Santiago Segura vuelve a la carga como director y, por primera vez, no es por la reaparición de su popular criatura José Luis Torrente. El cineasta intenta conquistar de nuevo la taquilla con la comedia que presentará al espectador el este viernes 2 de marzo, Sin rodeos, remake español de la cinta chilena Sin filtro. Acompañado por Maribel Verdú, Candela Peña, Bárbara Santa Cruz, Toni Acosta, Cristina Castaño, Diego Martín y Cristina Pedroche, este director, guionista, actor y productor que trabaja para el público muestra a una mujer, Paz, que no se atreve a decir lo que piensa hasta que un día rompe su silencio, convirtiéndose en una mujer ‘sin rodeos’.
El empoderamiento de la mujer se va apuntalando día a día y usted ha querido contarlo desde su particular óptica.
Cuando empecé a trabajar con el proyecto, curiosamente, el feminismo avanzaba pero no había dado los pasos decisivos hacia delante de estos últimos meses. Me encanta que la película, estrenándose en este preciso momento, pueda ser un ladrillo más en el muro de contención que se está levantando contra el machismo.
Maribel Verdú llena, literalmente, la pantalla, ¿pensó desde el principio en ella para interpretar a Paz? ¿Cómo ha sido su relación?
Nuestra relación ha sido idílica. Es una persona maravillosa y una actriz sobresaliente. No se me ocurre nadie que pudiese haber encarnado mejor el papel. Si la película tuviese éxito, no me cabría duda de que Maribel es la principal responsable, su interpretación es gloriosa.
Todos vivimos en una sociedad y nos comportarnos de cierta manera para ser aceptados y queridos. Su protagonista es lo que los otros quieren ver hasta que se da cuenta y rompe su silencio. ¿Cree que la película puede servir como catarsis, al ver cosas que quisiéramos hacer pero no podemos?
Totalmente. Por eso digo que es una comedia empoderada. Es liberadora, muy positiva y te permite salir del cine con las endorfinas a tope.
En las redes sociales no hay filtros, ¿cómo se maneja en ellas?
Sí hay filtros, pero a veces no se usan. Es mi caso. A veces me convendría tener el filtro puesto a todas horas para no meterme en jardines, pero es superior a mis fuerzas.
¿Por que quería hacer una película para el público femenino?
Quería hacer una película que no provocara rechazo a las mujeres, sino que provocase su complicidad y empatía. Torrente fragmentaba al público y era más apreciado por los hombres, cuando a mí lo que más me gusta en el mundo son las mujeres, así que pensé que era absurdo, siendo un alma sensible, romántica y sentimental como soy, no ponerme manos a la obra.
Respaldó la ópera prima de Nicolás López (Promedio rojo), que creció viendo sus filmes, y ahora hace un remake de una película suya que triunfó en Chile y tuvo también éxito en su versión mexicana. Además de cambiarle el título, ¿qué otros cambios ha hecho? ¿Qué aporta su versión a la original?
La tercera mejor comedia de la historia según el American Film Institute, Con faldas y a lo loco, era un remake de una película alemana que a su vez era un remake de una francesa. Cuando vi la película de Nicolás hace dos años, antes de su estreno en Chile, pensé que podía quitar y añadir algunas cosas y, adaptándola al gusto español, hacer una versión perfecta para el disfrute de nuestro público. Cuando la película se estrenó para convertirse en la segunda más vista de la historia de Chile, me di cuenta de que no tenía mal ojo, algo que confirmé cuando se firmaron remakes para México, Argentina e incluso Estados Unidos.
¿Por qué hacer una versión diferente para cada país de la misma película con tan poco tiempo de diferencia? Las tres versiones son en español, ¿es diferente nuestro humor al humor chileno y este es distinto al mexicano?
No, son prácticamente iguales, de ahí que se estrenen y triunfen tantas películas mexicanas y chilenas en nuestras pantallas…
¿Cómo se ha sentido detrás de la cámara con la que es su primera película como director fuera de las cinco entregas de Torrente?
Más centrado en la protagonista, me he dado cuenta de que no es tan fácil lo de dirigir mientras uno mismo interpreta el personaje central de la película.
¿Ha fantaseado alguna vez con ser un hombre sin filtro?
Claro, me paso el día fantaseando. Con eso y con mil cosas más.
Necesidad de afecto y directrices claras
¿Qué comedia se hace en España?
La que se puede.
¿Cree que el cine español propone nuevos caminos para la comedia?
Estoy convencido de que se lo propone, pero la sensación de que todo está inventado nos invade muchas veces.
En Sin rodeos es director, guionista, actor y productor, ¿es de los que necesitan tenerlo todo bajo control?
No lo necesito pero me gusta. Es como rodearme de la mejor gente posible en cada uno de los campos en los que trabajo, me hace estar más tranquilo.
Como creador autodidacta, ¿ya se ve a sí mismo como cineasta?
Desde que rodaba con mi tomavistas Bolex mis pequeñas historias y me metía mis rollitos de 15 metros de Super8 en mi proyector Eumig me he sentido cineasta, siempre he sido un entusiasta.
Siempre dice que trabaja para el público y que su aspiración es hacer reír a la gente y llenar los cines, ¿es la comedia el mejor vehículo para atraer a los espectadores?
A mi alcance sí. Quizás una película como Avatar atraiga más al público, pero en estos momentos no he encontrado a nadie que me ponga 500 millones para hacerla.
Es conocida y aplaudida su impagable tarea como descubridor y ‘recuperador’ –el gran Tony Leblanc, Fernando Esteso, Paquirrín, Jesulín de Ubrique…–. En esta película saca a la luz las cualidades interpretativas de Cristina Pedroche.
La verdad es que me encanta que Cristina haya realizado su debut cinematográfico conmigo, me ha parecido una actriz excelente.
Ha estado en los equipos de Berlanga, Urbizu, Fernando y David Trueba, Guillermo del Toro, Juanma Bajo Ulloa, Daniel Monzón, Óscar Aibar y Álex de la Iglesia, entre otros muchos directores. Al estar a los dos lados de la cámara, ¿cómo dirige a sus compañeros actores?
Intento hacerlo con mucho cariño. Los actores estamos necesitados de afecto y directrices claras y comprensibles. El haber estado tan cerca de todos esos grandes me ha permitido aprender bastante.
¿Seguirá apostando por las comedias entretenidas?
Me encantan.
Como director, ¿llegará algún día el drama a su vida profesional?
Me conformo con que llegue en pequeñas dosis a mi vida personal.
