Josefina Molina, una mujer a contracorriente

Por Chusa L. Monjas | Fotos © Raquel Martín-Maestro · 21 septiembre, 2019

La directora, guionista y escritora recoge el Premio Nacional de Cinematografía 2019

“Si no me hubiera dedicado al cine, hoy me encontraría en medio del vacío”, manifestó Josefina Molina tras recibir de manos del ministro de Cultura y Deporte, José Guirao, el Premio Nacional de Cinematografía 2019. En el multitudinario acto que tuvo lugar en la sala del centro Tabakalera de San Sebastián, donde se colgó el cartel de aforo completo, la veterana directora, guionista y escritora cordobesa escuchó halagos de los muchos amigos y compañeros que la acompañaron en un sábado tan especial.

“Estoy a punto de llorar. Me falta el aire. Creo que os equivocáis, que no es para tanto, pero admito todo lo que me habéis dicho. Este premio me traslada a la niña de Córdoba que nació en la Guerra Civil y, contra viento y marea, hizo lo imposible para dedicarse a lo que deseaba: ser directora, contar historias con imágenes”, expresó.

A la primera mujer que se diplomó en la Escuela Oficial de Cinematografía y que es un referente para las cineastas de la industria audiovisual española, para las que siempre reivindica una mayor presencia y participación, le pudo la emoción. “Cuando me comunicaron este premio, entré en el túnel del tiempo y miré hacia atrás, a la infancia, donde se fragua el proyecto de tu vida”, resaltó esta pionera que abrió camino gracias a su empeño y tozudez en pleno franquismo.

A las mujeres de su generación, “que se dedicaron a los oficios del cine cuando no era nada fácil”, a las mujeres de CIMA –Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales, de la que es una de fundadores–, a la desaparecida Carmen Alborch; a la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, “y a todas las mujeres que pelearon por nuestros derechos”, recordó en su discurso la directora de Función de noche, Esquilache, y La Lola se va a los puertos, que pidió “seguir batallando para que las cineastas tengan los mismos derechos que sus compañeros y mejoren sus condiciones laborales”.

Goya de Honor 2012, Molina, que ha contado historias en diferentes formatos y con distintos lenguajes, también citó a los “hombres del futuro que me trataron como a una igual”. Nombró al productor José Sámano y a Juan Manuel Martín de Blas, “que me dio la oportunidad de dirigir la serie Teresa de Jesús. La lucha de las mujeres es una acción transformadora del mundo y de la realidad. Y por muchos palos que nos pongan, esta marcha es irreversible, y el cine será una de nuestras mejores armas”.

La que también es la primera directora de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, entiende que “todas las luces rojas se han encendido al encontramos con el rechazo malintencionado y vergonzante de quienes quieren quitar las leyes contra la violencia de género. La cifra de las mujeres asesinadas avanza, ¿cómo podemos convivir con esta aberración?”, preguntó.

Rigor y honestidad

Representantes del mundo del cine, la cultura e instituciones asistieron a la entrega del galardón a Molina, “un modelo y referente” para la cineasta Patricia Ferreira. “Para ser pionero hay que ser valiente. Gracias por tu trabajo, tu valentía y todo lo que conforma tu vida”, resaltó Ferreira.

Para el director de teatro y ópera y profesor José Carlos Plaza, esta veterana profesional que debutó en el teatro con Cinco horas con Mario, clásico de Delibes que ha llevado a escena en dos ocasiones, representa “el rigor volcánico y profundo hacía el trabajo. Y es un ejemplo de honestidad, todo sale de su propia verdad, de su propia vida. Ha ido y va a contracorriente”.

“Se salda una deuda”

José Guirao, por su parte, desglosó la biografía de esta “directora, guionista y mujer de sólida carrera literaria”, con la que “se salda una deuda con este premio que tenía que haber recibido mucho antes” (es la primera directora que lo recoge). Su cine es una visión completa de nuestra sociedad”, subrayó el ministro, que espera que continúen las políticas de apoyo a la mujer en el cine español. “Es necesario dar visibilidad y reconocimiento a lo ya hecho y apoyar lo que está por hacer”, añadió.

Josefina Molina estuvo acompañada por el presidente y vicepresidente de la Academia de Cine, Mariano Barroso y Rafael Portela; y por sus numerosas compañeras de CIMA. La directora general del ICAA, Beatriz Navas; los directores Manuel Gutiérrez Aragón, Imanol Uribe y Juanma Bajo Ulloa, entre otros muchos, arroparon a Molina, protagonista de una foto de familia mayoritariamente femenina.

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