Los cineastas detrás de 20.000 especies de abejas, Las chicas están bien, Matria, Te estoy amando locamente y Upon Entry (La llegada) participaron en un coloquio en la Academia el 17 de enero. En él compartieron con el público su trayectorias hasta ese primer largometraje, las dificultades y retos del primer rodaje y el por qué de contar esas historias.
Para Estibaliz Urresola era importante tener un equilibrio entre los puntos de vista de todos los personajes que forman parte de la colmena de 20.000 especies de abejas. La directora vasca buscaba con su primer largo entender el tránsito que hace una familia para aceptar la identidad de su hija.
En Te estoy amando locamente Alejandro Marín escoge una pequeña parte del inicio del movimiento LGTBQ+ para contar una historia universal como es la relación entre la madre e hijo protagonistas. Su reto fue confiar en el tono que había escogido a la hora de hacer el guion para que funcionase en pantalla.
Itsaso Arana tuvo un doble desafío para Las chicas están bien al enfrentarse a la película como directora y actriz, teniendo que aprender a gestionar entre la fuerza y la fragilidad para conseguir un rodaje que practicase los mismo que la película quería contar.
Álvaro Gago destacó de su trabajo la necesidad absorber todo lo que pudiera de Francis, la mujer real en la que se inspira Matria, y no solo darle voz a su historia, sino incluirla. También compartió sus inseguridades rodando y aceptando los retos inesperados a los que se tiene que enfrentar un director.
Y para Juan Sebastián Vasquez y Alejandro Rojas lo más importante de Upon Entry (La llegada) era mantener la continuidad emocional, lo que afectó a todos los departamentos y el rodaje, que fue cronológico y con dos cámaras que recogieran las reacciones de los dos protagonistas.
