«Mucha gente puede pensar que el corazón de esta película es el incesto, pero para mí no tiene nada que ver con esto, sino más con la saturación de la mirada, porque en estos tiempos la imagen nos asalta continuamente», apuntó Pedro Aguilera en el coloquio tras el pase de su tercer filme, Demonios tus ojos, encuentro que compartió con Juan Carlos Sampedro y Julio Perillán, guionista y protagonista del largometraje. Para el cineasta, «hasta hace unos años las imágenes estaban creadas por profesionales de la imagen, pero hoy esto ha cambiado: todo el mundo crea imágenes».
Para esta historia sobre un joven director de cine asentado en Los Ángeles que descubre en una web erótica a su hermana como protagonista de uno de los explícitos vídeos, buscaron financiación en muy distintos lugares, pero terminaron rodando en Somosaguas (Madrid). «Para mí el guión no es algo tan sagrado como para otros tantos, para mí es más importante el corazón del proyecto», manifiesta Aguilera, que siempre intentó proteger dicha esencia en los ensayos, «los actores en el set tenían libertad total. Es un problema para ciertos miembros del equipo y tienes que llevarlo todo muy medido, pero te da mucha más libertad en otros sentidos». En rodaje pudo contar con Ivana Baquero como protagonista del filme, «tuvimos mucha suerte cuando aceptó. Encontrar las características de una actriz como ella no es tan fácil».
Sampedro, que escribió el libreto, partió de una simple idea para escribir el filme: «siempre podemos ver algo que puede cambiar nuestra vida por completo». Perillán, protagonista de la cinta, recalcó que trabajaron mucho para que su personaje basculase «entre dos ejes, la seducción y la perversión. Parte de la brillantez para mí es aceptar que el actor no puede llegar a veces a ciertas partes del guión, entonces hay que dejar que el guión se adapte a eso».
El cineasta, que cumplía cuarenta años, relató que aún le cuesta definirse como director de cine, » estudié Bellas artes y llegué al cine de una manera un tanto rebotada. Considero mis cortometrajes como una búsqueda y estoy aún sacando algunas conclusiones de quién soy yo». En este largometraje, que se alzó con tres galardones en el pasado Festival de Málaga, Aguilera se posiciona sobre las limitaciones del audiovisual, «porque llega un momento en que la imagen es toda ficción, todo es un truco».