Marc Recha: Hay que fomentar el intercambio, la diferencia, el respeto por lo ajeno y el placer de lo desconocido»

Por Chusa L. Monjas · 25 septiembre, 2015

Presenta su nueva obra, Un dia perfecte per volar, en Zinemaldia

Autodidacta, Marc Recha empezó a mirar el mundo a través de una cámara siendo un niño, cuando con ocho años comenzó a rodar, y desde entonces no ha parado. Autor de ritmo propio, este habitual de La Croisette –compitió con Pau y su hermano y presentó Las manos vacías en ‘Una cierta mirada’–, enseña su nueva obra, Un dia perfecte per volar, en Zinemaldia, donde se medirá por la Concha de Oro con esta propuesta intimista que ha filmado sobre la relación de un hijo con su padre “de una manera fresca y sencilla”.

Protagonizada por su hijo Roc y Sergi López, describe una historia cercana “que nos lleva a nuestra infancia y al mundo imaginado que conlleva todo aprendizaje, que es el descubrimiento de la vida. En este caso, el de un niño cargado de una sensibilidad muy especial y a la vez, divertido y alegre. Es una oportunidad para acercarse a la vida vista a través de un niño y la curiosidad con la cual absorbe todo lo que aprende a una velocidad de vértigo poético», adelanta el director, guionista y productor catalán, para quien rodar con su vástago ha sido una experiencia “inolvidable que no se aleja demasiado de las cosas que hacemos en la realidad, pero con una cámara filmando”.

En este cuento sobre un niño que hace volar la cometa que ha hecho su progenitor, plantea las relaciones paterno-filiales desde la naturalidad con la que se aborda la paternidad «deseada, positiva y constructiva, consecuencia de la complicidad entre un hijo y su padre”, por lo que entiende que el mejor regalo es el legado que quedará de esta película para su hijo cuando sea mayor, «y el deseo de que, para muchas personas, perdure un recuerdo positivo de esta historia».

Creador de largometrajes con los que ha logrado reconocimiento en festivales como Cannes, Locarno, Nueva York, Toronto y Venecia, espacios que para él son «una ventana al conocimiento y, sobre todo, a la curiosidad», es su primera vez en Zinemaldia y también su debut en sección oficial. «Es una manera singular de compartir conocimiento y experiencias con otras personas. Lo importante es la transmisión del conocimiento con el público, los cineastas, la gente que te encuentras. Cualquier sección es un marco ideal para crear estas circunstancias”.

Él, por su parte, va a la cita con el ánimo de «aprender, a través de un trabajo de observación de todo lo que me rodea, y seguir creando una mirada propia», y no ve adversarios porque «no existe la rivalidad en la amistad, y menos con los compañeros de viaje”. El de Hospitalet de Llobregat también se pronuncia sobre la postura del único certamen cinematográfico español de categoría A por nuestra cinematografía. «Hay que fomentar el intercambio, la diferencia, el respeto por lo ajeno y el placer de lo desconocido. Y, si es posible, llegar a fomentar todas estas cosas con alegría y diversión. A veces, esta es una manera de llegar a la complicidad, de crear empatía con los demás».

Saludado como uno de los cineastas con mayor potencial de España desde su primer estreno a principios de los noventa, Recha, como otros muchos colegas, tiene la esperanza de que el cine «siga siendo un espacio de libertad, un lugar que parte de lo concreto a lo universal, y que esta universalidad sirva para conectar con otras culturas y crear puentes de conocimiento».

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