Nacho Álvarez: “Explota explota muestra unos años setenta idealizados”

Por Enrique F. Aparicio · Fotografías de Julio Vergne · 24 septiembre, 2020

Si en el amor todo es empezar, a veces en el cine también. Cuando Nacho Álvarez (Montevideo, Uruguay, 1986) vio por primera vez a Raffaella Carrà en la televisión italiana, el desparpajo de la cantante le atrapó. Algunas décadas después, las historias de la intérprete de ‘Para hacer bien el amor hay que venir al sur’ y ‘Fiesta’ hilvanan Explota explota, cinta musical en la que una bailarina accidental (Ingrid García-Jonsson) pondrá patar arriba la Televisión Española de los setenta, en un momento en el que la mirada de la censura y del público dejaba de fijarse tanto en la longitud de las faldas para poner atención en otros encantos. En un momento en que la libertad tenía forma de cuerpo femenino –María José Cantudo o Susana Estrada bien podrían haberse dejado caer por el metraje– lo que se veía o se dejaba entrever podía paralizar al país entero. Y si alguien estuvo siempre ahí, esa fue Raffaella.

¿Cómo podía no existir un musical con canciones de Raffaella Carrà hasta ahora?

Cuando lo pensé y se lo propuse a Mariela [Besuievsky, productora de la cinta], todo funcionó por eso mismo, porque la idea parecía estar en el aire y alguien la tenía que bajar a tierra. A veces las cosas hay que simplemente hacerlas, no esperar que las hagan.

¿Cuáles son sus recuerdos de la cantante?

La primera imagen que tengo suya, siendo yo adolescente, es de una actuación en la RAI, en la televisión italiana. Era la época de antes de YouTube, así que era muy difícil dar con canciones o actuaciones que te interesaban, intervenía mucho la casualidad. En la televisión español ella seguía siendo una figura en los noventa, pero yo estaba en Uruguay. Cuando llegó YouTube, me puse a ver todos los clásicos. Yo tenía un disco suyo en vinilo, de grandes éxitos, que compré muy barato y con el que comencé una colección que ahora es amplia. Sus canciones son tan divertidas, y cuentan tantas historias, que la idea de un musical con ellas no me abandonaba.

¿Se construyó la historia a partir de las canciones?

El punto de partida siempre fueron las canciones, no quería escribir una historia y luego encajarlas. Como Raffaella tiene 95 canciones en español, que es una locura para una cantante italiana, primer separamos los clásicos que sí o sí tenían que estar, y después dimos con canciones menos conocidas pero que nos servían para desarrollar la historia. También buscamos algunas con nombres propios para los personajes, y fuimos armando la película.

La TVE de los años 70 es un universo más que reconocible para buena parte de nuestro país, ¿cómo fue el proceso de reconstrucción de esa época?

Televisión Española tiene un archivo inmenso, donde tienes todos los programas de la época a un clic de distancia, así que me empapé, hice muchas capturas de pantalla para coger referencias. Al equipo de arte y vestuario les pedí idealizar esos años, hacerlos más coloridos. En algunas películas españolas sobre los setenta se pintan unos años más grises y oscuras, y probablemente se parecían más a eso, pero para un musical quisimos darle un toque de color más almodovariana.

«Raffaella fue censurada en Italia por enseñar el ombligo en televisión»

La trama gira en torno a libertad contra censura. Y en este caso, la libertad tiene forma de cuerpo femenino.

La propia Raffaella fue duramente censurada en Italia, por parte del Vaticano, por enseñar el ombligo en televisión, ya que fue la primera mujer en mostrarlo. También le prohibieron bailar el ‘Tuca tuca’ por ser demasiado sexual. Así que la historia no podía obviar el tema de la censura. Investigando sobre ella en España encontramos que, tal y como se muestra en la cinta, un censor había confeccionado –en los años cincuenta–un libro de “buenas maneras” con reglas morales para el cine y televisión. Entre esas normas estaba la de prohibir los bailes en los que se despegara los pies del suelo, porque “perdía la calidad gimnástica para ganar la erótica del baile”. Leer aquello sirvió como punto de partida para la trama.

Imagino que la parte más ardua del rodaje son los números musicales. ¿Cómo ha sido el proceso de composición y montaje?

Algunos números musicales estaban escritos desde el principio tal cual acabaron siendo, y con otros tuvimos que adaptarnos. Hay uno en el parte del Retiro, que estaba desde el principio, que casi no pudimos hacer por cuestiones de patrimonio –los zapatos de los bailarines podían dañar el suelo– y por seguridad en la parte de las barcas del lago, pero al final pusimos hacerlo.

El número de ‘Lucas’, sim embargo, estaba planteado para que ocurriera en un vagón del metro, y como nos permitían grabar muy pocas horas en él tuvimos que modificarlo, con lo que ha acabado por ocurrir en los andenes y pasillos del metro. Pero ha quedado muy bien, a veces las dificultades producen mejores resultados de lo que esperas. Raffaella vino a visitarnos por sorpresa al rodaje y justo le mostramos ese número y le encantó, sobre todo porque esa canción nunca la hizo con cuerpo de baile.

¿Cómo se calcula el ritmo concreto de una película musical?

En las primeras conversaciones con Irene Blecua, la montadora, ya acordamos un montaje rápido, porque soy muy ansioso y quiero ver el trabajo terminado cuanto antes. En este caso, no es una película de acción pero casi, porque hay mucho baile en la pantalla, así que un montaje rápido e intuitivo creo que beneficiaba el resultado. Hay trece canciones en la película, y lo que sí hicimos fue acortar la mayoría para ganar en dinamismo, aparte de modernizar la producción.

La película se verá en San Sebastián, ¿qué le puede aportar el certamen?

Da vértigo, porque es mi primera película. A veces pienso que debería haber ido con la segunda [risas]. El festival nos aporta visibilidad, que es importantísimo. San Sebastián es increíble y nunca esperé verme ahí.

¿Raffaella Carrà ha visto la película?

Ella todavía no, pero la han visto personas de su equipo y salieron muy felices.

Si podemos soñar, ¿qué otra figura o grupo de nuestra historia merece un musical?

Mecano. Es un grupo tan pop y con unas canciones tan narrativas que parece increíble que no se haya llevado al cine todavía. Alaska también sería una gran candidata. Todo el mundo conoce sus canciones.

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