Un proyecto musical conectado con el séptimo arte; una gira planteada como una película; unos videoclips con clara influencia cinematográfica; el debut como actor de Antón Álvarez en Un año, una noche; la ilusión por hacer cine de Santos Bacana, Cris Trenas, Rogelio González y C. Tangana, los fundadores de la productora Little Spain… Todo apuntaba a que Esta ambición desmedida iba a tener la gran pantalla como destino. “Es cierto que el proyecto se inició con una vocación de película, pero rodamos tanto material [más de 500 horas] que pensamos que, quizá, se prestaba más para el formato de serie, aunque cuando en el montaje empezamos a ver que había escenas muy de verdad y suprimimos cosas del mundo documental televisivo, volvimos a pensar que funcionaba como película”, comentan Bacana, Trenas y González, los directores del largometraje que recoge la experiencia de ‘El Madrileño’, el álbum con el que el músico madrileño ha hecho historia, y el ambicioso tour mundial ‘Sin cantar ni afinar’.
Los positivos comentarios del escritor y cofundador de la plataforma Filmin, Jaume Ripoll, sobre el material rodado, y un visionado para amigos fueron decisivos para decidir que Esta ambición desmedida llegaría a las salas, donde se exhibirá a partir de este jueves tras su estreno en el Velódromo de la última edición del Festival de San Sebastián.
Sin pasar por una escuela de cine y tampoco tomando el camino de los cortometrajes, el trío de creadores firma una película narrativa y al mismo tiempo musical –se ven los ensayos y las grabaciones, pero sin detener la acción–. “Lo musical está supeditado a la trama. Se eligieron los momentos que más aportaban a la historia de Pucho, que nos ha dejado hacer lo que queríamos y que solo ha intervenido para que la música se escuchara bien. Fue durísimo renunciar a instantes musicales que visualmente son muy bonitos, pero es que era imposible hacer justicia al show. Es muy complicado transmitir en pantalla lo que uno vive cuando está en un escenario con 15.000 personas alrededor cantando tus canciones, sintiendo esa energía. Hemos rodado en muchos formatos y el reto ha sido que cada uno tenga su razón de ser y estar”, desvelan los tres directores.
Buenos amigos y socios en Little Spain –el cuarteto se completa con Antón Álvarez–, han dirigido a seis manos esta propuesta “en la que hemos ido adquiriendo roles, nos hemos ido poniendo gorras que pedía el momento. Los papeles se han ido intercambiando y mutando a lo largo de estos cuatro años, tiempo en el que ha habido derrumbamientos, pero lo bueno es que estaba el otro para apoyarte, es la ventaja de ser tres personas con diferentes fuertes”, declaran.
Echan la vista atrás y recuerdan los primeros pasos de Esta ambición desmedida, “que era algo más sencillo y pequeño. La idea era irnos a Cuba a documentar un proceso creativo interesante con los de Buena Vista Social Club y luego seguir grabando momentos de estudio del disco con otros artistas. Se paró, y cuando lo retomamos, Pucho ya ha terminado ‘El Madrileño’, que ha sido el disco que le ha cambiado la vida. Y es ahí cuando empezamos a ir un poco más a merced de lo que le va pasando. Cuando llegamos al montaje, nos preguntamos qué película teníamos, porque en ese momento había 50 películas posibles. Hasta que encontramos ‘la película’ fue agobiante, y eso que varios editores habían trabajado el material previamente”, subrayan.
Responsabilidad con el público
Por su relación de amistad, el músico madrileño se puso incondicionalmente en sus manos y les dio acceso total a su vida. “La responsabilidad, más que por Pucho, que nos entregó su vida hace mucho tiempo y se fía de nosotros, y cuando había cosas que le escocían lo único que nos decía era que, si nosotros lo veíamos, adelante con todo, fue por la audiencia que le sigue desde que tenía 15 años y era rapero, y la gente que le seguía en el rap tiene expectativas de ver ciertas cosas. A la vez, se dio la circunstancia de que ‘El Madrileño’ le abrió a otra audiencia gigante, y a este nuevo público tampoco le queríamos abrumar con ese personaje tan intenso. Nuestra prioridad fue ir a por la historia que estábamos viendo nosotros, por sentir la verdad, el momento. Habrá gente que se decepcione porque no aparezca, pero era imposible hacer justicia a todos los que han estado en el disco, en su carrera, en la gira…”, señalan.
Santos Bacana, Cris Trenas y Rogelio González jugaban en casa, conocían perfectamente al actor de Esta ambición desmedida, trabajo que es una puesta de largo para Little Spain. “Nos ha dado fuerza hacer un documental de esta envergadura y que se proyecte en un festival –Zinemaldia–. Estamos desarrollando una serie, tenemos en posproducción dos documentales de perfiles también artísticos, y si nos aplicamos en a dirección de actores [han hecho varios talleres], tenemos ganas de dar el salto a la ficción, paso al que tenemos respeto”, reconocen los noveles directores, cuya máxima es “disfrutar con lo que hacemos. Nuestra energía es haber construido todo en familia, una familia que, proyecto a proyecto, va creciendo”, aseguran.