La decadencia del machismo | Encuentro en torno a Todas las mujeres

Por Fotos: ©Maria Alcira Rivas · 29 octubre, 2019

Su director y guionista Mariano Barroso, la actriz Nathalie Poza y el co-guionista Alejandro Hernández debatieron en la Academia sobre esta historia, junto a las psicólogas clínicas Isabel Serrano-Rosa y Ana Fernández Rodríguez

“Contar la historia de un hombre, a través de las mujeres de su vida”. Así recordó Mariano Barroso el germen de Todas las mujeres, película sobre la que charlaron en la institución, desde el punto de vista del cine y de la psicología, dos terrenos imbricados que les valieron para radiografiar al protagonista, Nacho, al que interpreta Eduard Fernández.“Da mucha ternura, pero moralmente es un personaje repugnante”, reconoció el director y presidente de la Academia de Cine.

Primero fue una serie de seis capítulos, “y por ello son seis mujeres” –su amante, su ex-novia, su madre, su compañera, su cuñada…– de las que la última en aparecer debía ser la psicóloga, “porque era donde tenía que tener la catarsis”, explicó Barroso. La psicóloga está interpretada en la cinta por Nathalie Poza, que siempre recurre a su terapeuta para preparar los personajes –“siempre me da las mejores claves para entenderlos”. En este caso le dijo “una cosa muy básica ‘lo único que tienes que hacer es escuchar’ y eso para un actor es fácil, solo había que multiplicarlo por mil”.

Tras la emisión de la serie en TNT, Barroso decidió remontarla como película, “y funcionó mucho mejor, y fue al Festival de Málaga”, recordó el el co-guionista Alejandro Hernández, a quien esta cinta le llegó en un momento «de vacas flacas, no se podían levantar proyectos y recuperé un poco la fe en la profesión porque Mariano, que viene del teatro, me pidió que fuéramos a la esencia de todo». Ambos se alzaron con el Goya a Mejor Guión Adaptado por este retrato de un hombre que debe confrontar las cuentas pendientes que tiene con las mujeres de su vida.

Su éxito radica, según Hernández, en que “nos gusta la gente imperfecta, con errores. Uno de los personajes más despreciables es Homer Simpson y lo adoramos, y, sin embargo, tiene al lado a los Flanders que son perfectos moralmente y los odiamos”. Una realidad que los ponentes ven reflejada en el fenómeno del Joker. “Un asesino despiadado que confiesa haberlo hecho genera automáticamente compasión, de repente es tu hermano”, secundó Barroso, que considera la película ideal “aquella en la que consigues que el espectador suspenda la moral y se deje llevar por la emoción. La empatía no viene de que lo que quiera el personaje sea bueno sino de que te genere emoción”.

Las reticencias de la cadena de que una de las mujeres fuera el personaje de la madre –»porque no había tensión sexual»– o la predilección por los personajes femeninos –»son mi esfuerzo por entender a las mujeres que  siguen siendo un misterio»– son otras de las anécdotas que relató Hernández, que confesó que quiso ser psicólogo, «cuando a los 18 años descubrí la obra de Freud en la biblioteca de una base cubana en Angola, y me dediqué a interpretar los sueños de mis compañeros soldados, que básicamente estaban tristes porque les había dejado la novia».

Foto: ©Maria Alcira Rivas

 

Ni consejos, ni juzgar

La psicóloga clínica Isabel Serrano-Rosa relacionó al personaje protagonista con el perfil que en su campo llaman ‘rol del irrelevante’, «debajo de estas personas pasotas hay una sensación de que nunca le han importado a nadie”. Al igual que su compañera y moderadora del encuentro, Ana Fernández Rodríguez, alabó la fidelidad con la que la cinta dirigida por Barroso aborda su oficio. “Nosotros ni damos consejos, ni juzgamos, las sesiones son un proceso de apertura», desgranó.

Con Todas las mujeres sus responsables viajaron a numerosos festivales internacionales –Praga, Chicago, Buenos Aires…–, donde les señalaron algunas de las claves de la misma. “Me dijeron que era una historia sobre la decadencia del machismo, y estoy de acuerdo”, explicó el director, que también hizo alusión a la figura paterna del protagonista. “Me preguntaban ‘¿quién era el padre?’ Porque esos personajes que no aparecen pero que están ahí, como el suegro, son los que lo condicionan todo”, aseguró.

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