El cine que viene: 2021 ¡Viva la Resistencia!

Por Begoña Piña y Juan Zavala · 14 abril, 2021

El cine español resiste a la pandemia y a la incertidumbre. 2021 llega con nuevas y muy diversas historias, mayor presencia de mujeres y un debate abierto sobre la exhibición.

2021 arrancó en plena pandemia y llegó con nevadas históricas en toda España. A principios de año, la incertidumbre había ganado la partida a la esperanza y el desasosiego se extendía como una siniestra y amenazante neblina. Sin embargo, algunas salas de cine, audaces, resistían en unas pocas ciudades. Hubo equipos de producción que apostaron por retomar sus rodajes y otros comenzaron nuevos proyectos. Las distribuidoras independientes dieron la cara y se la jugaron estrenando destacadas películas en los dos primeros meses. El panorama con el que amaneció el mes de marzo era desolador y deprimente. Pero, a pesar de ello, el cine resistía.

La curva del desaliento atravesó la tangente –en caída rotunda hacia abajo– la noche de los Premios Goya. La elegancia y la contención de la gala, el respeto hacia las víctimas de esta pandemia atroz, los mensajes de apoyo de tantos y tan grandes del cine internacional, la buena voluntad y disposición de todos los profesionales trabajando a favor… El cine español dio la talla contagiando una corriente de ánimo entre sus profesionales y también entre sus espectadores.

El segundo trimestre del año empieza con algunas reflexiones ya hechas, unas cuantas convicciones y –es inevitable– también con muchas dudas. “Las epidemias han tenido más influencia que los gobiernos en el devenir de nuestra historia”, escribió hace muchos años el dramaturgo irlandés George Bernard Shaw. Y la sentencia vale para la situación que vive el cine español, que ha tenido que ajustarse a una nueva realidad y que, en los próximos meses, asistirá a cambios que hasta ahora no parecían tan inminentes.

El aplazado debate sobre las ventanas de exhibición ya es impostergable. Mientras que en Estados Unidos las multinacionales americanas han acortado los tiempos de permanencia en salas a cambio de compensaciones económicas, en Europa no se han acordado aún las nuevas condiciones. La realidad, a día de hoy, es que producciones distribuidas por las majors se presentan en estrenos simultáneos (Disney y Warner), con plazos de 17 días (Universal) o de 30 (Paramount). Una presión que obliga a que la negociación sobre los plazos de las ventanas de exhibición no se demore por más tiempo.

En lo que queda de 2021, y como efecto de la pandemia, se estrenarán títulos que tenían prevista su llegada a los cines en 2020, incluso algunos a finales de 2019. El parón en la producción, distribución y exhibición ha provocado otra indeseable consecuencia: un tapón monumental de películas que no encuentran ahora una óptima fecha de estreno o que no son capaces de hacerse un hueco cuando quisieran para estar presentes en tantas pantallas como desearían.

A pesar de las sombras proyectadas por el coronavirus, 2021 ha nacido con una luz radiante: la que emana de la mayor presencia de las mujeres profesionales del cine español. El palmarés de los Premios Goya, en el que por primera vez en la historia se ha alcanzado el mismo número de premios para mujeres que para hombres, y donde, también por primera vez, se puede leer el nombre de mujeres como ganadoras en las categorías de Mejor Dirección de Fotografía y Mejor Música Original –Daniela Cajías y Aránzazu Calleja y Maite Arroitajauregi, respectivamente–, es un reflejo de la voluntad de todos los profesionales del cine por conseguir la igualdad. Este año podría suponer el principio del final del camino de la desigualdad.

Nota final: a continuación se ha intentado hacer un repaso lo más minucioso posible de los estrenos del cine español para lo que resta de 2021. La incertidumbre que ha provocado la pandemia ha impedido concretar más, de modo que los títulos no aparecen con su fecha estimada de estreno y muchos de ellos están incluidos por el deseo expresado de sus productores de llegar a las salas este año, aunque no todos han manifestado total seguridad.

La mirada de Lucía, de Imanol Uribe

La vitalidad de los veteranos

Entre los cuatro suman 11 premios Goya y 37 nominaciones. Sus nombres son ya parte de la historia del cine español, pero mantienen la vitalidad creativa suficiente como para que los aficionados al cine sigan planteándose que sus próximas obras puedan estar entre lo mejor de sus respectivas filmografías. Y más aún si se mueven en géneros en los que han demostrado repetidamente que son auténticos maestros. Carlos Saura, Pedro Almodóvar, Imanol Uribe y Fernando Colomo tienen previsto estrenar en los próximos meses, y sus nuevas películas están, por supuesto, entre las más esperadas de 2021.

En El rey de todo el mundo, Carlos Saura vuelve al musical de la mano del director de fotografía Vittorio Storaro, junto al que ha firmado obras maestras como Flamenco o Tango. No se trata en este caso de un documental, sino de una película de ficción rodada en México, a través de la que el director aragonés explora el folclore de ese país: “Me parecía interesante ver, a lo largo del tiempo, la evolución de la música en México hasta llegar al reguetón”.

Pedro Almodóvar, por su parte, aprovechó el confinamiento para escribir el guion de Madres paralelas, según dice, “casi de un tirón”. Un drama que califica de “intenso” y que se centrará en las historias de tres madres interpretadas por Penélope Cruz, Milena Smit y Aitana Sánchez Gijón, que debuta así a las órdenes del director. Una película que se encuentra aún en fase de producción pero que el equipo de El Deseo espera que esté lista a finales de este mismo año.

En La mirada de Lucía, Imanol Uribe aborda el asesinato de seis jesuitas en 1989 en El Salvador, desde la perspectiva de la empleada doméstica que reveló al mundo aquellos hechos, y que interpreta Juana Acosta. Carmelo Gómez es el padre José María Tojeira y Karra Elejalde encarna a uno de los sacerdotes asesinados, Ignacio Ellacuría. Una historia íntimamente cercana para todo el equipo. Imanol Uribe nació en El Salvador, estudió en un colegio de los Jesuitas, y buena parte de la película se ha rodado en Cali, la ciudad natal de Juana Acosta.

Saura, Almodóvar, Uribe y Colomo siguen adelante con todo su vigor  artístico

Mientras tanto, Fernando Colomo sigue dando muestras de su curiosidad y de su asombrosa habilidad para seguir conectando con las inquietudes de cada nueva generación. Este año lo va a hacer con una comedia romántica –o para ser más exactos, “poliromántica”, como él mismo la califica– en la que ahondará en las últimas tendencias en lo que a relaciones sentimentales se refiere. Se titula Poliamor para principiantes, está previsto que se estrene en junio y, en su reparto nos volvemos a encontrar con Karra Elejalde que, un año más, sigue saltando con comodidad de un género a otro.

El buen patrón, de Fernando Leon de Aranoa ©Fernando Marrero

¿Engrosarán los maestros veteranos su palmarés? ¿Les acompañará también el favor del público? Las preguntas con difícil respuesta se acumulan en 2021, pero si hubiera que apostar en la ruleta del éxito, no hay duda de que muchas fichas recaerían en la casilla de Santiago Segura. Después de haber salvado la taquilla del cine español en 2020 con Padre no hay más que uno 2, el creador de Torrente volverá en 2021 con otra comedia familiar, A todo tren, rodada principalmente en Asturias, y en cuyo reparto repite su hija Sirena. Otra apuesta ganadora podría ser Álex de la Iglesia. Tras la buena acogida de la serie 30 monedas, estrenará Veneciafrenia, el primero de los cinco largometrajes de terror que va a rodar Pookeepsie Films, su compañía de producción. Con Ingrid García Johnson como protagonista, y guion del propio director y Jorge Gerricaechevarría, la historia se centra en un grupo de amigos que misteriosamente empiezan a desaparecer durante un viaje a Venecia y que, además, tienen que enfrentarse a lugareños hartos de la invasión turística. Un escenario y un argumento de lo más propicios para que, sobre ellos, el director de El día de la bestia deje volar su potencia visual y su estilo desenfrenado. Si los éxitos pasados sirvieran para predecir los futuros, también habría que incluir en este grupo a Fernando León de Aranoa y Javier Bardem que, casi veinte años después de Los lunes al sol, vuelven a adentrarse juntos en el universo de las relaciones laborales con El buen patrón, en la que, en tono de tragicomedia, diseccionan la vida y el funcionamiento de una empresa familiar.

Iciar Bollain, Álex de la Iglesia y Fernando León se encontrarán con el público

Iciar Bollain, por su parte, proseguirá en 2021 con un ritmo de trabajo asombroso que le va a permitir estrenar tres largometrajes en cuatro años. Casi sin tiempo de saborear el éxito de La boda de Rosa, la directora se ha lanzado a rodar en el País Vasco su nueva película, Maixabel, que llegará a las salas este mismo año. Un drama basado en la historia real de Maixabel Lasa, cuyo marido, el político vasco Juan María Jáuregui, fue asesinado por ETA en el año 2000. Once años después, y como parte de los “Encuentros Restaurativos”, Maixabel accedió a entrevistarse en la cárcel con uno de los asesinos, que había decidido abandonar la banda terrorista: “Un encuentro frente a frente en el que pasan por la rabia, la angustia, la vergüenza y el miedo, pero también por la euforia, por la gratitud y por la esperanza de plantar algo mínimamente bueno dentro de tanto horror”, explica Iciar Bollain. Dos personajes en las antípodas, interpretados por Blanca Portillo y Luis Tosar.

Maixabel, de Iciar Bollain ©David Herranz

Adaptaciones, regresos y cine de autor

2021 traerá a la cartelera o a las plataformas, muchos de aquellos títulos previstos para el año pasado y cuya producción quedó frenada en el limbo de la pandemia. Es el caso de Competencia oficial, de Gastón Duprat y Mariano Cohn. El tándem argentino, responsable de títulos como El ciudadano ilustre, explora con su sentido del humor seco e intransferible el narcisismo, egos e inseguridades de los actores a través de dos estrellas de cine latinas que, con buenas dosis de autoparodia, interpretan Antonio Banderas y Penélope Cruz. Un rodaje que se interrumpió durante el confinamiento y que tuvo que retomarse meses después. Fue también el caso de La hija, de Manuel Martín Cuenca, que se filmaba en la sierra de Cazorla. Un thriller dramático sobre una quinceañera embarazada que huye de un centro de menores. Javier Gutiérrez es el tutor de la joven y vuelve así a trabajar con Cuenca tres años después de El autor, la película que le valió el segundo Goya de su carrera.

Un buen número de los títulos más esperados del año está inspirado en novelas, de forma que, a lo largo de los próximos meses, la buena literatura española se irá convirtiendo en buen cine español. En Las leyes de la frontera, Daniel Monzón (Celda 211) hace un homenaje al “cine quinqui”, que tanto éxito alcanzó en la década de los setenta y principios de los ochenta, y lo hace tomando como base la novela del mismo título de Javier Cercas, ambientada en Girona, la ciudad del escritor. Con Desde la sombra, Félix Viscarret (Bajo las estrellas) traduce a imágenes el universo tan personal del escritor Juan José Millás con la colaboración, entre otros, de Leonor Watling y Paco León. “Es un reto por su mezcla de surrealismo, humor absurdo y tensión cercana al suspense”, dice Viscarret. Y, después de la buena recepción que tuvo su adaptación de Intemperie, Benito Zambrano estrenará Pan de limón con semillas de amapolas: “Desde la primera lectura de la novela de Cristina Campos, sentí una fuerte conexión con la historia y con sus personajes”, confiesa el director. “Me conmovió esta historia de dos hermanas con distintas maneras de ver la vida, pero con un mismo deseo: ser libres, ser felices y ser amadas”.

2021 va a ser un año de confirmaciones. Arantxa Echevarría, que en 2019 logró el Goya a la Mejor Dirección Novel con Carmen y Lola, presentará La familia perfecta. A diferencia de aquel drama arriesgado y comprometido, Echevarría opta esta vez por una comedia en la que la protagonista, Belén Rueda, ve derrumbarse repentinamente su ideal de familia, y en la que le acompañan Jose Coronado, Gonzalo de Castro y Carolina Yuste. “Ha sido un rodaje perfecto, hay un ambiente increíble”, comentaba la directora al final de la filmación. “El hecho de que sea una comedia hace que el rodaje respire ese ambiente. A pesar de las mascarillas, puedo ver la ilusión en los ojos del equipo. Sonríen a través de sus miradas”.

Marcel Barrena, que supuso una de las sorpresas de la cartelera española hace cuatro años con 100 metros, vuelve ahora con un trabajo que pretende hacer llegar al gran público el drama de la inmigración. En Mediterráneo cuenta la historia real de los dos socorristas españoles que, después de ver una foto de un niño ahogado, viajaron hasta la isla de Lesbos para ayudar en los rescates de refugiados y que fundaron la organización Open Arms: “Lo que iba a ser un viaje de dos días se convirtió en un periplo de varios años en los que lo dieron todo y lo perdieron todo para ayudar a gente que no conocían”, explica Barrena. Un rodaje duro pero que ha contado con el compromiso de todo el reparto, encabezado por Dani Rovira, Eduard Fernández y Anna Castillo. Uno de los productores de esta cinta, Ibon Cormenzana, ha dirigido La cima, sobre un montañero que, durante una expedición al Annapurna es rescatado por una alpinista. Se trata, según el director, de “un viaje no solo físico, hacia la cima de una montaña, sino emocional, hacia la realización personal de los protagonistas” Dos personajes interpretados por Javier Rey y la reciente ganadora del Goya a Mejor Actriz, Patricia Lopez Arnaiz.

Y en un año en el que la tónica del cine español va a ser la variedad, no va a faltar el cine de autor. El director de Pa negre, Agustí Villaronga, que aún tiene pendiente de estreno la producción internacional Nacido rey, adapta ‘Océano mar’, la novela de Alessandro Baricco sobre 147 hombres que en 1816 trataron de sobrevivir a un naufragio a bordo de una enorme balsa a la deriva. Por su parte, Jaime Rosales, que siempre opta por el riesgo narrativo y formal, vuelve tres años después de Petra, con la que, sin renunciar a sus principios, logró abrirse a un abanico más amplio de espectadores. Su nueva propuesta, en fase de producción, se titula Girasoles silvestres, y en ella Anna Castillo, que va a vivir un año intenso de estrenos, interpreta a una mujer de 22 años madre de dos niños. “Quiero hacer una película luminosa a pesar de los momentos dramáticos”, comentaba Rosales hace unas semanas cuando arrancó el rodaje. “Quiero dejar un sentimiento de esperanza y de felicidad a través de la historia de una mujer fuerte que sobrevive en un entorno muy difícil”.

El Cover, de Secun de la Rosa

Talento en constante renovación

Carla Simón, Raúl Arévalo, Belén Funes, Daniel Guzmán, Pilar Palomero… En los últimos años el Goya a la Mejor Dirección Novel ha sido una muestra de que la renovación del talento es constante en el cine español. ¿Seguirá esta tendencia en 2021? Al menos sobre el papel, las óperas primas que se prevén para este año muestran que el relevo está asegurado. Hace mucho tiempo que debutar en el largometraje no es ya sinónimo de falta de experiencia. Los nuevos y nuevas directoras se incorporan después de un largo camino y, a menudo, tras haber desarrollado una interesante carrera en el mundo del cortometraje y el audiovisual.

Entre los debutantes del año, nos encontramos al actor Secun de la Rosa, que en El Cover se ha propuesto hacer un homenaje “a toda la gente que ama y siente el arte, por el que hoy en día hay tanto desprecio”. Y para ello ha elegido como personajes a esos cantantes anónimos que hacen versiones de grandes éxitos en los hoteles de Benidorm. Álex Monner, Juan Diego y Carolina Yuste participan en esta producción que, según dice De la Rosa, no es un musical, sino una “película con canciones”. Eso sí, seleccionadas con mucho mimo por el propio director.

Las road movies siguen estando vigentes y aún admiten nuevas lecturas y reinvenciones. Tal vez por eso, algunas óperas primas han vuelto sus ojos a ese género. En 8 años, primer largo en solitario de JD Alcázar, dos hombres tratan de rehacer su relación recorriendo la isla de La Palma, cuyos paisajes se convierten así en un personaje más de la película. También emprenden un viaje las dos protagonistas de Ama, en la que, basándose en su propio cortometraje, la cámara de Julia de Paz sigue los pasos de una madre y una hija después de que hayan sido desahuciadas. Y si tradicionalmente los medios de transporte habituales en las road movies son la moto, el coche o incluso el camión, el director Hugo Martín Cuervo ha decidido actualizar el género adaptándolo a los hábitos de una nueva generación: con Pol Monen, Salva Reina, Ana Polvorosa y Andrea Duro a bordo del reparto, Con quién viajas se anuncia como una cinta repleta de diálogos, suspense y tensión ambientada en un viaje en BlaBlaCar.

Los debutantes del año llegan con propuestas nuevas que pueden sorprender

Las relaciones familiares, las amistades y el mundo de la adolescencia, bien sea en el presente o en el recuerdo, serán también el centro de algunas de las propuestas de los nuevos y nuevas realizadoras. Clara Roquet, guionista de Petra o 10.000 km, se estrena como directora de largos con Libertad, la historia de dos adolescentes en un pueblo costero durante unas vacaciones de verano. También es verano en Érase una vez Euskadi, de Manu Gómez, pero un verano de 1985, cuando el País Vasco sufría los años de plomo. Una época que el director retrata a través de la mirada de cuatro niños de doce años que viven entre pintadas reivindicativas y conflictos políticos. En Chavalas, de Carol Rodríguez, Vicky Luengo, Elisabet Casanovas, Carolina Yuste y Ángela Cervantes, amigas inseparables en la adolescencia, se reencuentran en el barrio en el que crecieron para revivir de esa forma su vieja relación. El tema del regreso está también presente en la ópera prima de Borja de la Vega, Mia y Moi, en la que Bruna Cusí y Ricardo Gómez interpretan a dos hermanos que se instalan en la casa de campo familiar después del fallecimiento de su madre.

Una amistad improbable es asimismo el centro de La vida era eso, que se estrenó en la última edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla. Dos mujeres de generaciones diferentes, Petra Martínez y Anna Castillo, se conocen en un hospital de Bruselas. A partir de ahí, la mayor de las dos, que lleva mucho tiempo fuera de España, emprende un viaje a Cabo de Gata para conocer a la familia de la chica y encontrarse así con un país muy diferente al que dejó. Una cinta que supone el debut en el largometraje de ficción del director de documentales David Martín de los Santos.

Cine social, negro, familiar, documental y ficción, en las óperas primas de 2021

En lo que a géneros se refiere también habrá variedad. Películas de tinte social, como La vecina de al lado, de Jorge S. Pallás, sobre una mujer enferma que lucha contra un fondo buitre que ha comprado el edificio en el que vive, y también cine negro. El malagueño Ezequiel Montes describe su primera película como “cruda y violenta”. Se titula Hombre muerto no sabe vivirAntonio Dechent, Elena Martínez y Rubén Ochandiano son los protagonistas, y el argumento gira en torno a un empresario de la construcción que, en sus tiempos, controlaba la ciudad y que ahora se ve obligado a adaptarse a nuevas formas de hacer negocios.

Un año más, las óperas primas pueden constituir las grandes sorpresas de la temporada. Algunas de ellas llegarán a las salas con el refrendo de haber obtenido buenas críticas en festivales celebrados este mismo año. Es el caso de Destello bravío, que inauguró en febrero el prestigioso Festival de Rotterdam. En ella, Ainhoa Rodríguez dibuja el retrato de varias mujeres reales que viven en Puebla de la Reina, provincia de Badajoz, donde la película se rodó durante nueve meses mezclando documental y ficción. Una mirada a la España vacía que, según la directora, sirve de base para una reflexión más universal: “Más allá de la especificidad de lo rural, lo que cuenta la película es la persistencia de determinadas estructuras y hábitos patriarcales. Y eso vale igual en el campo que en la ciudad”.

Muchos de los nuevos directores del año se apoyan en el trabajo de actores y actrices ya conocidos, lo que contribuirá a despertar el interés del público por sus trabajos. Natalia de Molina, Eneko Sagardoy y Juan Grandinetti protagonizan la ópera prima de José Corral Llorente, Contando ovejas, una coproducción con Argentina que se anuncia como una comedia negra sobre la relación de un conserje solitario con algunos de los vecinos de su edificio, entre ellos un peligroso narcotraficante. Y en su debut como director de largometrajes, Guillermo Ríos ha optado por el drama social con Sólo una vez, en la que pone el foco en una pareja de profesionales que acude a la consulta de una psicóloga especializada en violencia machista después de que él haya sido denunciado por maltrato. Una película en la que los espectadores podrán disfrutar del talento de Álex García, Silvia Alonso y Ariadna Gil.

La abuela, de Paco Plaza. ©Jorge Alvariño

Un buen año para el género fantástico, el cine de terror y el thriller

En medio de un arduo proceso por superar los meses de terror que estamos viviendo desde el inicio de la pandemia, habrá otras historias espeluznantes que irán llegando al cine. Aunque podría parecer contradictorio, dado los elementos turbios y desconcertantes que a menudo contiene el género, la adrenalina que genera puede que ayude en el recorrido hacia la normalidad.

El cine de terror llegará en 2021 con la firma de nombres habituales como el de Paco Plaza, que estrenará La abuela. Una modelo, que interpreta la debutante Almudena Amor, deja París para volver a España a cuidar de su abuela, quien la crio cuando sus padres murieron. La vejez como uno de los mayores terrores de la sociedad, con guion de Carlos Vermut.  Por su parte, Javier Ruiz Caldera y Alberto de Toro se adentrarán con Malnazidos en la Guerra Civil, pero con un argumento poco convencional en el que mezclan acción, aventura y nada menos que zombies. Y, por si no fuera suficiente con el estreno de Veneciafrenia y el rodaje de su siguiente cinta, El cuarto pasajero, Álex de la Iglesia seguirá apadrinando talentos, como el de Ignacio Tatay, que debutará con La casa de la tiza, sobre una niña obsesionada con un monstruo, y con Elena Anaya como protagonista. Este rodaje tuvo que parar el pasado año debido a la pandemia.

Otro recién llegado al género es el argentino Santiago Mitre, que debuta en él con Pequeña flor, una coproducción con Francia y Argentina. Adaptación al cine del libro de Iosi Havilio, la película cuenta la historia de José a su llegada a Francia, donde cuida de su hija y realiza labores domésticas mientras su esposa trabaja. En ese tiempo se hace amigo de su vecino, Jean-Claude, pero una noche, mientras escucha Petite fleur, por Sidney Bichet, lo mata. Sin embargo, para su sorpresa, a la mañana siguiente, el vecino seguirá vivo como si nada hubiera pasado.

Un grupo de excursionistas, una furgoneta y un atropello son los elementos clave de La pasajera, ópera prima de Raúl Cerezo y Fernando González Gómez, que llegará a las salas este año, lo mismo que Burga, del director Alfredo Contreras. Se trata de una coproducción con Canadá inspirada en un caso real y único en la psiquiatría española de los años 60, y que se centra en las visiones extrañas de una mujer que despierta del coma en un hospital. Mercè Llorens, Fernando Esteso y Micky Molina encabezan el reparto. Más terror habrá en La desvida, de Agustín Rubio, sobre un niño fallecido que envía misteriosos mensajes a su familia. También en Torcidos, de J.J. Marcos, y en La bestia, primer largo de David Casademunt, sobre una familia acechada por una extraña criatura.  La comunicación de una mujer con su hermana ya fallecida es también el eje argumental de Visitante, de Alberto Evangelio, que no se sabe aún si podrá estrenarse este año.

Recién llegados y veteranos indagarán en territorios oscuros, con altas dosis de intriga y acción

A medio camino entre el terror y otros territorios, veremos SZ hasta el final, de Daniel Hernández Torrado, donde se combinarán zombis, supervivientes y acción, y Tres, de Juanjo Giménez Peña. El flamante ganador en 2016 de la Palma de Oro en Cannes con el cortometraje Timecode se lanza ahora a contar la historia de C., una diseñadora cuyo cerebro empieza a “desincronizarse”, al procesar el sonido más tarde que las imágenes. El espanto se apodera de ella hasta que descubre que su “desincronía” no es una enfermedad, sino una manifestación sobrenatural con la que puede viajar en el espacio-tiempo sonoro.

En Dos, Mar Targarona hace una propuesta con toques experimentales a través de dos personas que se despiertan desnudas y unidas por el abdomen. Mientras, La casa del caracol, de Macarena Astorga, se inclinará más hacia los territorios del thriller fantástico y el terror psicológico. Protagonizada por Paz Vega y Javier Rey, es una adaptación de la novela de Sandra García Nieto que cuenta la historia del escritor Antonio Prieto, que decide pasar el verano en un pueblo de la serranía malagueña, donde descubre que los habitantes guardan muchos secretos y una perturbadora leyenda oculta.

El thriller de Iñaki Sánchez El lodo se podría inscribir también en un apartado de cine social. En él los esfuerzos de un biólogo en un paraje natural de Levante chocan frontalmente con los intereses de los lugareños, dispuestos, tal vez, a la agresión contra él y su familia. Algo similar ocurre con el thriller de Claudia Pinto Las consecuencias, aunque en este caso podría hablarse también de drama familiar. Basada en la novela de Sandra García Nieto, y con Juana Acosta, el extraordinario actor chileno Alfredo Castro y el argentino Héctor Alterio en el reparto, es la historia de una mujer que, de visita en casa de su madre, empieza a pensar que lo que ocurrió hace tiempo en un accidente que le cambió la vida no fue exactamente lo que le contaron. “Es un thriller muy particular –dice la directora– porque el misterio a resolver no está ligado a un hecho criminal ni judicial, sino que se trata de un enigma familiar, emocional, sobre todo íntimo”.

En el universo del policiaco, este 2021 nos encontraremos con el thriller de Óscar Aibar, El sustituto, ambientado en 1982, en el que la investigación de un asesinato llevará al protagonista –interpretado por Ricardo Gómez– a tropezarse con un grupo de viejos nazis. Jose Coronado encabezará el reparto de Lobo feroz, película de Gustavo Hernández, en la que dará vida a un detective que sigue los pasos del sospechoso del asesinato de varios niños, un antiguo profesor de estudios religiosos. Es una adaptación de la película israelí Big Bad Wolves, de Aharon Keshales y Navot Papushado. Finalmente, Natalia de Molina y Fred Adeis protagonizarán otro estreno del año, La maniobra de la tortuga, de Juan Miguel del Castillo. Adaptación al cine de la novela de Benito Olmo, el relato comienza con la investigación del asesinato de una joven de 16 años.

El personaje principal de Asedio, de Miguel Ángel Vivas, será un agente antidisturbios con problemas económicos que va a ser desahuciado. En pleno desalojo encuentra en su casa una enorme cantidad de dinero. La implicación de sus compañeros en la operación, la corrupción policial o la explotación de los emigrantes son algunos de los elementos de los que se nutre esta historia. En la película de Jorge Coira, Proyecto emperador, el protagonista, sin embargo, será un agente de inteligencia encargado de prevenir ataques terroristas. Este hombre, interpretado por Luis Tosar, descubrirá que otra unidad de su mismo servicio está involucrada en actividades ilegales.

La acción correrá a cargo de Daniel Calparsoro, que con estrenos como Hasta el cielo, se ha convertido en uno de los grandes referentes del género. El cineasta vasco prepara para Netflix Centauro, sobre un piloto de motos al servicio de una organización de traficantes interpretado por Álex Monner.

Es posible que este año lleguen a las salas también los thrillers de Carlota González-Adrio, La casa entre los cactus, adaptación del libro de Paul Pen; Objetos, de Jorge Dorado; Irati, de Paul Urkijo, que mezclará cine fantástico y aventura histórica en la Edad Media; la futurista Costa Brava; Líbano, de Mounia Akl;  los OVNI’s de Espíritu sagrado, de José María García Ibarra; y Nanny’s Night, de Igna L. Vacas.

La familia perfecta, de Arantxa Echevarría. ©Emilio Pereda

Al mal tiempo buena cara

Las incertidumbres sobre fechas de estreno o los calendarios de producción tardarán en despejarse. Sin embargo, hay algo que no admite duda, y es que los espectadores que esta temporada se decidan por el cine español tendrán la oportunidad de pasarlo bien, sea en el patio de butacas o frente a las plataformas de televisión. Como si un buen número de cineastas se hubieran puesto de acuerdo para reaccionar contra las crisis y las malas noticias, a lo largo de los próximos meses se irán estrenando comedias muy relevantes cuyos argumentos oscilarán entre la crítica, la sátira y la evasión.

Las restricciones a la movilidad no parecen haber afectado a los argumentos o los personajes de estas películas, hasta el punto de que casi podría hablarse de la “comedia viajera” como un subgénero. En Por los pelos, cuyo estreno está previsto en octubre, Nacho García Velilla (Perdiendo el norte) reflexiona con su particular sentido del humor sobre un fenómeno que lleva ya meses alimentando chistes y chascarrillos en nuestro país. Los protagonistas vuelan a Estambul para someterse a un implante capilar. “No es una película de calvos” –aclara el director– “sino del miedo a serlo. Sobre qué filtro le pones a tu vida en este mundo tan mediatizado por las redes sociales y el postureo”. Un reparto en el que encontraremos, entre otros, a Carlos Librado “Nene”, Amaia Salamanca, Leo Harlem o Jesús Vidal.

La inmadurez masculina está también en el centro de otra de las comedias de este año, Interrail, ópera prima de Fer García Ruiz, con libreto de David Marqués, guionista de Campeones. Después del fallecimiento de un amigo de juventud, Julián López, Ernesto Sevilla y Arturo Valls deciden hacerle un homenaje póstumo embarcándose en un viaje en Interrail. “El patetismo de las situaciones protagonizadas por nuestros protagonistas, comportándose como chavales de veinte años y viendo cómo la dura realidad se impone sin compasión alguna, es sin duda uno de los grandes valores de la película”, avanza Fer García Ruiz.

No un viaje exactamente, sino un aeropuerto, es el punto de arranque de García y García, de Ana Murugarren, en la que Pepe Viyuela y José Mota se ven envueltos en un equívoco de identidad. La idea original de la película se le ocurrió a Carlos Lamela, productor y arquitecto de obras como la remodelación del Santiago Bernabéu, cuando un buen día llegó a Barajas y vio en la puerta de llegadas dos personas esperando a dos viajeros distintos, pero sujetando carteles con el mismo nombre: Javier García. ¿Qué ocurriría si recogieran al pasajero equivocado?

Según algunos estudios, la pandemia, las restricciones y el teletrabajo han empujado a muchos españoles a abandonar las grandes ciudades para instalarse en el campo. Algo parecido les sucede a Miguel Ángel Muñoz y Pablo Puyol en Dos vacas y una burra. Dos primos viajan a Cantabria para vender los dos animales del título, que su abuelo les ha dejado en herencia. Un viaje que les cambiará la vida. Una comedia que han calificado como “neorrural”, y un reencuentro con un significado especial para los espectadores treintañeros: los dos actores compartieron estrellato adolescente en Un paso adelante, serie en la que también se curtió el director de esta comedia, Jesús del Cerro.

A Dani de la Torre, director de películas como El desconocido o series como La unidad, su madre le dijo una vez: “Hijo, haz algún día una película de humor, sin tanta violencia, que tú eres muy bueno y simpático”. La respuesta a aquella petición se titula Live is Life, con cinco chavales que pasan las vacaciones en un pueblo de Galicia y que intentan conseguir sus sueños en la noche de San Juan. Una historia tierna con guion de Albert Espinosa.

Las relaciones sentimentales y los enredos de pareja seguirán siendo un alimento inagotable para la comedia española. Si Fernando Colomo indaga en el poliamor, Paco Caballero (Perdiendo el Este) se fija en lo que, en cierto modo, puede ser una derivada del mismo. Donde caben dos se anuncia como una película desenfada y provocadora sobre una serie de parejas que acuden a un club de intercambio sexual. Una cinta coral con actores como Ernesto Alterio, Raúl Arévalo, Anna Castillo o Verónica Echegui, y en la que Ana Milán oficiará como anfitriona. “Me gustaría que, a golpe de carcajadas, los espectadores se desprendan de sus ataduras y se diviertan como nunca para llegar a ser un poquito más libres; para sentirse un poquito más vivos”, explica Paco Caballero, que también tiene pendiente de estreno Amor de madre. En ella, y tras ser abandonado por su novia en el altar con el viaje de novios ya pagado, Quim Gutiérrez decide irse de luna de miel, pero con su madre, Carmen Machi.

Dicen los expertos en dramaturgia que los temas universales son limitados, que lo que otorga originalidad a una historia es la mirada. En 2021, la comedia española mirará con ojos nuevos a las tradiciones de la cultura local. En Sevillanas de Brooklyn, de Vicente Villanueva, una familia al borde del desahucio decide engañar a una agencia “acogiendo” en su casa a un estudiante afroamericano. El argumento se centra, sobre todo, en la  relación del huésped con Ana, la hija de la familia, interpretada por Carolina Yuste, que se dio a conocer con Carmen y Lola, por la que ganó el Goya a la Mejor Actriz de Reparto. Otra de las cintas que jugará con los tópicos será Operación Camarón, en la que, para llevar a cabo una investigación, el policía novato Julián López se infiltrará como teclista en un grupo de flamenco-trap. Una película dirigida por Carlos Therón y que, después de varios retrasos, está previsto que se estrene en verano.

Los localismos y las referencias no van a afectar únicamente al sur. El productor Alfonso Blanco anunciaba que Cuñados, ópera prima de Toño López, que se estrenó el 6 de abril, “será la gran comedia gallega”. Rodada en Ourense, la define como una “comedia costumbrista y familiar sobre las peripecias criminales de dos cuñados que deciden embarcarse en un plan disparatado”.

Realidad y ficción suelen mezclarse en algunas producciones dramáticas. Lo que no es tan habitual es que los códigos del documental se combinen con los de la comedia. Es lo que se ha propuesto Neus Ballús en Seis días corrientes, que relata una semana en la vida de tres trabajadores de una pequeña empresa de fontanería y electricidad, y en la que todos los participantes son actores no profesionales que se interpretan a sí mismos. “Mi padre es fontanero”, dice la directora, “esto seguramente explica cómo empezó todo”.

Espejo espejo, de Marc Crehuet, también cabalga entre dos géneros. Una comedia coral con toques de fantasía para contar las desventuras de un grupo de empleados de una empresa de cosmética, entre los que nos encontramos actores tan populares como Santi Millán, Carlos Areces, Natalia de Molina o Malena Alterio.

La comedia es, sin duda, uno de los géneros preferidos por el público y, por tanto, una de las apuestas de los nuevos servicios de streaming. Dani de la Orden, que en febrero estrenó en Netflix Loco por ella, presenta en esta misma plataforma Mamá o papá, cuyo argumento da la vuelta al esquema habitual de las películas de divorcios. En ella Paco León y Miren Ibarguren luchan a muerte en un proceso de separación pero, en contra de lo habitual, con el único objetivo de evitar que el juez les otorgue la custodia de los niños. Un remake de la exitosa cinta francesa Papa ou maman.

Los cineastas españoles no pierden el hoy tan necesario sentido del humor

En un año de pandemia con muchos cines todavía cerrados o a medio abrir, las fechas pueden ir variando, pero si hay algo que en ningún caso va a cambiar en el calendario es que, a finales de diciembre, de una forma u otra, se celebrará la Navidad. Dos comedias han sido producidas pensando precisamente en estas fechas. Rodada en Valencia, El síndrome inverso de Ebenezer Scrooge, ópera prima de Sergio Sanus, da un giro al célebre cuento de Charles Dickens a través de un personaje liante y egoísta que es devuelto a la vida poco después de morir. Sólo podrá entrar en el paraíso si logra que alguien haga un sacrificio por él.

También se ve abocado a una redención navideña Tamar Novas en A mil kilómetros de la navidad, dirigida por Álvaro Fernández Armero. Un personaje que, después de haber vivido infinidad de desgracias en esas fechas, odia la Navidad. Los problemas empiezan cuando su jefe le encarga la auditoría de una fábrica de turrones en un pueblo que cada año se vuelca en la celebración de estas fiestas.

Y como siempre, después de Navidad llegará Nochevieja. Y entonces volveremos a hacer balances. Depende de cómo transcurra el año, serán mejores o peores, pero hay algo que, sin duda, será digno de celebrar. Y es que, a pesar de las dificultades, el cine español no pierde nunca el sentido del humor.

Las mujeres cineastas en 2021

Nada en este 2021 puede ser definitivo, casi todo sigue siendo incierto, pero hay algunos datos que sí permiten augurar hacia dónde se dirige el cine español. En el caso de las mujeres cineastas, todo apunta, por fin, a que la corriente de desigualdad se va corrigiendo y que este año será clave en este proceso.

La presencia femenina en esta gala de los Premios Goya ha dado muchas y muy buenas pistas: un esperanzador 50% entre los nominados en las categorías de Dirección, Dirección Novel, Guion Original, Dirección Artística y Maquillaje y Peluquería; una mayoría de mujeres profesionales en Dirección de Producción; pleno en Diseño de Vestuario, y la presencia de mujeres en categorías de las que han estado apartadas durante decenios, como Sonido, Efectos Especiales, Fotografía y Música. Una realidad especialmente a tener en cuenta si echamos la vista a la edición anterior, en la que en siete de las categorías más importantes no hubo ninguna mujer nominada: Dirección, Fotografía, Dirección Artística, Música Original y Película de Animación.

El trabajo de la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) por conseguir mayor puntuación para los proyectos liderados por mujeres o con mujeres como jefes de equipo en las ayudas para la producción ha dado ya frutos. En la reciente resolución hecha pública por el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), de las ayudas generales para la producción de largometrajes sobre proyecto, 12 de los 35 títulos seleccionados están liderados por mujeres.

Algunos de ellos, como las nuevas películas de Iciar Bollain o Arantxa Echevarría, tienen asegurado su estreno en salas gracias al prestigio consolidado de la primera y el éxito de la ópera prima de la segunda. Un respaldo con el que no cuentan muchas otras mujeres directoras, especialmente en un año tan complicado.

Hay decenas de títulos liderados por directoras en la casilla de salida, pero el futuro de una gran parte de ellos está todavía borroso. Otros, sin embargo, ya cuentan con, al menos, el anuncio de las distribuidoras de su estreno este 2021. Así, Ana Murugarren estrenará la comedia García y García; llegará a las salas la segunda película de Nely Reguera, El nieto, que profundizará en la responsabilidad que tenemos con los refugiados; Liliana Torres revisará su propio pasado en ¿Qué hicimos mal? y Lara Izaguirre estrenará la road movie Nora.

Todo apunta a que, por fin, la corriente de desigualdad se va corrigiendo

Algunos largometrajes de ficción liderados por mujeres cineastas han participado en festivales y esperan su salida a cines este año. Es el caso de Mariana Barassi, que llevó su drama Crónica de una tormenta a Málaga, o el de la ya mencionada Ainhoa Rodríguez, que presentó en Rotterdam Destello bravío.

Violeta Salama debutará con Alegría, historia de vínculos femeninos ambientada en Melilla; Anna M. Bofarrul probablemente pueda estrenar Sinjar, un drama de mujeres en la guerra, rodado en parte en Kurdistán y terminado en Cataluña, y Juana Macías tendrá lista Fuimos canciones, basada en dos novelas de Elísabet Benavent, y que es posible que esté disponible únicamente en Netflix.

Una buena parte de estas directoras apuesta por la comedia. Además de los ejemplos ya citados de Ana Murugarren, Arantxa Echevarría, Carol Rodríguez o Neús Ballús, destacan la propuesta de Clara Martínez Lázaro. Su nuevo trabajo, La inmensidad y Carl Sagan, disecciona la relación de una pareja a través de los sueños que los dos personajes tienen una noche después de una pelea. También habrá risas en De Caperucita a loba en solo seis tíos, con la que Marta González de Vega, guionista de Padre no hay más que uno 2, culmina un asombroso recorrido. El texto ha sido primero un libro, después un monólogo que la propia autora interpretaba en el teatro, y ahora una película que ella misma dirige.

Además, otras comedias están ya a punto de rodarse o en plena fase de producción. Es el caso de El refugio, de Macarena Astorga, que ha filmado después de La casa del caracol; Idiotizadas, basada en el cómic de Moderna de Pueblo, y que supone el debut como directora de Eva Hache; Un novio para mi mujer, de Laura Mañá; Mamá está en Tinder, de Daniela Fejerman, y La imagen permanente, de Laura Ferrés.

En el género del thriller, además de los títulos ya mencionados de Mar Targarona y Claudia Pinto, se inscriben también La casa entre los cactus, de Carlota González-Adrio; El faro, de Ángeles Hernández; y Sica, de Carla Subirana.

Karen, de María Pérez Sanz

Cine en Festivales

Luis García Berlanga terminó en una comisaría en Cannes cuando fue allí a competir, en 1953, con su película ¡Bienvenido, Míster Marshall! Le acusaron de falsificar papel moneda americano, cuando en realidad lo que el equipo había hecho era una divertida acción de promoción de su trabajo y había decidido imprimir unos cuantos dólares con la imagen de Pepe Isbert y Lolita Sevilla en el lugar que ocupaba el rostro de George Washington. Además, el presidente del jurado, el actor Edward G. Robinson, pretendió retirar la película porque, en su opinión, “denigraba” la imagen de EE.UU. Todo se solventó final y, felizmente, con una Mención Especial del Jurado. Y así, este clásico se convirtió en la primera producción española que ganaba un premio en ese certamen.

La anécdota viene al pelo para dar paso a las luces de los festivales de cine y enterrar sus sombras. Con el ‘atasco’ de cine español esperando una fecha de estreno, algunas películas que consiguieron finalizarse antes de la pandemia o en esos primeros meses, acudieron a certámenes, donde celebraron su primer encuentro con el público. De ellas, unas cuantas llegarán a las salas, mientras que otras seguirán esperando, o finalmente desistirán.

Entre las primeras se encuentra la nueva película del director y guionista Rafa Russo, El año de la furia, que acudió al Warsaw Film Festival de Polonia y a la Seminci de Valladolid. Cine político, ambientado en Montevideo en 1972 y protagonizado por Alberto Ammann, Joaquín Furriel, Daniel Grao y Martina Gusman. Se trata de un thriller que recrea la tensa realidad del país en el año previo a la dictadura, a través de varios personajes: dos guionistas de televisión, un teniente del ejército presionado para torturar a simpatizantes o miembros de la guerrilla de los tupamaros, y una prostituta.

Probablemente pueda verse también en la cartelera Karen, de María Pérez Sanz, que relata los últimos tiempos en África de la danesa Karen Blixen, escritora conocida como Isak Dinesen. La película se centra principalmente en la particular relación que mantuvo con su criado somalí Farah Aden. Christina Rosenvinge, Alito Rodgers e Isabelle Stoffel son los protagonistas de este filme que compitió en el Festival de Sevilla.

Por último, el periodista Javier Tolentino mutó en director de cine y presentó en el Festival de Gijón el documental Un blues para Teherán, donde revela, a través de la música, la convivencia entre tradición y modernidad en Irán. Y lo hace con la complicidad de Erfan Shafei, un joven kurdo, divertido e irónico, que quiere convertirse en director de cine. Canta, escribe poesía, vive con sus padres y su loro, pero no sabe nada del amor… Estará también en salas este 2021.

Al menos otras cuatro ficciones participaron en distintos certámenes y están pendientes de estreno. Una es La mala familia, de Nacho A. Villar y Luis Rojo, que compitió en Márgenes 2019, y que se centra en tres amigos de un barrio obrero del extrarradio de Madrid que están a la espera de un juicio por un delito que cometieron cuatro años atrás. El Festival de Alicante programó Mirando al mar, de Ángel Puado Veloso, drama en el que se cruzan dos vidas al final del camino para comenzar a emprenderlo de nuevo. David Valero compitió en el Thessaloniki International Film Festival con una road movie en tono de comedia, La odisea de Vasi. Y en Subterranean, presentada en Gijón, Gabriel Velázquez y Manuel Matanza, reviven la historia real de dos músicos que, pasados ya los 40, lo dejan todo para tratar de triunfar en el mundo de la música.

Ha habido, además títulos españoles de género documental que también han transitado por los festivales de cine.  A este lado de la carretera, de Regina Álvarez Lorenzo, pasó por Málaga; Sempre Dijous, de Joan Porcel, ganó el Premio Mejor Documental en In-Edit Barcelona International Music Documentary Film Festival, y estuvo en el Atlantida Film Fest. Por su parte, Félix Vázquez y Paco Ortiz  acudieron con Se prohíbe el cante al Festival de Sevilla.

El esfuerzo de la animación

En los años noventa, uno de los productores del conocido cortometraje de animación El monje y el pez, de Michael Dudok de Wit, dijo que un primer corto de animación se hacía con muchísimo esfuerzo y, si tenía éxito, se hacía el segundo con el mismo “muchísimo esfuerzo”. Tanto sacrificio, empeño y trabajo costaba, que se tiraba la toalla y no se llegaba nunca al largo de animación. Desde entonces, parece que las cosas han cambiado un poco, también en España, y algunos entusiastas insisten en seguir en este género cueste lo que cueste.

Enrique Gato es, sin duda, uno de estos apasionados. Gracias al éxito de su personaje Tadeo Jones –que nació en el corto y se hizo célebre y millonario en el largo– sigue en ello, y dedicará este 2021 a terminar Tadeo Jones 3: la maldición de la momia. En un registro completamente diferente, Alberto Vázquez es otro incondicional de la animación. Consiguió un merecido prestigio con cortometrajes como Sangre del unicornio, Birdboy o Decorado y con su primer largometraje, Psiconautas. Ahora, de la mano de un nombre imprescindible en la animación española, el de la productora Chelo Loureiro, finaliza su segundo largo, Unicorn Wars, que estará listo en 2022.

Para entonces ya se habrá estrenado Valentina, precisamente el debut en la dirección de la mencionada productora ferrolana. Animación 3D con guion de la propia directora y de Lúa Testa, y música de Nani García, para contar la historia de una niña que sueña con ser trapecista, pero que cree que, por ser Down, no podrá conseguirlo. Su abuela, gran compañera de juegos y aprendizajes, le dice que, “si las orugas consiguen convertirse en mariposas, nada es imposible”. Así que la protagonista se lanza a su fantástica aventura.

Este 2021 también veremos en los cines Moomios, de Juan Jesús García Galocha, con guion de Javier Barreira y Jordi Gasull, éste último también productor. Comedia romántica de aventuras en 3D que tendrá dos escenarios: las entrañas de la Tierra, donde existe una ciudad de momias, y nuestro mundo. Otro título que probablemente se estrene este año es la coproducción con Portugal Mi abuelo, de Nuno Beato, realizada en stop-motion en su mayor parte, y con un 15-20% de animación tradicional en 2D. Es la historia de una mujer que intenta reconstruir la casa y los campos que le ha dejado su abuelo. Un grupo de figuras pintadas cobra vida y la ayuda a hacerlo.

También coproducción, esta vez con Argentina, Perú, Colombia y Ecuador, es Dalia y el libro rojo, de David Bisbano, que mezcla 3D con animación convencional para contar la historia de una niña de doce años, hija de un famoso escritor que ha muerto recientemente. La pequeña Dalia asume la tarea de terminar el libro inconcluso de su padre. Para ello se convertirá en parte de la historia y se enfrentará cara a cara con unos personajes, que se han apoderado del argumento. También se estrenará este año la película de Toni García D’Artacán y los tres Mosqueperros, adaptación de la famosa serie de televisión de los años 80.

Parece que no será, sin embargo, hasta 2022 cuando llegue a las salas Orkestra Lurtarra (La orquesta terrestre), adaptación al cine del libro de Harkaitz Cano, dirigida por Imanol Zinkunegi y Joseba Ponce. Otros proyectos de animación en España son: Bella, de Fátima de los Santos, sobre el maltrato y la violencia machista; Robot Dreams; Dragonkeeper; o 21 prisioneras.

Además, este año el foro de coproducción Cartoon Movie ha seleccionado nada menos que diez títulos españoles de entre 55 proyectos europeos. Entre los elegidos, se encuentran los mencionados Valentina y Mi abuelo. Y junto a ellos, Black is Beltza II: Aihnoa, de Fermín Muguruza; Palabras de caramelo, de Salvador Simó, adaptación del libro de Gonzalo Moure; Hanna y los monstruos, de Lorena Ares; Moonlit Flamenco, de Manuel Sicilia y José Sánchez; Pepino, el acordeonista, de Daniel Hidalgo, Alfonso Casado Díez e Irene Trapero; El tesoro de Barracuda, adaptación también del texto de Llanos Campos; y Winnipeg, Seeds of Hope, de Elio Quiroga y Beñat Beitia.

100 días con la Tata, de Miguel Ángel Muñoz

Un género en ebullición

Cada año se producen en España decenas de documentales. De ellos, más de setenta se inscriben en cada edición de los Goya para optar al premio en la categoría de Mejor Largometraje Documental. 2021 va a ser también muy activo en este género pero, lamentablemente, serán pocos los que finalmente lleguen a las salas de cine. Hay muchas producciones en marcha, pero pocas cuyo estreno se haya anunciado oficialmente.

Amparo Climent dirige un documental ficcionado en el que actrices de la talla de Nora Navas, Alba Flores, Luisa Gavasa o Marisa Paredes leen las cartas reales de mujeres exiliadas o encarceladas en la Guerra Civil. Carolina Astudillo se centra también en las mujeres durante la guerra, pero en su caso, en las esposas de los refugiados y exiliados, que se quedaron en España esforzándose por sacar adelante a sus familias. Su trabajo se titula Canción a una dama en la sombra. También habrá hueco para documentales históricos, como Comuneros, del director vallisoletano Pablo García Sanz, que reivindicará la importancia de la Guerra de Comunidades, precisamente cuando se cumple el 500 aniversario de aquel levantamiento.

Helena de Llanos, nieta de Fernando Fernán Gómez, lleva años buceando en los materiales y recuerdos que su abuelo atesoraba en su casa. En Viaje a alguna parte, invita a descubrir, a través de esos hallazgos, nuevos aspectos del actor español y de su compañera sentimental, la actriz Emma Cohen. Puerto deseado, de Diana Toucedo, también supone un descubrimiento familiar. La directora acompaña a su padre, capitán de barco pesquero, en su última travesía hasta la Patagonia. Una aventura que servirá, de paso, como una oportunidad para establecer una íntima conversación entre padre e hija.
Personaje personaje, de Begoña Izquierdo y Renata Rezende, que pasó por Docs Barcelona, traza el retrato de un joven transformista queer, y en Cantando en las azoteas, Enric Ribes se centra en Gilda Love, un transformista habitual de las noches de la Barcelona de los años setenta y al que el director ya dedicó un cortometraje. “El corto es el germen de la historia, en él se contaba quién era Gilda y ahora esta película toca otros temas, como las problemáticas del barrio del Raval o la homosexualidad en la tercera edad. Temas más de cine social”, explica Ribes.

Dentro del subgénero del documental social y político encontramos también propuestas comprometidas en interesantes como la nueva obra de Alba Sotorra, The Jihad of Sevinaz, sobre las mujeres del ISIS en un campo de detención. Por su parte, Paula Palacios ha seguido durante siete años la vida de un refugiado somalí en Mi hermano Ali.

2021 va a ser un año con mucha actividad en el género documental

El cine puede ser un estupendo vehículo para explorar otras artes. Es lo que hace Meritxell Colell en Dúo, un viaje interior de una pareja de bailarines. Un ejercicio similar, pero en este caso con el popular grupo Danza Invisible, es lo que propone Regina Álvarez Lorenzo en A este lado de la carretera, que se presentó en el Festival de Málaga.
El documental de naturaleza español ha dado recientemente grandes títulos, como Cantábrico: los dominios del lobo o Guadalquivir. Uno de los más esperados este año es Natura biziak, una película sobre la variedad natural y la biodiversidad de Euskadi y Navarra firmada por Lexeia Larrañaga.

El músico Santiago Auserón ha rodado una película sobre música cubana; Leire Apellániz y Marc Sampere, un documental sobre el cantaor alicantino El Niño de Elche; el director Max Lemcke, una cinta sobre el torturador Billy el Niño, que presentó en el Festival de Sevilla y que todavía está pendiente de estreno. Mientras tanto, el actor Miguel Ángel Muñoz aprovechó el confinamiento para grabar a su abuela, con la que estuvo conviviendo esos meses. Unos videos que colgaba en Youtube y con los que ha compuesto el largo documental 100 días con la Tata…

La creatividad y el dinamismo del género vuelven a ser abrumadores esta temporada. Y en ello tienen que ver también las televisiones y plataformas. Entre los anuncios de Netflix destaca El caso Wanninkhof, un thriller sobre uno de los errores judiciales más mediáticos de la historia reciente de España. Y, siguiendo con casos reales, Discovery+ anunciaba hace unas semanas que su primera producción original en España será La sagrada familia, serie documental sobre la familia Pujol-Ferrusola, dirigida por David Trueba. Toda una prueba de que las posibilidades narrativas del género atraen también a cineastas ya consagrados en la ficción.

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