Notas para una guerra | Para la guerra

Por Francisco Marise · 25 septiembre, 2018

El director Francisco Marise reflexiona sobre Para la guerra, filme que presenta en el Festival de San Sebastián en el apartado de Nuevos Directores

Para la guerra es una película de guerra sin disparos, una película que nace en Cuba cuando se encuentran fortuitamente su protagonista y su director.

Para la guerra es una película de voluntad performativa, pero tan de puesta en escena como de documental clásico y cinéma vérité. Una película que utiliza el artefacto de la cámara como médium entre el cine y lo filmado, en este caso el cuerpo del protagonista, un exsoldado, y su memoria.

Su protagonista es un gran (no) actor de 61 años que, como muchísimos cubanos, aterrizó siendo adolescente en Angola para pelear cuerpo a cuerpo, durante cuatro años, en el medio de la selva de África; y después en Nicaragua y en otras misiones secretas por todo el mundo… y ahora vive en un pequeño pueblo y uno no sabe si, paisaje y memoria mediante, vive en Cuba, Nicaragua, Angola o Vietnam…

Es una película que existe porque este exsoldado se entregó sin reparos a practicar, para la cámara y para el director, los mismos ejercicios que realizaba cuando era un joven soldado. Porque el director, casi sin pensar, decidió quedarse a vivir rodando en Cuba ni bien lo conoció. Y existe también porque Javier Rebollo, ahora productor ejecutivo, co-guionista y co-montador de Para la guerra, le dijo, casi sin pensar al director de esta película, cuando este era solamente uno de sus aprendices: “te venís a Madrid y la montamos en casa, yo te ayudo”.

Ahora sabemos que Para la guerra se estrenará a concurso en Nuevos Directores del Festival de Cine de San Sebastián y el pequeño y fiel equipo cuasi alcohólico de este filme lo vive muy contento. El acontecimiento se celebrará en la calle, con vino, buenas canciones y amigos… Porque Para la guerra es una película independiente, frágil, pero sincera y libre. Una película que vitorea los encuentros azarosos, así como la amistad y el respeto en el cine y la vida.

Para la guerra es la ópera prima de su director, un tipo que justo antes de comprarse un auto y chocarlo contra un árbol, aburrido ya de trabajar en publicidad y con un ministro argentino, decidió irse a estudiar cine documental a Cuba y allá quedarse. Y entonces encontró cosas que le hicieron volver a creer en el misterio de las formas, en la belleza y la rugosidad de las imágenes; cosas que no se tocan, cosas que le hicieron confiar en el instante y en él demasiado tarde, y siempre, siempre celebrar el encuentro sincero entre las personas y sus miradas.

Para la guerra es, sobre todo, una película hecha con y por amor. Cine que es cine porque emerge con ternura desde la vida.

¡Que viva el cine!

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