Manuela Velasco tuvo que esperar casi hasta el final de rodaje de [•REC] para saber si sobrevivía o no. Carne de las travesuras de Paco Plaza y Jaume Balagueró, llegaba al rodaje día tras día exclamando la misma pregunta –¿Al final vivo?–. Y no ha sido su única espera en torno a esta historia. Ocho años después de su estreno, la protagonista descubrió ayer en la Academia de Cine, donde acudió en el marco del ciclo ‘Mujeres que no lloran’, que su ‘descubrimiento’ para el filme vino de la mano de Leticia Dolera. Su compañera la había visto en ‘Cuatroesfera’ y consideraba que era ideal para el papel y Paco Plaza así lo confirmó –“Era como un superhéroe, como Clark Kent y Superman en uno, tenía doble identidad: una actriz que te podía dar el registro dramático que necesitábamos pero que tenía los tics del reporterismo muy pillados. Manuela había nacido para protagonizar esta película”–.
Al cine, Manuela Velasco llegó por la puerta grande y casi sin planteárselo cuando era tan sólo una niña. Tenía 12 años cuando, con Ne me quitte pas como testigo, se puso por primera vez bajo los focos a la orden de ‘¡Corten!’ de Pedro Almodóvar para compartir planos con Carmen Maura en La ley del deseo. Tras estudiar y dejarse los codos en el que siempre fue su sueño, “siempre me imaginé como actriz y subida a un escenario”, le tocó patearse muchos castings, de los que al principio no salía nada y poco a poco fue recibiendo algún sí por respuesta, “al principio hice papeles como ‘Amiga 7’ o ‘Vecina antipática’, pero hay algo de no tirar la toalla en esta profesión». Ni imaginaba que en su primera gran oportunidad le tocaría batirse en duelo con muertos vivientes, pero considera que con [•REC] les regalaron un “campo de juegos” en Rambla de Cataluña, 34, lugar en el que estaba emplazado el edificio en el que rodaron durante 17 días el largometraje que dio el pistoletazo de salida a la conocida saga.
Fue dirigida a cuatro manos por Jaume Balagueró y Paco Plaza, “teníamos algo parecido a dos conciencias porque uno te decía una cosa y el otro todo lo contrario. Eso conllevaba caos y no saber que estaba pasando, pero ese conflicto era maravilloso porque, al fin y al cabo, lo resolvíamos. Eso es la ficción”. Para Paco Plaza, Jaume Balagueró y él son “camaradas de la carcajada” y aún le resulta extraño hablar de este largometraje porque es “algo mucho más experimental de lo que hoy parece. Éramos dos niños fans de las películas de terror que jugábamos a hacer una de zombies y la falta de ambición por hacer una buena película, esa humildad, hizo que el filme funcionase muy bien”. Velasco afirma que “Plaza y Balagueró se lanzaban una bola que se devolvían el uno al otro cada vez con más entusiasmo, y eso era claramente contagioso”.
Del éxito y los personajes femeninos
Tras ganar el Goya® a la Mejor Actriz Revelación por este papel, a la intérprete le dio la impresión que los medios de comunicación hablaban de ella como “la actriz de éxito a la que todos querían en sus títulos de crédito. Pero esa no era la verdadera historia, porque en aquella época yo presentaba un nuevo programa de televisión (‘Brainiac’) en el que me mandaban a Ciudad del Cabo a hacer el rápel más peligroso del mundo, me subían en un globo que se alzaba sin fin o me tocaba retransmitir el Cocido Montañés más grande jamás cocinado. No he parado de trabajar, pero tampoco he tenido nunca mucha posibilidad de elegir”.
Aún así, consiguió alzarse con el galardón por un personaje femenino que puso contra las cuerdas los roles clásicos de una mujer en una película de terror: era activa y no una mera victima. Respecto a esto, Paco Plaza quiso compartir con el público una epifanía: “Escribí un guión con Luiso Berdejo pensando en Antonio Dechent, pero me moría de ganas de trabajar con Maru Valdivieso. Y de repente, le cambiamos el sexo al personaje. Te das cuenta que muchas veces escribes un personaje de hombre o mujer asumiendo unos clichés muy claros, pero siendo chica nuestro personaje funcionaba porque era una tía que tomaba decisiones y se valía por sí misma. ¿Acaso sólo puede hacer eso un hombre? Si hubiese un anti CIMA me acusarían de que escribo unos roles masculinos demasiado blandos”.
Los que vienen
Seguidos muy de cerca en las primeras filas por dos futuros estudiantes de cine e interpretación, les dedicaron sendos consejos sobre el oficio. La actriz aseguró que “estudiar es ya un regalo porque te confronta contigo mismo. Me han dicho muchas veces que el tesoro está en el fracaso, y yo me enfadaba muchísimo, pero es cierto, porque te vuelve más humilde”. Plaza fue contundente: “No esperes a que nadie venga y te solucione la vida. Lo que no funciona son las quejas, lo bonito es hacer y creer que puedes hacerlo porque si crees que algo es imposible nunca lo harás. No paréis nunca”.
Ninguno de los dos tiene la agenda en blanco los meses que están por llegar. Manuela Velasco está orgullosa de poder decir que la dirigirá en las tablas Daniel Veronese, “uno de esos directores de escena con los que te mueres por trabajar”. También seguirá paseando por las exitosas Galerías Velvet y levantando proyectos teatrales con enTRAMAdos, compañía que formó junto a otros compañeros actores con el compromiso y la iniciativa por bandera. Paco Plaza ha dado el salto a la producción con Requisitos para ser una persona normal, ópera prima de Leticia Dolera que a partir del 5 de junio podrá gozarse en los cines de toda España –“He visto el otro lado de la fuerza. Estoy muy orgulloso de la película pero toca ver que pasa en el mundo real porque el primer fin de semana de junio nos jugamos la hipoteca”–. Ya lo han dicho ellos: el cine sigue, esto no se para