Cuando uno sueña con ser cineasta, nunca se imagina que algún día se pueda cumplir. En mi caso sí que se cumplió, pero el camino no ha sido fácil. Ni mucho menos. Pero la naturaleza humana te pide seguir soñando otra vez, así somos, nunca es suficiente. Y puestos a soñar, ¿por qué no imaginar poder contar la historia de un icono de la cultura española del siglo XX y estrenarlo en el Festival de Cine Internacional más importante de España? Pero claro, los sueños no se cumplen solos.
Los sueños se trabajan. Y este proyecto tan especial empezó a trabajarse hace cinco años. Mi amigo y productor José Alba me llamó con la voz de esas que se te ponen cuando das con un sueño compartido. Acababa de leer las memorias de Miguel Gila y estaba decidido a contactar con su hija Malena para ver la posibilidad de soñar una película. Y así la soñamos.
Una película de Gila cuando aún no era Gila. Una película del origen del humor de todo un país, precisamente en el entorno más trágico de la historia de España: la Guerra Civil. Ahora, 5 años después, con un guion escrito a fuego lento junto a Raúl Santos, con unas productoras de esas a las que les gusta soñar, como Pecado Films y Arcadia Motion Pictures, con un rodaje inolvidable con un equipo de ensueño, meses de montaje y posproducción, y un elenco de actores que ni soñando dos noches te sale, ahora es cuando llegamos a San Sebastián a disfrutar por primera vez la película en pantalla grande.
El sueño que una vez tuvo Gila sigue más vivo que nunca, gracias a una película que rinde un justo tributo no solo al más grande de los cómicos de España, sino a una persona con un don especial que florece en la peor de las tragedias jamás contadas. ¿Es el enemigo? La película de Gila es el sueño cumplido de estrenar en el Festival de San Sebastián donde empezar esta nueva aventura.
Una película que en los días que corren hay que dar gracias como si de un milagro se tratara. Un milagro que en gran medida es posible gracias al apoyo imprescindible de Televisión Española, que desde el principio creyó en el proyecto y cada año demuestra que el cine hecho desde el corazón es más necesario que nunca. Ahora esa apuesta se culmina a lo grande en la Gala de RTVE en el Teatro Victoria Eugenia con ese momento único que todo director ansía y teme a la vez, esa primera reacción de un público virgen ante una película que se muestra por primera vez y que, sin duda, nos trae uno de los descubrimientos que más orgulloso me siento: Oscar Lasarte en la piel de Miguel Gila.
Desde la web de la Academia y como académico que soy, os invito a todos a ver la película de Gila, tal y como la soñamos. Larga vida a los sueños. Larga vida al humor. Larga vida al cine.