las directoras”, declaró la cineasta valenciana, que tiene claro que si tu cine se consolida y tienes un público, “es más rentable producir tus propios trabajos”.

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