Otro(s) cine(s) español(es), en Zabaltegi-Tabakalera

Por Enrique Aparicio · 27 septiembre, 2024

Un mediometraje documental, una coproducción hispanoalemana, un corto de ficción y una reimaginación de La Odisea firmada por un cineasta japonés son las cuatro aportaciones del otro cine español a la sección más abierta de San Sebastián

Las novias del sur

Elena López Riera no tenía “muchas intenciones” de acabar haciendo una película, pero sí muchas preguntas. A partir de la iconografía de la novia en las fotos de boda presentes en cualquier salón de España, la cineasta de Orihuela construye el collage de testimonios sobre amor, deseo y paso del tiempo de Las novias del sur: “empecé a grabar por una cuestión vital, porque cumplía 41 años y se confirmaba lo que ya me imaginaba, que soy la última en recibir esa educación y esa herencia de nuestras madres y abuelas”.

A través de un proceso “plenamente intuitivo”, quiso escuchar a una serie de mujeres que “tienen la edad de mi madre, porque con mi madre no me atrevo a hablar, como nos pasa a muchas personas. Ese pudor me interesa, el que te impide hablar con gente cercana”, expone. El resultado –“no pensé que acabaría siendo una película, mi intención era escuchar”– ha pasado por Cannes, donde recibió la ‘Queer Palm’, y ahora participa en Zabaltegi. “He sido programadora, me he criado en festivales”, recuerda, “así que agradezco mucho la selección porque cada vez hay menos lugares en los que poner nuestras películas”.

Este mediometraje de cuarenta minutos –“las películas duran lo que tienen que durar”– conjuga el testimonio de diversas mujeres. “A algunas las conocía, otras aparecían en El agua, otras eran vecinas de mi pueblo… y otras se presentaron al casting de otra película”, comenta riendo. “Fue todo azaroso, podrían haber sido más o menos, estas son las que quedaron”. El objetivo era escucharlas hablar, sobre todo, de amor y deseo. “El deseo es muy complejo. El libro de Clara Serra, El sentido de consentir, lo expone muy bien. No siempre transmitimos lo que deseamos, a veces ni siquiera lo sabemos. La peli no resuelve estos conflictos, pero sí muestra que en la intimidad y el deseo puedes tener muchas reglas, pero luego con tus parejas llegas a hacer lo contrario. Es un terreno fértil y que pone de manifiesto que las cosas no son tan claras”.

Y como imagen de partida, la de mujeres de blanco caminando hacia el altar. “La iconografía de la novia me fascina porque es una puesta en escena. Es el día de la novia, ni siquiera del matrimonio”, continúa. “Es un sacrificio, la demostración del último momento de la virginidad. Es fuerte que todo gire en torno a un cuerpo a punto de dejar de ser virgen”.

¿Qué viene después? Para añadir más preguntas, la voz de la cineasta aparece también en la película, enunciándose como el último eslabón de esa cadena femenina. “La decisión de incluirme viene porque me parecía justo abrir mi intimidad de la misma manera que las mujeres me la han abierto”, expone, con la esperanza de que esta clase de testimonios empiecen a resultar más habituales. “No estamos acostumbrados a ver a mujeres mayores hablando de deseo. Cuestionémonos por qué estas conversaciones no existen. La gente me dice: ¿cómo conseguiste que te contaran todas esas cosas? Y yo respondo: les pregunté”.

Alle die du bist / Every you every me

Nadine (Aenne Schwarz) acude a la fábrica donde su marido, Paul (Carlo Ljubek), está teniendo un ataque de pánico; cuando llega y le tranquiliza, la cámara nos muestra sus manos acariciando un enorme toro. Más adelante será un niño, un adolescente o una señora mayor: “Paul aparece como le ve Nadine, ella es la clave de sus transformaciones”. Así lo explica Michael Fetter Nathansky, director de esta coproducción hispanoalemana que, a través de la metamorfosis de su protagonista masculino, invita al público a “reconocernos a nosotros mismos y completar los espacios que la cinta propone sobre la historia de amor”.

Porque sí, esta es una historia de amor. “En muchas películas, el amor es algo que puedes poseer, y que los personajes simplemente tienen o no tienen. Parece que, si te portas bien, te tiene que llegar sí o sí. Por el contrario, yo quería mostrar el amor como algo impredecible, tanto en su belleza como en su ausencia”, explica. Por ello, la pareja protagonista “no tiene poder sobre él. Y para mostrar en imágenes esa sensación, Paul se transforma según la perspectiva de Nadine, y de la relación pasada y presente que tiene con él”.

Para entender sus motivaciones, la película nos sumerge en la visión este personaje. “El concepto que perseguíamos era explorar las diferentes facetas de Nadine mientras descubrimos los elementos que las mantienen unidas”, prosigue, “y para ello era imprescindible el buen hacer de Aenne Schwarz, su habilidad para conducirnos a través de las distintas manifestaciones de sus sentimientos”. Recuerda cómo, durante el rodaje, “Aenne siempre fue capaz de mantenerse conectada a Nadine y sus más remotos conflictos. En un momento dado de la filmación, sentí que podíamos seguirla con la cámara a cualquier parte, porque siempre nos iba a ofrecer nuevas facetas, plano a plano”.

Convencido de que el artificio es la base del cine –“incluso los documentales más realistas pueden ser un testimonio de lo fantástico, y que siempre se puede encontrar lo metafórico en lo mundano”–, cree que esta clase de “trucos” funcionan como “una invitación para que el público juegue también, emocional e intelectualmente, y quizás así la experiencia sea más libre”.

De su paso por Zinemaldia, Nathansky espera devolver el “enorme apoyo” que supuso que este proyecto fuera seleccionado como work-in-progress en la edición del año pasado, fundamental para lograr la parte española de la financiación. “Si este año es un cinco por ciento de lo maravilloso que fue el año pasado, estaré tremendamente feliz y agradecido”, concluye.

Etorriko da (eta zure begiak izango ditu) / Está por venir (y tendrá tus ojos)

A Izibene Oñederra, la idea de lo que ha acabado siendo Etorriko da (eta zure begiak izango ditu) le vino “durante el confinamiento. En esa época enrarecida, dibujé con total libertad mientras escuchaba la radio y podcasts y observaba lo que sucedía a mi alrededor”. Lo que estaba ocurriendo era un mundo atajando un posible colapso mientras niega el que se acerca de verdad. Aunque no pretendía “hacer pedagogía”, reconoce que “el colapso climático es una excusa en mi filme para hablar de otras cosas”.

En el corto, una niebla tóxica “subraya las diferencias sociales, los que pueden viven felices o anestesiados por la bebida en las azoteas, sin establecerse como una verdadera comunidad para poder afrontar la situación crítica, y los que tratan de sobrevivir, como en la vida cotidiana”. Pero, insiste, su intención no es inculcar ningún mensaje: “me gustaría que se entendiera que el artefacto que he creado esconde en sus detalles momentos que son interpretados de diferentes maneras”.

En esos detalles se percibe una luz de optimismo, como en el mismo título, que modifica el célebre verso de Cesare Pavese vendrá la muerte y tendrá tus ojos: “entendí que podía ser una idea precisa que recogía la atmósfera del filme. Pero quitando la palabra muerte, para que la narración no estuviese tan definida. En realidad, en la animación no sabemos que está a punto de llegar”.

Convencida de que “una buena película enseña o enriquece a muchos niveles”, agradece al Festival de San Sebastián la inclusión de trabajos de animación en secciones importantes en los últimos años, “porque es una declaración de intenciones del certamen, que pone en alza el tipo de cine que hacemos los animadores. Creo que mi película aporta su granito de arena en esa dirección”.

Ulysses

La última de las producciones con participación española de Zabaltegi es Ulysses, una parodia de La Odisea de Homero al estilo de la que escribió James Joyce, firmada por el cineasta japonés Hikaru Uwagawa. Varios Ulises viajan en busca de su casa imaginaria (Ítaca), un lugar que ya no existe. El episodio 3 (Hades) trata de Kazuko (correspondiente a Tiresias), una mujer que vive en Okayama, ha perdido a su marido y se prepara para su primer Obon, festividad anual japonesa durante la cual los espíritus de los antepasados vuelven a este mundo para visitar a sus familiares. Al mismo tiempo y en la misma ciudad, Ulises conoce a Kazuko y durante el Obon, se reúne con su padre fallecido (correspondiente a Anticlea).

El proyecto late cerca de San Sebastián desde su inicio, pues ha pasado por las Residencias del Centro Internacional de Cultura Contemporánea Tabakalera.

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