Francis Ford Coppola, Sam Mendes, las hermanas Wachowski, Robert Zemeckis y, en el terreno nacional, Isabel Coixet son solo algunos de los realizadores con lo que ha trabajado la actriz italiana Monica Bellucci, que este jueves visitó la Academia de Cine, donde fue recibida y presentada por Mariano Barroso, vicepresidente de la institucón. La intérprete presentó En la vía láctea, cinta con la que Emir Kusturica, que también la coprotagoniza, regresa a la ficción después de diez años. El director serbio sitúa la acción durante la Guerra de los Balcanes, “que a día de hoy se sigue sintiendo” según Bellucci, para contar la historia de “una mujer dispuesta a ofrecerse como sacrificio, movida por un amor obsoluto. Rodamos durante cuatro años, en los veranos, porque toda la película transcurre en exteriores. Son emplazamiento de infinita belleza pero que también desprenden tristeza».
Bellucci considera que “Kusturica demuestra que el amor y la sexualidad es una cuestión de energía, no de edad”, en esta historia donde la aparición de su personaje trastoca la vida de un lechero que cada día atraviesa el frente para ofrecer sus productos a los soldados. Sobre su director y coprotagonista, la actriz italiana comentó que “es un artista polifacético con una energía increíble. Esta historia sirve como metáfora del inevitable paso del tiempo, que parece ser más duro en el caso de las mujeres”.
Preguntada por Carlos Marañón, director de Cinemanía y moderador de la charla con Bellucci, sobre su trabajo a ambos lados del Atlántico, la intérprete confesó lo afortunada que se siente por “poder trabajar con directores distintos, con procedencias y bagajes distintos. El cine es comunicación y a mí me ha servido para conocer todo el mundo y relacionarme con personas de todos lados. Además, trabajes donde trabajes e independientemente del tamaño y del presupuesto de la película, cuando estás delante de la cámara simplemente eres una actriz”.
En la vía láctea se estrena el 14 de julio de la mano de Surtsey Films.