Félix Viscarret: “Vuelco el mismo cariño en todos los guiones, sean originales o adaptados”

Por Chusa L. Monjas · Fotografías de David Herranz · 23 junio, 2023

Estrena este viernes Una vida no tan simple, “una historia con dilemas que compartimos todos”

Pamplonés de 48 años, una edad que le hace tener perspectiva de lo que ya ha vivido y de lo que le queda por vivir, Félix Viscarret estrena este viernes su quinta película, Una vida no tan simple, interpretada por Miki Esparbé, Álex García, Ana Polvorosa y Olaya Caldera. Esta comedia dramática, con la que se une a la lista de directores que pertenecen a la generación X que han plasmado lo que significa llegar a los 40 –año arriba, año abajo–, concursó en el último Festival de Málaga, donde el director y guionista navarro conquistó hace 15 años la Biznaga de Oro y de Plata a la Mejor Película y Mejor Dirección por Bajo las estrellas, su ópera prima, que también se alzó con los premios al mejor actor para Alberto San Juan y mejor guionista novel para Viscarret. Desde su debut en el largometraje, que también le valió el Goya al Mejor Guion Adaptado, ha compartido con el espectador Vientos de La Habana, Saura(s), No mires a los ojos y la serie Patria.

 

¡Bienvenidos a los 40!

Los anglosajones hablan de la crisis de la mitad de la vida. En España, en plan ibérico, se suele decir lo de darle la vuelta al jamón. En esta película, quizás por los referentes de generación X que mencionas, hablamos de pasar a la cara B de la cinta. Y como dicen en la película, ojo que en la cara B de la cinta también había temazos, quizás eran solo baladas, pero no dejaban de ser grandes temazos.

El paso del tiempo, el recuerdo de los días que no volverán, problemas de pareja, las cuestiones laborales… Simplificando, la crisis de los 40 permite hablar de las tres cosas que hay en la vida: salud, dinero y amor.

Efectivamente la película no habla solo de una crisis generacional, la que surge cuando te das cuenta de que en esta vida ya no se van a cumplir aquellos sueños que tenías en la juventud. También habla de una crisis profesional, cuando te da la sensación de que las cosas no te van tan bien como te gustaría, y efectivamente hay una crisis sentimental, o de pareja, que es de esas cosas que se suelen resentir cuando tu foco de atención está puesto en otro lado, que es mucho menos importante, aunque no te des cuenta en esos momentos.

En la actualidad, la crisis de la mediana edad de los millennials tiene un componente económico negativo porque, a pesar del prometedor futuro que sus padres veían para ellos cuando eran niños, la nueva generación llega a los 40 años con menos riqueza que sus progenitores. 

Tienes razón, pero si te das cuenta lo más angustioso está en tu cabeza: quien se está comparando con la generación de sus padres, o con el éxito que tienen otros profesionales en la misma situación, es uno mismo. Eres tú el neurótico que se está torturando. ¿Es tan necesario vivir en esa comparación constante? ¿Debemos aprender a reírnos un poquito más de nosotros mismos, quizás?

¿Por qué es tan cinematográfica la crisis de los 40?

Yo no creo que la película trate solo de la crisis de los 40. De hecho, de los personajes principales, no todos están en la misma edad, ni mucho menos. Lo que sí es cierto es que hay determinados momentos en la vida en los que te paras a hacer un balance. Un balance de dónde estás, dónde quieres estar… Y ahí creo que surge material para una comedia dramática, sí. Me hace pensar en aquellas palabras que creo que dijo John Lennon: la vida es lo que te sucede mientras tú estás haciendo otros planes. 

«Cuando estrenas una obra nueva, siempre tienes la duda de cuánto ha gustado»

El protagonista de su película, Isaías (Miki Esparbé), es arquitecto. Son numerosos los vasos comunicantes entre cine y arquitectura –la noción del espacio, la escenografía, la profundidad de campo, la iluminación, el montaje…–, y hay muchos cineastas que se formaron como arquitectos. A esto se une la ciudad en la que ha rodado la historia, Bilbao, que también tiene su protagonismo. ¿Por qué eligió esa profesión y ese escenario?

Me gustaba que los protagonistas fueran arquitectos, porque de algún modo es un ejemplo, fácilmente identificable, de las batallas cotidianas de todo profesional autónomo que tiene que lidiar con una parte creativa y una parte industrial, económica. Es verdad que en la película hay numerosos guiños hacia la profesión de cineasta. Los paralelismos son múltiples. Pero yo quería que los espectadores sintieran la película como una historia con dilemas que compartimos todos. No solo los cineastas. Y si, además, como es el caso, la historia también rinde un homenaje visual a “la ciudad”, con su hechizo y su magia nocturna, pues parecía idóneo que ellos fueran arquitectos, ya que son los encargados de dar forma y belleza a esa ciudad en donde se van a producir los encuentros, los desvelos nocturnos, las llamadas y confesiones en mitad de la noche…

Su protagonista dice que las críticas más sinceras son las negativas, ¿lo comparte?

Es divertido. Aunque trate de negar las conexiones autobiográficas que se me pueden haber colado dentro de la película, si te reconoceré que cuando estás estrenando una película, una obra nueva, siempre tienes esa duda. ¿Cuánto ha gustado? Y te reconoceré, así en primicia, que cuando estaba estrenando Bajo las estrellas, hace unos 15 años, un cineasta consagrado se me acercó en los baños de la Academia y me dijo unas palabras muy parecidas a las que le suelta en la película Ramon Barea a Miki Esparbé: esto es como un suflé, aprovéchalo, ahora estás arriba, algún día el suflé bajará.

Si algo tiene este oficio es que lo que se filma va desvelando una verdad que también afecta a nuestra propia vida. ¿Qué hay de usted en Una vida no tan simple?

Creo que ya es un poco tarde para que te diga aquello de que todo esto es ficción, y que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Me parece que ya no va a colar.

Nuestros fantasmas mentales, nuestra vanidad

¿Qué espera de esta película?

La película nos enseña que eso de tener expectativas previas en la vida normalmente suele conducir a la frustración. Así que mejor no esperar nada. Sí te diría que me está gustando mucho la reacción en los primeros pases con público, de la gente que se siente identificada, que siente que, sí, esa también es su vida.

Estrena su quinta película, la segunda que es un proyecto personal ¿Cómo describiría su carrera?

Como esta película habla también de la paternidad, yo te diría que uno quiere a todos sus hijos por igual. Desde luego aquí el guion es muy personal, pero no sé, ¿cuál es la otra película mía que consideras igual de personal? Uno trata de volcar ese mismo cariño e ilusión en todos los proyectos, sean guiones originales o adaptados.

¿Hay algo que compita con su pasión por crear historias?

Tengo la enorme suerte de que me lo paso muy bien con mi tropa, con mi núcleo familiar, y podemos decir que mis hijos “me caen bien”, aunque como se puede ver en la película, también haya momentos, ojalá que ya solo del pasado, en el que han sacado mi lado más gruñón.

Muchos recordamos las películas que nos emocionaron, enseñaron, nos hicieron pensar… ¿A usted qué historias le han marcado?

Me acuerdo mucho de un tipo de comedia dramática que yo empecé a ver en esos momentos en los que dejas de ser un niño. Me emocionaban especialmente esas películas en las que había algo de reflexión vital, y también una mirada que nos permitía reírnos de nosotros mismos. Recuerdo lo que sentí cuando descubrí películas de Woody Allen, Jim Jarmusch, Whit Stillman, Hal Hartley… Y, como sabes, cuando sientes algo con mucha intensidad en tu adolescencia, una parte de ti luego se pasa toda la vida intentando repetir y volver a sentir algo parecido.

«La película reflexiona sobre lo ridículo de obsesionarnos con la idea de éxito»

¿Es optimista con el futuro de las salas de cine?

Es un tiempo extraño, y probablemente me falta perspectiva para tener una visión global. Sigo viendo algo romántico e inigualable en vivir las películas en una sala de proyección, teniendo una experiencia conjunta con otras personas, olvidándote del día que es, o de las tareas que tienes que hacer cuando acabe la proyección. Eso solo se logra en una sala de cine.  

¿Cuánto hay de suerte en su trabajo?

Imagino que me lo preguntas por esos comentarios que hace el personaje de Miki Esparbé cuando ve que otros rivales obtienen más éxitos que él. Para mí, hablar de la suerte o el fracaso en la profesión era una forma de tratar nuestros fantasmas mentales. Nuestra vanidad. En el fondo, luego ves que no son tan temibles como aparentan en las noches de insomnio, ¿no te parece? 

Con su debut en el cine con se puso el listón muy alto, ¿qué sueños o metas no se han cumplido?

La película también es una reflexión sobre lo ridícula que se vuelve nuestra vida cuando nos obsesionamos con esas ideas de éxito y fracaso. Resulta ridículo, y muy egocéntrico. Es cierto que cuando tienes un éxito en un momento temprano de tu vida, puedes preguntarte, ¿la vida adulta va a ser siempre así? Se que es patético reconocerlo, pero si lo miramos con humor y cariño, ¿no estamos un poco más cerca de llevar mejor esas cosas?

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