María Pérez Sanz: “La figura de Karen Blixen está invadida por el mito”

Por Chusa L. Monjas · 6 noviembre, 2020

La cineasta extremeña retrata en Karen los últimos días de la existencia africana de la baronesa danesa

Arruinada, tiene que cerrar la plantación cafetera y abandonar el mundo que había forjado a su alrededor y que tanto trabajo le costó levantar. Su tiempo en Kenia, país que le dejó una huella imborrable, había terminado. “Los últimos días de Karen Blixen en África no son muy distintos a los de cualquier otro de su existencia africana”, señala María Pérez Sanz, directora y coguionista de Karen, un retrato de la baronesa danesa en ese momento concreto de su vida.

El destino y el misterio son los fundamentos de la ópera prima de ficción de la cineasta extremeña, que encontró la semilla de esta propuesta intimista sobre la mujer que se escondía tras el pseudónimo de Isak Dinesen y que se hizo universal gracias al cine en un reto “un poco loco”: adaptar Memorias de África en su tierra. De esta aventura se desligó, y de su rastreo por las huellas africanas de la autora de la novela salió Karen, uno de los tres títulos españoles de la sección oficial del Festival de Cine Europeo de Sevilla, que pone el acento en la singular relación que mantuvo Blixen con su criado somalí Farah Aden. Un vínculo que la cineasta describe en la frase: “Tú estás conmigo por algo, yo estoy contigo por algo; tú no eres nada sin mí, yo no soy nada sin ti”. Pérez Sanz avisa, su Karen, interpretada por la cantautora Christina Rosenvinge, se lava el pelo sola. No hay un Robert Redford.

Ha dirigido una adaptación muy libre de Memorias de África.

Nos hemos sumergido en unas diez páginas de la novela. Las escenas han salido de sus cartas, que en un principio no se iban a publicar, en las que cuenta anécdotas, momentos cotidianos, conversaciones, pequeños detalles como su afición a los arreglos florales… Imitar algo que ya se ha hecho tenía poco sentido, queríamos hacer el reverso de la moneda, contar lo que no está en la película de Sydney Pollack. Como el filme tuvo tanto éxito [logró siete Premios Oscar y la figura de la baronesa quedó asociada a la actriz Meryl Streep] no tenía que explicar al espectador quién es esta mujer ni en qué estado se encuentra.

La de Karen Blixen es una historia de empoderamiento.

Sí. Al final de la película, cuando ella observa por una ventana y nos vamos al presente, a su casa-museo de Nairobi, hay algo en su mirada que tiene que ver con la idea del destino, que está muy presente en su obra. Es como si ella, cuando estaba abandonada y arruinada en Kenia, hubiera intuido que iba a ser alguien, que aún el destino le tenía guardada una carta. Ella se convierte en una escritora tardía, con cuarenta y muchos años empieza a publicar. Y de ahí ese final, esa resonancia sobre el presente y el mito. La vida es así: desvaríos, situaciones difíciles, ruinas, enfermedad y, de repente, la vida le da otra oportunidad y se convierte en la gran escritora por la que ahora es conocida.

Karen pone el foco en la especial relación que mantiene con su criado somalí Farah Aden.

Es ficción, pero tiene mucho de documental y de documento. Todo lo que contamos de su relación con él está extraído de sus escritos. Cuando empezamos a centrarnos en algo concreto, lo único que se mantenía siempre era el personaje de Farah. En Sombras en la hierba, su último libro sobre África, dice que, echando la vista atrás sobre su existencia africana, hay un personaje que aparece siempre erguido y nítido, y es Farah. Ella le elige a él porque era, según sus palabras, el más interesante. Fue una relación marcada por la losa del colonialismo, que está vigente.

No aparece su marido, el barón Bror von Blixen-Finecke, y tampoco el cazador Denys Finch Hatton.

Tenía claro que, a excepción de Farah, los personajes masculinos de la película solo existirían por ausencia. De ahí que se muestre la mesa vacía, el salacot, un lado de la cama libre…

Ella siempre estuvo muy cerca de sus hermanos africanos, que la llamaban ‘la honorable leona’.

Era una colona diferente y una mujer que se preocupa por su gente. Su trato con los kikuyu que estaban a su cargo siempre fue amistoso, les construyó una escuela y consiguió que les cedieron territorios cuando ella abandonó el país. Cuando viajé por Kenia para seguir sus huellas nadie me habló mal de Karen Blixen, pero es cierto que todo está muy invadido por el mito, por la idealización de la colona europea en África. También hay algunos escritores africanos que han sido muy críticos con ella, que era bastante solitaria, muy de estar con la gente de su granja. No se prodigó demasiado en eventos sociales e hizo muy pocos safaris.

«Los personajes masculinos de la película solo existen por ausencia»

Con las gentes del país mantuvo un vínculo de amor y respeto.

De su comunicación con Farah se pueden extrapolar muchas cosas, por eso la película pone el foco ahí. Son dos personajes que no están destinados a entenderse, pero entre ellos hay un entendimiento ancestral, los dos creen en el destino, en la idea de Dios y eso hace que se profesen un respeto mutuo impresionante. Eran uno: él, musulmán, por entender la voluntad de lo divino que nunca has de evitar, y ella por su idea de Dios y el destino.

En una carta, Karen Blixen le comenta a su vecina que Farah le había prometido que nunca la iba a dejar, al final ella regresa a Dinamarca, pero su relación sigue hasta que él fallece.

Cuando ella vuelve a su país dice: ‘no te soltaré hasta que me bendigas’, una frase que marca su existencia africana y su relación con Farah.

Palabras de Karen dichas por Christina

¿Diría que fue una mujer excepcional para su época?

Sí, y su obra también es para admirar. Ni era lectora de ella ni estaba apasionada por su figura. La conocía, como la mayoría, por la película de Pollack. Soy extremeña y mi familia tiene una finca cerca de Trujillo [donde se ha rodado Karen], y cuando empecé a fantasear con traspasar una historia de colonos en África a ese paisaje, se me apareció Karen Blixen. Y me puse a investigar sobre esta mujer tan enigmática, misteriosa y fascinante.

Christina Rosenvinge es su Karen Blixen. ¿Pesaron sus raíces danesas a la hora de decidirse por ella?

Como Karen Blixen, creo mucho en el destino, y no podía obviar el hecho de su ascendencia danesa, una conexión que va a más porque el abuelo de Christina conoció al hermano de Blixen. Le propuse que hiciera la música de la película, y aceptó, y cuando fuimos ganando confianza le planteé que fuera la protagonista. No es una interpretación psicología del personaje ni del guion. No me importaba que no fuera actriz, quería filmar a Christina y que por su boca brotaran las palabras de Karen.

Le interesa la personalidad de la mujer que vivió en Kenia, ¿le atrae también Isak Dinesen?

No. He leído sus cuentos ambientados en Europa, en castillos y palacios fantásticos, una atmósfera atemporal con la que no conecto. Una de sus novelas, Una historia inmortal, que estaba ambientada en el Macao colonial, fue adaptada por Orson Welles, que la rodó en Chinchón.

El epílogo de Karen se sitúa en su casa-museo de Nairobi, donde su recuerdo sigue muy vivo.

Como todo mito tiene una catedral. Y su templo de peregrinación es el museo, abierto a los turistas en 1986, aprovechando el impacto del filme de Pollack.

«Parece que las cineastas estamos relegadas a un cine especifico de mujeres»

Con su segundo largometraje compite por el Giraldillo de Oro del Festival de Sevilla, premio al que también aspiran los españoles Luis López Carrasco y David Martín de los Santos.

En los últimos años y gracias al esfuerzo de muchas de nosotras y de los medios por dar a conocer la situación y denunciarla, es más frecuente encontrar a mujeres en las secciones importantes. Parece que estamos relegadas a un cine especifico de mujeres, entrar de tú a tú con el resto nos cuesta mucho más.

El artista alemán Wolf Vostell y la danesa Karen Blixen protagonizan sus dos películas, ambas filmadas en su tierra.

Es lo que me nace. Estoy ligada a Extremadura, donde me tratan de maravilla y siempre cuento con la ayuda del Gobierno, somos menos y la competencia es menos dura. Y allí también rodaré un corto sobre la infancia de Teresa de Ávila inspirado en el libro de Cristina Morales, Introducción sobre Teresa de Jesús, y un proyecto sobre los conquistadores extremeños.

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