El gran corazón de Pepe Salcedo

Por Chusa L. Monjas · Fotos © Alberto Ortega · 17 noviembre, 2017

Arropadas por la familia, amigos y compañeros del inolvidable montador, su hija y su compañera recogieron la Medalla de Oro de la Academia de Cine

“Quiero hacer un homenaje particular  al Pepe que es menos conocido: el Pepe padre, hijo, cuñado, hermano, y el Salcedo amigo.  No puedo sino recordar su sonrisa, su habilidad de ponernos a todos un mote –era incapaz de llamarnos por nuestro nombre–, su bondad, honestidad y su capacidad para hacer feliz al resto”. Fueron las conmovedoras palabras de María Salcedo, la hija del inolvidable Pepe Salcedo en la entrega de la Medalla de Oro de la Academia de Cine. Un reconocimiento que la presidenta de la institución, Yvonne Blake, entregó a María Salcedo, “que ha sido el motor de su vida”, y a su compañera dentro y fuera de la sala de montaje, Rosa Ortiz.

Agradecimientos, aplausos, elogios y sentidas lágrimas  protagonizaron la ceremonia de entrega de la Medalla de Oro 2017, acto en el que numerosos familiares, amigos y compañeros de este mago de la edición que nació en la localidad manchega de Mestanza destacarón las muchas virtudes del montador, entre las que sobresalió su gran corazón.

El montador Pedro del Rey; los directores Pedro AlmodóvarPedro Olea,  Agustín Díaz YanesJosetxo San Mateo y Emilio Aragón; el músico Alberto Iglesias; y el director del Festival de Valladolid, Javier Angulo. María Salcedo nombró a todos los que hablaron con devoción de su padre “por estar aquí acompañándonos. Que le concedieran esta Medalla llenó a mi padre de vida y de ilusión, él soñaba con estar aquí en la Academia pare recoger este merecido homenaje.

Hoy lo que quiero es darle las gracias a él por habernos acompañado en este viaje de la vida y habernos enseñado tanto”, expresó. María Salcedo compartió el escenario de la sala de cine de la Academia con su madre, Rosa Ortiz.  “Estoy segura que él dedicaría esta Medalla a su compañera dentro y fuera de la sala de montaje. Mamá, esta Medalla es tuya”. Y como su única hija, Rosa Ortiz agradeció a la familia ‘profesional’ de Salcedo, entre los que citó a El Deseo, “que consideré siempre mi casa”- lo que dijeron de Pepe “para el que su oficio era su vida”, apuntó.

La escuela de Almodóvar

El que fue uno de sus maestros, Pedro del Rey, con el que formó equipo durante 25 años que tuvieron como resultado 23 películas, señaló que con Pepe siempre se podía contar en lo personal y en lo profesional”.

No podía faltar al homenaje Pedro Almodóvar, que confió el montaje de todas sus películas a Salcedo. “Las únicas dos personas que me han acompañado todo el trayecto son mi hermano Agustín y Pepe Salcedo, que ha sido mi escuela. Era como un cirujano que miraba el cuerpo de todo aquel material para luego intervenirlo y, en muchas ocasiones, salvarlo. Pepe conseguía una magia, era un montador muy heterodoxo. En sus manos, todo que era vivo y expresivo era montable”, resaltó.

El universal manchego se rompió, no pudo contener las lágrimas al hablar de su paisano, y reconoció que “más allá del pensamiento egoísta» de que él es el que «sale perdiendo» con la ausencia de su amigo y compañero de trabajo, el cine español «ha perdido uno de sus grandes maestros».

Pedro Olea –“en mi carrera hay dos fases, antes de Pepe y después de Pepe. Antes de Pepe yo llegaba al montaje claustrofóbico y agobiado, con Pepe era como llegar a un picnic con sol”-; y Josetxo San Mateo –“sigo hablando con él porque Pepe no se ha ido a ningún lado, anda en algún sitio comiendo callos. Pepe tenía la ilusión de dirigir una película y yo iba a ser su ayudante de dirección”- también rememoraron sus recuerdos sobre Pepe Salcedo Palomeque.

«Sigo pensando que está aquí»

Hizo memoria el músico Alberto Iglesias -«me da pena que nunca le haya dado las gracias por toda la confianza que tenía en mí y que tanto me ayudó en mi trabajo. Me parecía extraordinaria su cercanía con los directores y el absoluto respeto que él les tenía”- y Emilio Aragón, que trabajó con Salcedo en sus únicas dos películas –“hay personas que pasan por nuestras vidas como el humo y que desaparecen, y hay otras que pasan para quedarse. Pepe ha pasado por la mía y siempre tendrá un rinconcito de mi corazón», aseguró.
Y entre vídeo y vídeo de Pepe Salcedo en la sala de edición y de las muchas películas que montó, Agustín Díaz Yanes confesó que Pepe “era familia. He bebido, he fumado, he viajado y hasta he dormido en la misma habitación que él. Me encantaba como movía las manos en la moviola. Me cuesta hablar de él porque todavía no lo he despedido, sigo pensando que sigue aquí”, expresó emocionado el cineasta.

 

Premio José Salcedo

La productora Ana Amigo –“siempre he admirado la falta de solemnidad y la alegría de Pepe”- y la directora y guionista Yolanda García Serrano, que de este “gran profesional, compañero y amigo” alabó su discreción, fueron las maestras de ceremonia del acto en el que el director del Festival de Valladolid, Javier Angulo, anunció  que en el próximo consejo del certamen plantearía la creación de un premio de montaje que lleve el nombre de Pepe Salcedo.

Antes de entregar la Medalla a los familiares de Pepe Salcedo, la presidenta de la Academia de Cine subrayó «que el cariño y el amor que sentimos por José Salcedo ha quedado claro en este acto. Estará muy orgulloso de la gente que le quería, con una sonrisa puesta, esté dónde esté».

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